Ficha n°111

RUIZ, Tomas



Cargo: Vice rector del colegio Seminario de San Ramon.

Nació: 10 de enero de 1777 en el pueblo de Chinandega, Nicaragua.

Murió: Se ignora aunque se sospecha después de 1840, en La Habana.

Padres: Joaquí­n Ruiz y Lucas Romero, oriundos del Pueblo de Chinandega.

Resumen: Antes de presentar en detalle las distintas etapas de la vida del sacerdote Tomás Ruiz tenemos que destacar un aspecto del sistema colonial: hubo muy pocos esfuerzos para preparar un clero indígena e, incluso, muchos sectores juzgaban peligrosos este tipo de ordenaciones. La Corona siempre reservó a los indigenas el papel de modestos y dóciles fieles. Algunos miembros del alto clero, como el canónigo Juan José González Batres, demostraron en ciertas ocasiones una actitud paternal de conformidad con la caridad cristiana, actitud que llevó a este sacerdote a gestionar ante la Corona la apertura de un progama de becas para indígenas. Sin embargo, las formaciones impartidas no permitían a los hijos de caciques escaparse de una fuerte tutela, terminando por hacerles incapaces de valerse por sí mismos. De hecho, no es sorprendente que en el clero centroamericano, en toda la época colonial, los casos de sacerdotes claramente identificados como indígenas hayan sido tan escasos. Resulta aún más interesante una excepción como la de Tomás Ruiz, si se toma en consideración lo singular de su carrera eclesiástica y las múltiples formas de discriminación que tuvo que enfrentar.
Sus padres eran indios puros, cristianos viejos y personas principales de su pueblo de origen. Indudablemente la originalidad de su carrera se debe a la combinación de un talento individual evidente y a las circunstancias sociales que permitieron su encuentro con el obispo ilustrado don Juan Felix de Villegas, un hombre abierto, preocupado siempre por el fomento de la instrucción y del bien público. Bajo su protección y con su ayuda económica se mantuvo cuatro años y tres meses estudiando latín y filosofía. El obispo le confirió la tonsura clerical y las cuatro órdenes menores y cuando se fue a Guatemala, para servir el arzobispado en mayo de 1794, supo convencer al joven para que se marchara con él para seguir sus estudios. Una vez en la ciudad de Guatemala obtuvo, a los diecisiete años, el bachillerato en filosofía, y más tarde, en ambos derechos. En mayo de 1798, Villegas le permitió sacar a la luz pública su primer impreso: se trataba de un folleto de 53 páginas sobre materias de fe, mencionado por el bibliógrafo Toribio Medina pero que no pudimos localizar. Durante este tiempo estableció relaciones privilegiadas con algunos sacerdotes de la Ciudad de Guatemala, tal como el padre Diego Mariano Arce. Regresó a Nicaragua en 1799, se quedó varios meses como catedrático del seminario de León y recibió la ordenación sacerdotal de mano del obispo José Antonio de la Huerta Caso (1801). Este obispo le dio su confianza otorgándole el título de promotor fiscal y defensor de matrimonios. Más tarde le confirió el título de vice rector del seminario dandole tambien licencias de confesor y predicador en 1802. Este prestigiosa carrera empezaba a conocerse y trajo un viento de esperanza en los pueblos indígenas de Nicaragua. Los indios de Subtiava escribieron al Rey, en 1802, para pedirle que tuvieran acceso al Seminario: recordaban el ”exito del indio Ruiz”. El historiador Jorge Arellano revela en su Historia de la Universidad de Leon algunos detalles sobre el contenido de sus cursos: el uso de Condillac en la clase de Lógica tiende a acreditar la influencia que pudo haber tenido en él el ideario político de su protector Juan Felix de Villegas. Condillac (1715­1780) era un filósofo animador de la escuela sensualista y pertenece al grupo que divulgaba las luces en Francia. En 1803, volvió a la ciudad de Guatemala donde recibió la licencia en derecho —siendo uno de sus examenes el tema siguiente: “los estudios de las humanidades son siempre utiles a los varones eclesiásticos y es necesario que siempre existan”— y el doctorado en 1804, y el marqués de Aycinena fue su padrino. Mientras Rafael Ayesta gestionaba en León, ante la Corona, que se elevase a rango universitario el Seminario San Ramón, Tomás Ruiz conseguía el apoyo del Real Clautro de la Universidad de San Carlos. En aquella época pudo haber estado en contacto con el fraile Matias de Córdoba y las figuras más importantes de la ilustración centroamericana. Volvió a Nicaragua para desempeñarse como catedrático y vice rector del seminario de la ciudad de Leon. En 1805 pronunció un sermón por el alma del fraile Juan Gómez, el cual tuvo el honor de ser impreso en Guatemala. Sin embargo, siempre fue bloqueado en su aspiración a un cargo superior. Por ejemplo, en noviembre de 1808 envió a Comayagua una carta para presentarse a la oposición para una canonjía vacante. La lentidud del correo provocó que su candidatura llegara cinco días después de la fecha limite. Había enviado su carta el 23 de octubre de 1808 desde León. El fiscal de la Audiencia de Guatemala juzgó que se había presentado a tiempo y que podia competir en la oposición. Sin embargo, este atraso permitió que el maestrescuela Juan José de Zelaya lo sacara de la contienda. Para defenderse y aprovechándose de las buenas relaciones que tenía con el obispo Vicente de Navas, de Honduras, decidió viajar a Comayagua. Lastimosamente su protector falleció al poco tiempo de su llegada y, según el español Manuel Mirando, sólo el Dr. Ruiz estaba con el obispo Navas a la hora de morir. Todos los miembros del cabildo estaban ausentes y según parece fueron unánimes en rechazar la entrada del padre Ruiz en su cabildo: en una carta muy explícita, destinada al Capitán General de Guatemala, el doctor Ruiz denunciaba claramente a los canónigos: “(...)aquel cuerpo quiso paliar la resistencia estudiada que mucho tiempo ha, se havia propuesto hacer por que reparaban sus individuos en mi clase de yndio, como indigna de aspirar a obtener dignidad en la yglesia de jesus christo, cuyos primitivos pastores fueron pescadores humilde del Mar de Galilea(…)”. En esta misma carta se mostraba muy lucido sobre las « reglas » que organizaban el sistema colonial « Aunque unico sacerdote yndio en la Provincia donde naci. Y en esta de Comayagua, aunque carezco de autoridad, rodeados de numeros e ilustre parentela y con las conexiones que les facilitan sus empleos , no desmayo repito, porque he visto a US amparar, favorecer y sostener los derechos de los pobres yndios de mi pueblo contra los procedimientos del senor yntendente de Leon. ». Al final de cuentas, salió frustrado y desengañado de su enfrentamiento. El padre Casaus y Torres denunció su supuesta tendencia a la bebida, y por eso seguramente cuando llegó a la ciudad de Guatemala participó en la Conjuración de Belén. Condenado al garrote viril, su pena se conmutó a prisión. Con el indulto de Fernando VII, del 28 de julio de 1817, envió una solicitud personal de indulto que no fue atendida, seguramente por culpa de la oposición del padre Casaus. Pensamos que fue mantenido en las cárceles eclesiásticas hasta 1829, posiblemente fue trasladado a la ciudad de la Habana antes de la caída del gobierno de Mariano Aycinena, porque en 1840 un tal presbítero, Don Tomas Ruiz, desde el presidio de aquella ciudad, pidió indulto por el tiempo que le faltaba de condena ...!


Autor de la ficha: Christophe BELAUBRE

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