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AFEHC : diccionario : CASTILLO, Florencio : CASTILLO, Florencio

Ficha n° 733

Creada: 01 mayo 2006
Editada: 01 mayo 2006
Modificada: 14 enero 2015

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Autor de la ficha:

Christophe BELAUBRE

Editor de la ficha:

Christophe BELAUBRE

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Publicado en:

ISSN 1954-3891

CASTILLO, Florencio

Principales aspectos de la vida del presbítero Castillo quien fue diputado por Costa Rica en las Cortes de Cádiz y canónigo en la Ciudad de Oaxaca.
Palabras claves :
Canónigo, Cortes, Diputado, Cabildo eclesiástico
Cargo o principal ocupación:
Presbítero, canónigo en la Ciudad de Oaxaca
Nació:
El 17 de octubre de 1778 en Ujarrás de Cartago, Costa Rica
Murió:
El 26 de noviembre de 1834, en Oaxaca, México
Padres:

1Posiblemente hijo ilegitimo de fray Luis de San Martín de Soto, cura de esa población, y de María Cecilia Castillo Villagra, viuda del francés François Lafons.

Resumen:

1Aunque el Estado costarricense quiso poner a Florencio Castillo dentro de las filas de sus “beneméritos”, los redactores de la Historia General de Centroamérica no mencionaron su nombre. Este silencio es aún más sorprendente si se toma en cuenta lo que suele decirse sobre la actuación de este cura durante las Cortes de Cádiz en representación de los habitantes de la Costa Rica colonial. Jorge María García Laguardia por ejemplo, considera que fue uno de los mejores oradores de la Asamblea. Hasta recientemente contábamos solamente la obra seria aunque limitada del historiador Ricardo Fernández Guardia sin embargo disponemos ahora de un trabajo biográfico muy extenso publicado por el padre Manuel Benavides Barquero .

2Pensamos que aquel personaje pertenece a estos nuevos actores sociales que surgen en América Central a favor de las reformas borbónicas, las cuales permitieron a unos pocos jóvenes formarse en las nuevas escuelas públicas que se crearon durante el siglo XVIII. Se parece de cierta manera a otros hombres de extracción social bastante modesta –como Tomás Ruiz o Matías de Cordoba- que renovaron el campo de las ideas y que supieron aprovechar plenamente pequeños espacios que se abrieron en el área de la educación.

Nativo de la parroquia de Ujarrás en Costa Rica, hijo de un padre que no lo quiso reconocer – posiblemente el fraile Luis San Martín de Soto - fue educado por su madre, doña Cecilia Castillo Villagra , quien formaba parte de los grupos sociales privilegiados de la Costa Rica colonial (el joven creció en una casa donde había varios esclavos y recibió uno en herencia que posiblemente hizo el viaje a Cádiz). El hermano de Florencio, Luis Teodoro tuvo una hija, Juana Castillo Palacios, quien se casó con Juan José Mora Fernández. Su madre logró, a pesar de que era un hijo natural, hacerlo ingresar en el colegio Seminario tridentino de la Ciudad de León donde ingresó en 1798. Antes había vivido un tiempo en la ciudad de San José. El 22 de abril de 1804 recibió la ordenación sacerdotal de mano del obispo de Honduras Vicente Navas . Durante el año de 1805 el ayuntamiento de Léon lo nombró maestro de la escuela de primeras letras de esa ciudad. Al principio del siglo XIX, siguió los cursos dispensados por el catedrático de Cánones Francisco Ayerdi . Sus capacidades intelectuales y su curiosidad por las matemáticas le valieron un reconocimiento oficial en 1803, cuando le dieron los cursos de geometría en el Seminario. La administración diocesana le ofreció la oportunidad de demostrar sus múltiples capacidades. Al fallecer el fraile Juan Gómez, de la orden de San Juan de Dios, Florencio Castillo (no usaba entonces el “del” que él mismo o los historiadores le dieron después) era considerada la persona indicada para pronunciar su oración fúnebre el 26 de noviembre de 1804. Estuvo a cargo de la parroquia de Villa Vieja (Heredia) en Costa Rica entre enero de 1806 y abril de 1808. En esa época Florencio recibió orden de volver a León para desempeñarse en la docencia en el Seminario. Recibió el título de promotor fiscal el 9 de septiembre de 1808, sin dejar de lado el seminario tridentino donde ejercía el cargo de vice-rector y era Catedrático de Filosofía, asistiendo al rector Rafael Agustín Ayestas , quien fallecería algunos meses después. Florencio fue llamado nuevamente para pronunciar la oración fúnebre de aquel presbítero, en agosto de 1809. Pudo haber estado en contacto con el padre Tomás Ruiz durante el año 1805 y haber formado al bachiller Rafael Francisco Osejo hacia 18109-1810. No cabe duda que Castillo haya participado al fomento de la Ilustración durante el periodo de docencia que tuvo en Nicaragua y resulta evidente por un folleto de 1810 que daba mucha importancia a la enseñanza de las matemáticas.

3En la primera elección que se organizó en Cartago Castillo no figuraba en la terna y el sacerdote Nicolás Carrillo resultó electo. Sin embargo no pudo emprender el viaje por razones de salud y se organizó una nueva elección el primero de octubre de 1810 y se escogió al cura Castillo.

4Emprendió entonces el viaje que sacó su nombre del anonimato, y le abrió las puertas para realizar una brillante carrera eclesiástica y política que hubiera sido imposible sin esta elección. Fue nombrado secretario y presidente de las Cortes de Cádiz. Nadie puso entonces en duda su legitimidad, a pesar de su origen social oscuro. Muchos historiadores destacan su capacidad de trabajo y la originalidad de sus ideas, que defendió con firmeza. Sus numerosas cartas, a veces muy largas, atestiguan de su pensamiento prolífico y de su deseo de participar en la elaboración de reformas. El 12 de julio de 1814 quiso disculparse ante el Rey: “Tal vez habré canzado la paciencia de VE con una exposición tan menuda”. Intervino en varias discusiones: sobre los colegios mayores (junio de 1811) estaba de opinión que todas las clases sociales tenían derecho a entrar en estos establecimientos. Argumentó a favor de un trato igualitario de los indígenas a la de los demas seres humanos adoptando las mismas posiciones que el diputado de Lima Morales Duaz (agosto de 1811).

5En junio 1811, apenas llegado a Cádiz, empezó a redactar sus primeras cartas. Sus declaraciones mostraban un gran respeto hacia la figura real y por ejemplo se mostraba muy orgulloso del Batallón de Milicias de su región natal, que había ido a León y a Granada para apaciguar las dos ciudades. Estaba también en contacto con muchos centroamericanos como por ejemplo el abogado Juan José Zelaya, quien supo de la mano de Florencio que José Cecilio del Valle estaba a punto de ser nombrado juez de la Audiencia, noticia que resultó falsa. No cabe duda que la red de amigos de Florencio se expandió durante su estancia en Cádiz.

6Nos quedan muchos interrogantes sobre su carrera. Según el historiador Carlos Meléndez Chaverri su actuación se debía en gran parte al “sentimiento indigenista y de eliminación de las castas, que llegó a expresarse en el seno de las Cortes de Cádiz por los españoles-americanos”. ¿Cómo explicar el sentimiento filantrópico hacia los desheredados que se hizo sentir muchas veces durante su actuación política? ¿Por qué el canónigo Antonio Larrazábal y Arrivillaga resultó encarcelado en 1814 por sus actividades durante las Cortes, mientras Florencio obtenía el permiso de volver a América con la aureola de un nombramiento a la cabeza de un cabildo eclesiástico prestigioso: el de Oaxaca ?
Jorge Mario García Laguardia quiso ver en esta decisión la “pata” del Capitán General Bustamante , y la decisión sería como una prolongación de la historia local guatemalteca. Sin embargo sería interesante tener más datos sobre la red de amistades que el padre Castillo supo constituir en Cádiz.

7Florencio Castillo nunca regresó a su tierra natal. Después de la disolución de las Cortes se trasladó a México, donde representó a Costa Rica en el Congreso Constituyente de 1822. Posteriormente hizo una alianza con los sectores más conservadores de México y fue miembro del Consejo de Estado del Emperador Agustín I. Fue miembro de la Junta Directiva de estudios para la Cátedra de Derecho Público, que crearía más tarde el Cuerpo Académico del Instituto de Ciencias y Artes del Estado. Debió su ascenso social a la tierra centroamericana, pero su carrera política se efectuó sobretodo en México. Sus restos reposan en la población costarricense de Paraíso desde 1971. La Asamblea Legislativa de Costa Rica lo declaró Benemérito de la Patria en 1972, pero sería útil realizar una biografía completa para entender el conjunto de su vida.

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Florencio Castillo

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