Asociación para el Fomento de los Estudios Históricos en Centroamérica

1Su tío Juan Cristóbal Urrelo, un caballero de Santiago, fue oficial mayor de la Secretaría de Estado, mientras otro pariente, Diego Atocha, vecino de San Sebastián, recibió el hábito de la orden de Calatrava. Sobre su infancia y adolescencia sabemos muy poco hasta el año 1725 en que recibió el título de bachiller en derecho canónico de la Universidad de Sigüenza. Transferido a la Universidad de Alcalá de Henares López de Urrelo fue miembro del Colegio de Santa Catalina de los Verdes y desempeñó entre 1727-1734 varios asientos academicos. En 1735 fue promovido al cargo de juez subdelegado de Alcalá, Guadalajara y sus provincias, pero ya el 6 de junio de 1736 el rey le nombró Teniente Asesor y Auditor de Guerra de la Capitania General de Venezuela donde sirvió bajo el mando del Capitán General Gabriel de Zuloaga hasta 1746. Durante su periodo La Guaira sufrió en 1739 y 1743 dos ataques de los ingleses quienes fueron derrotados por la guarnición del puerto bajo el Capitán don Mateo Gual y Pueyo.

2Después de una investigación sobre el comercio ilicito y su conexión con altas jerarquas del Reino de Guatemala rey tomó consecuencias suspendiendo algunos oidores de la Real Audiencia de este lugar y nombrando en 1745 y el año siguiente tres oidores nuevos: don Pedro Antonio Aguirre y Celaa, López de Urrelo (ambos 27 de noviembre de 1745) y don Juan Antonio Velarde Cienfuegos (31 de marzo de 1746), más tarde dos veces Capitán General interino. López de Urrelo tomó posesión de su nuevo empleo en el Real Acuerdo extraordinario del 14 de diciembre de 1746 y sirvió casi 20 años hasta su retiro con medio pago con licencia de pasar a España en noviembre de 1765. Entre 1750-1755 desempeñó como oidor más joven durante la incapacidad mental de don Sebastián Becerra la fiscalía. Su actuación fue muy recordado por su generosidad en contra de comunidades religiosas a quienes ayudó en mejorar la situación de la salud. Donó grandes sumas de dinero de su fondos propios para la construcción del templo y beaterio de Indias de Nuestra Señora del Rosario. No obstante de su licencia para regresar a la Peninsula se quedó hasta su muerte el 17 de setiembre de 1770 en Guatemala habiendo hecho su testamento dos días antes. López de Urrelo no tomó estado y fue desde 1753 caballero profeso de la orden de Calatrava.