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AFEHC : articulos : La escritura de la historia de Hernando de Alvarado Tezozómoc y Domingo de San Antón Muñón Chimalpáin: similitudes y diferencias : La escritura de la historia de Hernando de Alvarado Tezozómoc y Domingo de San Antón Muñón Chimalpáin: similitudes y diferencias

Ficha n° 4421

Creada: 31 enero 2017
Editada: 31 enero 2017
Modificada: 09 febrero 2017

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Autor de la ficha:

Gabriel KRUELL

Editor de la ficha:

Laura MATTHEW

Publicado en:

ISSN 1954-3891

La escritura de la historia de Hernando de Alvarado Tezozómoc y Domingo de San Antón Muñón Chimalpáin: similitudes y diferencias

El presente artículo propone una comparación de las prácticas historiográficas y de las visiones de la historia de dos de los más importantes historiadores que pertenecían a la nobleza náhuatl del centro de México entre los siglos XVI y XVII: Hernando de Alvarado Tezozómoc y Domingo de San Antón Muñón Chimalpáin. Gracias a la revisión de los pocos datos biográficos que conocemos sobre estos dos autores y al análisis de su larga producción historiográfica en lengua náhuatl y castellana, será posible evidenciar varios aspectos compartidos de su manera de hacer historia, pero al mismo tiempo se subrayarán las particularidades propias de cada uno de ellos. Una primera cuestión sobre la cual se reflexionará, es la pertenencia de ambos personajes a un mismo grupo social, los nobles pipiltin del centro de México, pero su grado muy diferente de cercanía al poder. Por una parte, tenemos a Tezozómoc, un noble tenochca que podía gloriarse de ser el nieto de Moctezuma II y que tenía cierta familiaridad con el virrey y la Real Audiencia de México. Por otra parte vemos a Chimalpáin, un descendiente de una rama menor de la nobleza de Chalco Amaquemecan que se había transferido a la ciudad de México y que se movía en los ambientes eclesiásticos de la capital. Otro aspecto sobre el cual se hará hincapié, será la diferencia entre el acceso privilegiado de Tezozómoc a las tradiciones históricas orales y escritas de sus nobles parientes tenochcas, que determinaron una visión oficial de la historia muy cercana a las cúpulas del poder en Tenochtitlan, y la incansable labor historiográfica de Chimalpáin, quien recuperó un sinnúmero de fuentes provenientes de los pueblos nahuas del centro de México e intentó construir una versión indígena de la historia del Nuevo Mundo, compatible con los dictados de la religión católica.
Palabras claves :
Historiografía, Crónicas indígenas, Nueva España, Ciudad de México, Lengua náhuatl
Autor(es):
Gabriel K. Kruell
Fecha:
Diciembre de 2016
Texto íntegral:

1

2En este artículo, se presenta la biografía de dos de los historiadores indígenas más importantes para la historiografía novohispana en lengua náhuatl de los siglos XVI y XVII y se propone un cotejo entre estos dos personajes, destacando sus similitudes y diferencias en cuanto a la manera de escribir sus historias. Hernando de Alvarado Tezozómoc, miembro eminente de la nobleza indígena de la ciudad de México, vivió aproximadamente entre 1521 y 1611 y escribió dos obras históricas, una en castellano, la Crónica mexicana (1598), y otra en lengua náhuatl, la Crónica mexicáyotl (1609). Domingo de San Antón Muñón Chimalpáin1, originario del pueblo de Chalco Amaquemecan, en la parte sudoriental de la cuenca de México, a los pies de los volcanes Iztaccíhuatl y Popocatépetl, nació en 1579, y aunque no sabemos cuándo falleció (quizás en 1660), dedicó su vida al cuidado de la ermita de San Antonio Abad, al sur de la ciudad de México; tuvo una producción historiográfica muy extensa, de la cual se pueden destacar su Diario (1608-1615) y sus Relaciones históricas (ca. 1610-1630).

3Los pocos datos biográficos que conocemos de ambos historiadores se deben a las notas que dejaron al principio de varias de sus obras históricas, como la Crónica mexicáyotl de Tezozómoc y el Diario y las Relaciones históricas de Chimalpáin. En el exordio de la Crónica mexicáyotl, Tezozómoc advierte sobre su noble abolengo, que lo certificaba como nieto de Moctezuma II, el último gobernante de Mexico Tenochtitlan2 antes de la conquista española3. En la Séptima relación, Chimalpáin revela descender de los primeros fundadores del altépetl4 de Tzacualtitlan Tenanco, en la región de Chalco Amaquemecan5. No sabemos cuándo nació Tezozómoc, aunque se puede establecer como término ante quem la fecha de 1541, correspondiente a la muerte de su padre, don Diego de Alvarado Huanitzin6. Por lo que concierne a Chimalpáin, sabemos con exactitud no sólo el año de su nacimiento, sino el día y la hora: el martes 26 de mayo de 1579, a la medianoche7.

4Tomando en cuenta que Tezozómoc pudo haber nacido a más tardar en el año de 15418, mientras que Chimalpáin nació en 1579, existió entre los dos una diferencia de edad de por lo menos 38 años9. Más allá de esta importante distancia generacional, ambos autores tenían dos puntos en común: primero, nacieron después de la Conquista y por lo tanto nunca conocieron por experiencia directa la antigua forma de vida de sus nobles parientes, y segundo, descendían de la nobleza náhuatl de su respectivos altépetl : Mexico Tenochtitlan y Tzacualtitan Tenanco. La diferencia de poder y prestigio entre el linaje tenochca de Tezozómoc y el tenanca de Chimalpáin resulta evidente: por un lado tenemos nada menos que el tronco principal de la nobleza de Mexico Tenochtitlan, el altépetl hegemónico en el valle de México a la llegada de los españoles, y por el otro una rama colateral de un pequeño altépetl confederado de la región periférica de Chalco. A pesar de ser de menor rango, es preciso reconocer el estatus nobiliario de Chimalpáin y la genealogía que él mismo presenta en su obra, que lo hacía descender por novena línea de los fundadores de Tzacualtitlan Tenanco10.

5Como hijos de gente principal, Tezozómoc y Chimalpáin tenían derecho a una educación distinguida en los colegios fundados en la Ciudad de México primero por los frailes franciscanos y luego por los agustinos, dominicos y jesuitas11. Sobre este punto no tenemos información ni de Tezozómoc, ni de Chimalpáin, por lo cual no nos queda más remedio que proponer algunas conjeturas. Lo más probable es que Tezozómoc entrara a formar parte del alumnado de uno de los colegios franciscanos de la ciudad de México abiertos a los hijos de los nobles indígenas, mientras que Chimalpáin pudo haber sido educado en la escuela del convento dominico de su ciudad natal, Tzacualtitlan Tenanco, o tal vez se transfirió desde niño en la metrópoli novohispana, donde ingresó a alguna escuela conventual12. Es incluso posible que uno de los dos, o quizás ambos, hayan podido acceder al prestigioso Colegio de la Santa Cruz de Tlatelolco, aunque no se tiene ningún indicio para poder sustentarlo. Si hubiera sido el caso para Chimalpáin, hay que decir que en la época en la que pudo entrar, es decir en las décadas de 1580 y de 1590, el colegio de Tlatelolco ya había perdido buena parte de su reputación como escuela de estudios superiores y estaba siendo afectado por un proceso acelerado de decadencia y pérdida de prestigio13.

6Acerca de la infancia de Chimalpáin tenemos dos importantes notas autobiográficas escritas en su Diario y en su Octava relación, en las cuales el autor asienta que se crio en la ciudad de México desde muy niño y el martes 5 de octubre de 1593, a los 14 años, se le encargó el cuidado de la iglesia de San Antonio Abad, en el barrio de Xoloco al sur de la capital14. A partir de esta información, es muy probable que su educación no se dio en su pueblo natal, Tzacualtitlan Tenanco, sino más bien en la capital de la Nueva España15. Después de su formación básica, Chimalpáin entró al servicio de la ermita de San Antonio Abad, aunque no sabemos si por elección de su propia familia o por encargo de alguna autoridad civil o eclesiástica16. Tampoco es claro qué tipo de relación sostuvo con esta capilla y con la orden de San Antonio hasta 1620, año en el que escribió su Octava relación17. Sin embargo, es muy factible que siguiera manteniendo su servicio religioso por mucho tiempo, quizás hasta su muerte.

7Si el mismo Chimalpáin nos ofrece algunas luces sobre los primeros años de su vida, por el contrario la infancia y la juventud de Tezozómoc permanecen del todo desconocidas. Tampoco sabríamos nada de las ocupaciones cotidianas que incumbían al noble tenochca ya en su plena madurez, si no fuera por un documento de tierras proveniente de San Pedro Huaquilpan18, en el actual Estado de Hidalgo, en el cual aparecen una firma y un retrato de Tezozómoc en la función de nahuatlato, es decir “intérprete de náhuatl19”. El papel es una copia probablemente de principios del siglo XVIII de varios documentos mucho más antiguos, entre los cuales se encuentra una declaración de Tezozómoc, quien expresa el cometido que le había encargado el virrey Gaspar de Zúñiga Acevedo y Velasco, conde de Monterrey (1595-1603), encaminado a establecer los linderos y el tributo de la comunidad de Huaquilpan20. El papel judiciario de nahuatlato atribuido a Tezozómoc y que le daba la facultad de dirigirse a las autoridades de Huaquilpan y traducir del náhuatl al castellano sus declaraciones, es con toda probabilidad sólo una muestra de los numerosos encargos que el noble tenochca recibió de las autoridades novohispanas durante toda su vida.

8Además de los compromisos políticos adquiridos con la autoridad virreinal, conocemos gracias al Diario de Chimalpáin un episodio pintoresco de la vida de Tezozómoc que ocurrió el martes 15 de febrero de 1600: una representación teatral organizada por el sobrino segundo de Tezozómoc, don Juan Cano de Moctezuma21, en la cual el mismo Tezozómoc ofreció una demostración en clave dramática de su ilustre abuelo, Moteuczoma Xocóyotl.

9Un martes, a 15 de febrero de 1600 años, don Juan Cano de Moctezuma, español, mostró al que era Moteuczomatzin; a éste lo personificaba don Hernando de Alvarado Tezozomoctzin; lo llevaron con andas y palio, con eso lo iban cubriendo; frente a él iban bailando, hasta que vino a las afueras del palacio. En su venerable presencia vino a aparecer el virrey y los castellanos se divirtieron22.

10Podemos imaginar que Tezozómoc fue disfrazado a la antigua usanza de los nobles indígenas y que, para dar una idea a los españoles de la dignidad y fastuosidad del sumo gobernante Moctezuma, lo llevaron en andas y bajo un palio, con gran pompa y acompañado de música y danzas hasta el palacio virreinal. El mismo virrey, el conde de Monterrey mencionado arriba, fue a recibir el cortejo real. No sabemos con seguridad si el joven Chimalpáin, que en ese entonces tenía 20 años, fue testigo ocular o si sólo se limitó a retomar la noticia de alguna fuente de la época, sin embargo, por la viveza de la descripción, es plausible imaginar que estuvo presenciando la peculiar exhibición pública.

11Por la forma en la cual Chimalpáin se refiere a Tezozómoc en sus escritos, no parece que existiera una relación de amistad entre el ellos23. Sin embargo, es posible que el joven Chimalpáin llegara a conocer personalmente y a hablar directamente con el anciano Tezozómoc. Tenemos por seguro que el historiador chalca entró en contacto con algunos de los manuscritos de las obras históricas de Tezozómoc, como en el caso de la Crónica mexicáyotl, y no resulta difícil pensar que el noble tenochca y el chalca colaboraran e intercambiaran información para la redacción de sus respectivas historias24. Aun así, hay que subrayar que los dos autores se movían en ámbitos sociales muy distintos: Tezozómoc era miembro de un grupo familiar sumamente orgulloso de sus privilegios y celoso de su alto estatus, derivado del prestigioso ancestro común Moteuczoma Xocoyotzin, mientras que Chimalpáin pertenecía a un grupo familiar chalca que vivía en la ciudad de México. Además, Chimalpáin entretejía sus amistades no con la élite política de la ciudad de México, como Tezozómoc, sino al interior de un círculo selecto de devotos cristianos y él mismo demuestra en sus escritos, en particular en su Diario y en sus primeras Relaciones, una ferviente religiosidad católica25.

12Acerca de Tezozómoc, tenemos una última noticia para el año de 1610. En ese tiempo el noble tenochca fue llamado a comparecer frente a las autoridades de Xochimilco para atestiguar acerca de la genealogía de doña Francisca de Guzmán, una señora de aquel lugar y esposa de don Martín Ceron, gobernador de la parcialidad de Tepetenchi26. Tezozómoc fue convocado como testigo para confirmar la descendencia de doña Francisca, quien provenía por línea materna de Tízoc, séptimo gobernante de Mexico Tenochtitlan, y por línea paterna de Axayácatl, hermano menor y antecesor de Tízoc, siendo su padre el gobernador de Ólac Xochimilco, don Francisco de Guzmán Omacatzin. Se trata de la última referencia biográfica que conocemos de Tezozómoc. En 1610 este autor tenía ya una edad considerablemente avanzada, por lo menos 69 años, si tomamos por buena la fecha más tardía para su nacimiento, es decir 1541, y máximo 89 años, si consideramos que pudiera haber nacido a partir de 1521.

13El último período de la vida de Tezozómoc permanece completamente obscuro y lo mismo podemos decir para el mucho más joven Chimalpáin, del cual sólo sabemos que en los años de 1608-1609 apenas empezaba su larga trayectoria como historiador con la redacción de su Diario27. Así que las fechas de muerte de ambos autores siguen siendo desconocidas. Sólo podemos suponer que Tezozómoc falleciera no mucho tiempo después de atestiguar a favor de doña Francisca de Guzmán, quizás en la década de 1610-1620, mientras que Chimalpáin debió vivir hasta mucho tiempo después, rebasando con toda probabilidad la mitad del siglo XVII28.

14Esta revisión de las biografías de Tezozómoc y Chimalpáin es fundamental para entender sus respectivas producciones historiográficas y las relaciones que estos historiadores entretenían. De Tezozómoc sabemos que escribió la Crónica mexicana en castellano en 159829, que en 1609 estaba redactando la Crónica mexicáyotl en náhuatl30, y que en algún momento de finales del siglo XVI, o de principio del XVII, ofreció un breve testimonio en náhuatl de carácter histórico que Chimalpáin recopiló en el manuscrito conocido como Códice Chimalpáin31. Por otra parte, la producción historiográfica de Chimalpáin fue enorme y multifacética, incluyendo más de veinte títulos que han llegado hasta nosotros, como su Diario (1608-161532 ), sus Relaciones históricas33, y las muy diversas obras que aparecen en el Códice Chimalpáin34.

15Además de la diferencia cuantitativa, existe una importante divergencia cualitativa entre la producción historiográfica de Tezozomoc y de Chimalpáin: del primero no tenemos ningún manuscrito autógrafo, sino sólo copias, algunas de las cuales, como la Crónica mexicáyotl, elaboradas por el mismo Chimalpáin, mientras que del segundo contamos con un gran número de manuscritos redactados de su puño y letra35. Este hecho plantea un gran problema epistemológico a la hora de acercarnos a la obra de Tezozómoc: ¿cómo podemos saber que todo lo que está escrito en los manuscritos más antiguos que conocemos de la Crónica mexicana y de la Crónica mexicáyotl, los cuales no son originales, sino copias, haya salido de la pluma del historiador noble de Mexico Tenochtitlan? En el caso de la Crónica mexicáyotl en náhuatl, que conocemos gracias a la copia realizada por Chimalpáin en el Códice Chimalpáin, es posible detectar un gran número de interpolaciones de Chimalpáin en la obra original de Tezozómoc36. Para la Crónica mexicana, podemos dudar de que todo lo que aparece en el Manuscrito Kraus, conservado en la Biblioteca del Congreso de Washington, sea obra intelectual de Tezozómoc37.

16El único pasaje en el cual estamos seguros que Tezozómoc habla directamente, en la primera persona del singular, es el exordio de la Crónica mexicáyotl.

17Ahora, en el año de 1609 años, también yo, don Hernando de Alvarado Tezozómoc, que soy nieto del hombre que fue el gran gobernante Moteuczomatzin Xocóyotl, el cual aquí vino a custodiar, vino a abrazar la gran ciudad de Mexico Tenochtitlan, nací de su preciada hija, la distinguida mujer noble, mi querida madre llamada doña Francisca de Moctezuma, la cual era esposa del noble don Diego de Alvarado Huanitzin, mi venerado hermano menor, mi venerado padre, yo, que soy el hijo querido de aquellas venerables personas que me engendraron38.

18El análisis de este texto es sumamente interesante, porque además de ofrecer datos biográficos fundamentales, el historiador tenochca enfoca su discurso a la defensa de la veracidad de la historia de los mexicas y argumenta la importancia política y social de su tarea historiográfica, que tenía como objetivo principal garantizar la sobrevivencia de la nobleza de Mexico Tenochtitlan en un período histórico en el cual sus privilegios se estaban perdiendo de manera dramática39. Hay que imaginarse que en 1609 Tezozómoc debía tener una edad considerable (entre 68 y 88 años), así que el exordio de la Crónica mexicáyotl podría considerarse como un testamento historiográfico, dejado a las futuras generaciones de señores tenochcas40. Tezozómoc se coloca como un escalón intermedio entre la pasada generación de nobles mexicas tenochcas, que por primera vez se convirtió al cristianismo y puso por escrito la tradición histórica de sus ancestros, y las nuevas generaciones, que debían hacerse custodios de la tradición y trasmitirla a su descendencia.

19Que así se sepa. Así que por todo eso vamos a persuadir a ustedes de las antiguas palabras que certificamos, confirmamos. Escúchenlas bien, tómenlas ustedes que son hijos, que son nietos, que son mexicas, que son tenochcas, y todos ellos, quienesquiera que vayan a descender de ustedes, los que existirán, los que van a vivir, los que serán vuestro linaje41.

20En este exordio de la Crónica mexicáyotl, podemos vislumbrar algunos rasgos psicológicos del noble Tezozómoc. Se delinea un fuerte orgullo aristocrático, pero al mismo tiempo la conciencia del declive que estaba sufriendo la nobleza náhuatl a finales del siglo XVI. La historia, entonces, se presenta como uno de los medios para recordar y actualizar las glorias de los antepasados y de sus descendientes en la época colonia. Los linajes nobles que un tiempo detenía el poder se identificaban con el mismo altépetl : es decir, la historia de la nobleza náhuatl era la historia de todo el pueblo42. En este punto, tanto Tezozómoc como Chimalpáin concuerdan perfectamente, con la única diferencia que el primero narra la historia de Mexico Tenochtitlan, mientras que el segundo de Chalco Amaquemecan. Se puede comprobar, inclusive, que Chimalpáin tuvo acceso a la obra de Tezozómoc y la copió, absorbiendo y desarrollando en su Octava relación las mismas formas retóricas que introducen la Crónica mexicáyotl.

21Tezozómoc, Crónica mexicáyotl

22Aquí está, aquí va a empezar, aquí se verá, aquí está escrita la muy buena, la muy sabia palabra, su gloria, su honra, su discurso, su origen, su fundamento, cómo está empezando, cómo está comenzando el que se llama gran altépetl, ciudad de Mexico Tenochtitlan43.

23Chimalpáin, Octava relación

24Aquí va a empezar, va a comenzar, aquí se verá, aquí está escrita la muy buena, la muy sabia palabra que habla acerca de su origen, de su fundamento, de su comienzo, de su gloria, de su discurso, de su honra, de su antigua forma de vida, que se llama crónica, cómo se está fundando, cómo está come