Ficha n°156

DIGHERO, José Bernardo don



Cargo: Canónigo de la Iglesia Catedral de Guatemala, Provisor y vicario general del arzobispado.

Nació: 20 de agosto de 1757 en el Valle de la Hermita.

Murió: 22 de diciembre de 1827 en la Ciudad de Guatemala.

Padres: Capitán Don Thomas Dighero y Salucio, oriundo de Madrid y doña Josefa Morales hija de Manuela de Morales y de ? .

Resumen: Resulta evidente que el grupo familiar de los Dighero ingresó en las filas de la oligarquía de la Ciudad de Santiago Guatemala en la primera mitad del siglo XVIII. No cabe duda que la consolidación fue posible porque el fundador del linaje, don Thomas Dighero, pudo celebrar un provechoso casamiento con doña Josefa Morales, la cual tenía una hermana, Inés, dueña de una estancia en la provincia de Verapaz. El proceso de ascenso social fue facilitado además por la presencia en la Capitanía de un hermano, Juan Antonio Dighero y Pajero, quien formó otro grupo familiar, aunque menos exitoso. Los datos sobre la familia en aquella época son dispersos.
Soló sabemos que el hijo mayor, Cándido, vivía en 1818 en Verapaz en una Hacienda que seguramente fue herededa de su abuela materna. La entrada de José Bernardo Dighero en la Iglesia obedecía a estas prácticas comunes que buscaban impedir la temida desintegración del patrimonio familiar. Su padrino de nacimiento fue el padre Miguel Cabrejo. La relación privilegiada entre estas dos familias salió a la luz durante el enfrentamiento provocado por la decisión real de trasladar la Ciudad de Guatemala a otro sitio, debido a su destrucción por los terremotos de 1773. La familia Dighero junto con los Cabrejo – y algunos otros grupos de la Ciudad que temían las consecuencias negativas que podía sufrir un patrimonio immobiliario situado muy cerca de Santiago – se unieron al obispo Pedro Cortés y Larraz para negarse rotundamente al traslado de la Capital.
Durante esta época tumultuosa, el joven José Bernardo estaba haciendo sus estudios en el colegio tridentino de Santiago Guatemala (desde el año de 1777). Salió el día 6 de octubre de 1779 ya ordenado de diácono. Algunos meses antes de su salida, el vicerector José Gereda había certificado que este alumno había manifestado un raro talento en las materias literarias que había tenido. Es muy probable que la presencia de su primo hermano, el canónigo Juan Antonio Dighero, en el cabildo catedralicio, no lo haya ayudado mucho en su carrera eclesiástica, puesto que este Juan Antonio se resistió al traslado de la ciudad, y la familia Dighero en su conjunto perdió mucho crédito ante las autoridades reales por culpa de esta postura.
José Bernardo Dighero volvió a jugar un papel social importante en la década de 1790. La Universidad le otorgó el título de doctor en teología. Consciente entonces que sus conexiones sociales no eran suficientes para asegurarle un confortable beneficio en la Iglesia, decidió gastar parte de su dinero en buscar más apoyos en Madrid, otorgando entonces un poder a Don Tomás de Arzu, Gentilhombre en la Corte de Madrid. De hecho no faltaba de ingresos por la fortuna heredada de sus padres y por sus capellanías. La primera de 1000 pesos, fundada en 1732 por don Bernardo Cabrejo como albacea de su hermano don Antonio, estaba fincada en la hacienda de San Raymundo de Aguacaliente, junto al pueblo de Aguachapa. Recibió colación de ella en 1783. La segunda era de 800 pesos, fundada en 1753, por el padre maestro Salvador de la Gandara. La tercera fue fundada en 1677 por el arcediano don Juan Ramírez Jalón; era de 2000 pesos, pero se redujo sólo a 213 pesos. Por último, otra capellanía de 1000 pesos la fundó don Cristobal Santos, y era de José Bernardo desde 1791; pero los réditos tenían algunos años de retraso por la guerra y el chapulín.
Estos fondos patrimoniales le permitían vivir en la Ciudad lejos de los calurosos curatos de la Costa o de los fríos y difíciles pueblos de indios de los Altos de Guatemala. Empezó a servir la cátedra de Sagrada escritura en 1782 y se mantuvo enseñando allí hasta 1813, año en que pidió jubilarse. Su papel durante la vida de la Sociedad de los Amigos del País fue bastante reducido. Aparece solamente su nombre en la asistencia cuando se inauguró el gabinete de Historia Natural en diciembre de 1796, presencia casi obligatoria puesto que era rector de la Universidad este mismo año. Durante la segunda época de la Sociedad, bajo el liderazgo del arzobispo Casaus, se mostró más activo. Impulsó la creación de una Compañía de comercio para la navegación del Mar del Sur, con la Goleta Nuestra Señora del Socorro, empresa que no parece haber prosperado.Volvió a asumir la rectoría en 1818 encargándose al mismo tiempo de la pesada carga de provisor y vicario general del arzobispado, nombramiento que presupone que las relaciones con el arzobispo Ramón Casaus y Torres eran buenas. Su lealtad al rey era acreditada según el prelado. A pesar de estas posiciones ideológicas poco revolucionarias, el padre Dighero era consciente de que la economía de su Patria podía beneficiarse mucho de una política agresiva en el área del comercio. Estaba muy familiarizado con las ideas del Siglo de las Luces, lo que lo impulsaba a comprometerse cada vez más en actividades civiles, dejando de lado sus tareas religiosas.
Así, por ejemplo, en 1820 era miembro de la Junta de Sanidad del Reino y al año siguiente la Diputación Provincial lo nombró para dictaminar sobre el lugar más adecuado para construir un puente sobre el río Motagua en el camino a la Verapaz, empeño en el que participaba desde 1813. El Consulado de Comercio tuvo nuevamente intéres en el desarollo de la región Pacífica durante el año 1816. Comisionaron entonces al padre Dighero, quien conocía bien la región costera, para que hiciera un reconocimiento de la desembocadura del Río Michatoya, y le pagaron 500 pesos por sus servicios. Un estudio más a fondo de su vida permitiría seguramente de sacar a la luz su activismo a favor del desarollo de su patria. En la época de la Independencia, la Universidad lo designó para integrar la comisión que debía estudiar el plan de instrucción pública. En 1822 pedía la construcción de un canal desde el Guarda Viejo hasta Amatitlán, con la finalidad de aprovechar las aguas de los ríos Mixco y Pinula, utilizando exclusas. Más tarde formó lógicamente parte de la comisión encargada de estudiar el desarollo de la industria y la agricultura que organizó la Asamblea Constituyente de Centroamérica. En 1824, cuando fue electo diputado por la provincia de Verapaz, integró una comisión que debía supervisar la reanudación de los trabajos de rehabilitación del puerto de Iztapa en el Mar del Sur.


Autor de la ficha: Christophe BELAUBRE

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