Ficha n°137

LLANO, Ambrosio



Cargo: Obispo de Chiapas.

Nació: el 7 de diciembre de 1748 en Rueda, Valladolid, España.

Murió: el 27 de julio de 1815 en Ciudad Real, Chiapas.

Padres: Juan Llano y Moro y Francisca Pérez y Moro.

Resumen: Las informaciones sobre los primeros años de la vida de este obispo de Chiapas son muy esquemáticas. Solo la historiadora Alma Margarita Carvalho nos ofrece algunos datos. Precisa que Llano obtuvo de la Universidad de Valladolid su bachiller en cánones en 1771, en leyes tres años más tarde y que fue nombrado abogado del Real Consejo en 1778, año de obtención de otro diploma en leyes. Hasta los apellidos de sus padres no se conocen, y debemos el conocimiento de la fecha de su nacimiento a la tenacidad del investigador alemán Udo Grub.
Una vez en Guatemala, el hombre reveló ser un hombre público con una gran capacidad de trabajo y de acción. Esta fuerte actividad contrasta de manera significativa con el silencio de las fuentes sobre su paternidad. En todo caso, Ambrosio Llano se convirtió sin duda alguna en el brazo derecho del arzobispo Cayetano Francos y Monroy. Ambos cruzaron el Atlántico. Llano ostentaba el título de provisor y vicario general. De hecho tenía un ambicioso proyecto en mente cuando penetró por la primera vez en tierra americana. Se trataba nada menos que de participar en la construcción exnihilo de una nueva ciudad en la Capitanía General de Guatemala, pues su capital había sido destruida por varios terremotos en 1773. El arzobispo le asignó múltiples responsabilidades. Fue Rector del colegio tridentino. En febrero de 1787 redactó un informe sobre la tela del hábito que se usa en aquella institución, presentando el número de colegiales y pupilos que vestían manto y beca : eran 73 (53 de ellos beneficiarios de becas). Asistió como representante del obispo a las “temporalidades” de los ex-jesuitas. Fue durante doce años juez de testamentos y obras pías, y gobernaba diócesis cuando el prelado salía para cumplir su obligación de los pueblos. El 23 de agosto de 1784, el indefectible apoyo del arzobispo le permitió acceder al cabildo eclesiástico de la Ciudad como canónigo de merced. En julio de 1788 bautizó a uno de los hijos del comerciante Blas Rodríguez de Zea, celebración excepcional que consintió para marcar una relación privilegiada con aquella familia. Al fallecer su mentor Francos y Monroy en julio de 1792, el deán y el cabildo lo eligieron como Vicario General, puesto que asumió hasta la llegada del arzobispo Villegas, en mayo de 1794. Los votos en su favor demuestran que su personalidad se había impuesto, por encima de las facciones locales. Durante este período de gobierno apadrinó a la hija de Miguel Antonio Bataller, quien era entonces fiscal de la Real Audiencia de Guatemala, y respondió favorablemente al mismo pedido del propio comerciante Juan de Irrizari y Larrayn para su hija María Josefa. Compró a María Manuela Biera y a su consorte Cristóbal Del Barco una casa de 20 varas de frente y de 50 de fondo, la cual había sido donada por el cura Marcos de Loayza. Esta buena integración a la sociedad colonial local pudo haberlo convencido de no arriesgar el penoso viaje hacia los Reinos de Perú para servir al obispado de Santa Marta que el Rey le ofreció.
Luego de la muerte del arzobispo Villegas en enero de 1800, Llano asumió nuevamente el cargo de Vicario General. En este último caso, las relaciones con la Audiencia de Guatemala estaban tan deterioradas, que los canónigos colectivamente olvidaron informar a la Audiencia de ese nombramiento. El Rey tuvo que intervenir, con cédula del 12 de mayo de 1802, para precisar que esos nombramientos debían ser comunicados.
Mientras tanto el Consejo de Indias lo propuso nuevamente al Rey para servir otro obispado esta vez más cercano. Se trataba de la vecina provincia de Chiapas. Esta vez aceptó y presentó su renuncia al cargo de Vicario General del arzobispado de Guatemala el 4 de setiembre de 1801. El 24 de agosto de 1802 había impuesto el sagrado palio al nuevo arzobispo Luis Peñalver y Cárdenas. El 12 de septiembre del mismo año, el mismo arzobispo consagró a Llano obispo de Chiapas en el templo de Santo Domingo que aún estaba sin concluir. A finales de octubre todavía se encontraba en la Ciudad de Guatemala y firmaba ante notario un poder a su hermano Manuel Isidro Llano, vecino de la Villa de Rueda. Más allá no sabemos con certeza cuándo Ambrosio Llano pasó a San Cristóbal de las Casas para servir su nueva diócesis. Pero lo volvemos a ver en 1809, año en el que esta provincia fue afectada por un escándalo político. Hubo entonces un oficio de la Audiencia de Guatemala, que daba instrucciones para que el intendente, José Mariano Valero, y el síndico del Ayuntamiento don Antonio Gutiérrez, fueran relevados de sus respectivos cargos, y que el señor Ambrosio Llano actuara como gobernador interino.
Estaba entonces en Chiapas y mantenía una relación epistolar muy regular con la Ciudad de Guatemala, donde había dejado muchos amigos: en particular sus corresponsales eran Tomás de Moreda, Antonio García Redondo, Alejandro Ramírez y sobre todo Enrique de Loma, quien había cruzado el Atlántico a su lado, en 1779. Con sus corresponsales comentaba en detalle los acontecimientos políticos que afectaban la Nueva España, desde el movimiento rebelde iniciado por el cura Hidalgo. Su secretario particular era entonces el Sr. Mariano Robles, quien representó a la provincia de Chiapas en las Cortes de Cádiz.


Autor de la ficha: Christophe BELAUBRE

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