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AFEHC : diccionario : ALEAS, Fermín : ALEAS, Fermín

Ficha n° 1552

Creada: 18 junio 2007
Editada: 18 junio 2007
Modificada: 16 mayo 2013

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Autor de la ficha:

Christophe BELAUBRE

Editor de la ficha:

Christophe BELAUBRE

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Publicado en:

ISSN 1954-3891

ALEAS, Fermín

Un religioso español enredado en los conflictos locales de la Ciudad de Guatemala y de Ciudad Real en Chiapas.
Palabras claves :
Reforma, Universidad, Educación, Cursos
Cargo o principal ocupación:
Provincial de la Orden de Santo Domingo en Guatemala
Nació:
En 1743 en Colmenar Viejo en Toledo.
Murió:
Despuès de 1809.
Padres:

1Se ignora.

Resumen:

1Fermín Aleas forma parte de esos miles de religiosos españoles, que dejaron España animado por sus propias motivaciones religiosas y en el cuadro de una política real que buscaba mantener una fuerte presencia de los peninsulares en los grandes conventos urbanos americanos. Estos religiosos llegaban en grupo (entre 30 y 50 pero no había regla en la materia) y permitían mantener el sistema de la alternativa el cual garantizaba a ambos grupos, criollos y peninsulares, un gobierno de turno de su orden.

2A la hora de dejar el puerto de Cádiz, Aleas era un joven egresado de las universidades de Alcalá y Valladolid y se desempeñaba como catedrático de filosofía en el centro de formación de los dominicos en Madrid: el colegio de Santo Tomás. Ya había sido ordenado como presbítero algunos años atrás y ostentaba los títulos de lector, de predicador y de confesor. El navío que le hizo atravesar el Atlántico (1774) lo dejó en las costas de Honduras. Vivió sus primeros años en América seguramente en el caótico ambiente de la reconstrucción de la capital del Reino, pero ignoramos si tomó parte en el agudo conflicto político que provocó aquel acontecimiento. Se sabe que la orden de Santo Domingo aceptó y apoyó el traslado contemplado por la Corona. Sólo sabemos que en esa época Aleas se graduó de doctor en teología en la Universidad San Carlos de Guatemala.

3Este silencio inicial contrasta con el ruidoso asunto en el que Fermín Aleas se vio involucrado en la década de 1780. En un informe dirigido al Consejo de Indias, denunció las materias universitarias dispensadas en la Universidad de San Carlos, hablando en términos muy pocos diplomáticos de una “moral corrompida”. Pedía entonces la creación de una cátedra del famoso dominico Melchor Cano y se proponía de servirla. Su acción pública en esa década es relativamente conocida, pues los trabajos de John Tate Lanning, de Lázaro Lamadrid y de Elisa Luque Alcaide utilizaron mucho sus cartas y otros informes para redactar sus historias respectivas sobre la Universidad, la vida de José Antonio Goicoechea y la Sociedad de los Amigos del País en Guatemala. De hecho se sabe que su protesta no tuvo eco en el Consejo de Indias y no se llegó a cuestionar el proceso de modernización de la Universidad San Carlos de Guatemala. Según José Aznar López los responsables del claustro universitario pensaban que estas críticas estaban motivadas por la ambición personal del religioso, que pretendía la cátedra de Cánones y estaba resentido por la negativa, por lo cual arremetía furiosamente levantando el velo del abandono en la enseñanza. A pesar de esa experiencia bastante dolorosa Aleas siguió su carrera en la Orden de Santo Domingo, alcanzando en 1795 el puesto de prior del convento de la capital del Reino. En 1797 su nombre figuraba entre los suscriptores de la Gazeta de Guatemala.

4Tras haber buscado sin éxito un nombramiento en un obispado americano viajó a Chiapas, donde de nuevo aparece comprometido en un conflicto local. Allí Tomás Juara, dominico español, apoyaba a los religiosos chiapanecos que buscaban la división en dos de la Provincia de San Vicente. En 1799, siendo prior del convento de Ciudad Real, Juara denunció supuestas irregularidades durante la elección del nuevo prior provincial. En estas elecciones fue electo un español, como debía ser, tras la muerte del criollo Felipe Gutiérrez. El cargo no fue atribuido a Tomás Juara quien era candidato sino a Fermín Aleas (partidario del centralismo y de una sola provincia dominicana). Este tipo de elección daba lugar con frecuencia a recursos jurídicos, pero esta vez Tomás Juara eligió acudir a los tribunales eclesiásticos de la diócesis de Chiapas y no, como era costumbre, a la Audiencia de Guatemala. Esa jurisdicción estaba entonces en manos del canónigo Juan Nepomuceno Fuero, hermano del Obispo de Chiapas Fermín José Fuero . El religioso y el canónigo sabían muy bien que actuaban ilegalmente; y lo confirmó la rápida respuesta de la Corona que envió al fraile Manuel María de la Chica para detener al fraile Juara y conducirlo a la capital. La crisis se agudizó apenas salió éste de Ciudad Real. El núcleo de poder organizado al rededor de la poderosa familia Robles decidió recuperar por la fuerza al religioso. Con el argumento de su estado de salud, el subteniente de milicia Tiburcio Ferrera, sobrino del juez Nepomuceno Fuero , y actuando según las órdenes del hermano de este mismo juez, Joaquín Fuero, logró liberar al fraile Juara de las manos del fraile Chica. No vacilaron en organizar una verdadera fiesta popular para celebrar el retorno del fraile. A fin de cuentas, el subdelegado José María Robles, instigador de la rebelión a la orden civil, fue condenado por la Audiencia a 50 pesos de multa y el provisor Fuero no tuvo otra opción que dar su renuncia. El fraile tuvo que ir a Guatemala para someterse a juicio y Fermín Aleas, consciente que su presencia no iba a calmar los ánimos, decidió volver a la Ciudad de Guatemala.

5La carrera de Fermín Aleas siguió después en Guatemala donde fue electo provincial de su orden (por lo menos en 1801). Que sepamos este dominico español no dejó ninguna obra impresa, pero por los inventarios de bienes realizados a raíz de la expulsión de 1829, sabemos que es autor de un cuaderno, seguramente perdido, manuscrito titulado: Plan de gobierno de las doctrinas del padre Fermín Aleas.

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