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AFEHC : articulos : Ciudadanas por y para la dictadura: el Ala Femenina Liberal de Juventud Liberal Nicaragüense, 1954-1961 : Ciudadanas por y para la dictadura: el Ala Femenina Liberal de Juventud Liberal Nicaragüense, 1954-1961

Ficha n° 1826

Creada: 13 febrero 2008
Editada: 13 febrero 2008
Modificada: 17 enero 2011

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Autor de la ficha:

Ricardo BALTODANO MARCENARO

Publicado en:

ISSN 1954-3891

Ciudadanas por y para la dictadura: el Ala Femenina Liberal de Juventud Liberal Nicaragüense, 1954-1961

Este trabajo aborda la fundación y organización del Ala Femenina Liberal (ALA), instancia auspiciada por Anastasio Somoza Debayle. En sus primeros años fue parte de Juventud Liberal Nicaragüense (JLN). A pesar de esta adscripción orgánica, el Ala Femenina logró mantener independencia de la misma, pero mantenía profunda subordinación de carácter político e ideológico al Partido Liberal Nacionalista, (PLN) controlado por los Somoza y los caudillos departamentales y locales. Esta agrupación logró crear una estructura de carácter nacional, departamental y municipal. Si bien es cierto la mayor parte de su dirigencia provenía de sectores medios, también logró influenciar y movilizar mujeres del campo y de sectores populares urbanos. De la mano de la Dictadura centenas y miles de mujeres, acompañaron a los Somoza y lograron acceder a puestos públicos, algunos de gran relevancia, forjaron muchas de ellas un discurso que veneró a los Somoza y les permitió proyectarse como indiscutibles liderezas políticas femeninas. Este discurso convirtió la conquista del voto femenino en una concesión que las mujeres debían agradecer eternamente a los Somoza, lo que efectivamente castró las posibilidades de desarrollo del propio movimiento, a pesar de ello, el Ala Femenina Liberal fue indiscutiblemente, el primer gran movimiento de mujeres en Nicaragua.
Palabras claves :
Ala Femenina Liberal, Somoza, Juventud Liberal Nicaragüense
Autor(es):
Ricardo Baltodano Marcenaro
Texto íntegral:

1

Introducción

2El sufragio de mujeres cobra mayor impulso continental a partir de las resoluciones emitidas en las reuniones Panamericanas, desde 1922. De tal manera que los primeros en acoger tal acuerdo fueron Ecuador en 1929, Brasil y Uruguay en 1932, Cuba en 1934, República Dominicana en 1942, Guatemala en 1945, Panamá en 1946, Venezuela y Argentina en 1947, Chile y Costa Rica en 1949, El Salvador en 1950. A partir de entonces de forma gradual se otorgó la ciudadanía y los derechos políticos. Bolivia, Haití, Perú, Honduras, Paraguay y Colombia, aún no permitían el sufragio femenino para la elección presidencial, y para las elecciones municipales, lo admitieron Perú, Haití y Bolivia1.
Sin embargo, este proceso no fue homogéneo y se debe a múltiples factores: “campañas prosufragistas llevadas a cabo por mujeres feministas y, en algunos casos, apoyadas por hombres, intereses políticos de las élites en el poder y de fuerzas subalternas, procesos de democratización o modernización internos y, finalmente, la presión internacional que, inmediatamente después de la segunda guerra mundial, fue ejercida a favor del ensanchamiento de la democracia en la mayoría de los países del mundo2.”

3En Nicaragua ha sido un tema olvidado, fuera de la exhaltación del rol de algunas mujeres como la española Rafaela Herrera o las tímidas referencias a algunas maestras de generaciones como Josefa Toledo de Aguerri y Delia Ramírez de Arellano, promovidas como mujeres ejemplares y entregadas a causas sociales como la educación, muy poco han dicho e investigado sobre ellas. Victoria González, en su artículo “Del Feminismo al Somocismo: Mujeres, sexualidad y política antes de la Revolución Popular Sandinista3 ”, rescató el esfuerzo de un grupo de feministas encabezadas por Josefa Toledo de Aguerri. Este grupo, entre 1937 y 1939, demandaron el derecho al voto, acceso a las escuelas, igualdad ante la ley y el trabajo, políticas de protección en su función de madres, demandas que en ese momento no llegaron a materializarse. Plantea además que “…a partir de la década de 1950, el feminismo fue subordinado por un poderoso movimiento de mujeres derechistas anticomunistas, que sin ser feministas valoraba los derechos políticos de la mujer…este movimiento… borró eficazmente de la memoria colectiva la existencia del feminismo en Nicaragua iniciado entre 1920 y 19404.” La autora se refiere al papel jugado por el Ala Femenina Liberal.
Las corrientes modernizantes de los años 30 en los Estados Unidos y en toda América Latina, el impacto en el mundo de la Segunda Guerra Mundial y la promulgación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y, la permanente necesidad de la Dictadura de vender la imagen de demócratas, los obligó a adoptar en la década de los 50 un modelo, que les permitió a las mujeres jugar un papel más activo en la vida política nacional. Ese modelo político incorporó gradual pero sostenidamente a centenares de ellas en cargos y puestos públicos dentro del estado somocista y del Partido Liberal Nacionalista.
Muchas aprovecharon esos espacios para hacer carrera política, hasta convertirse en parte insustituible y necesaria. Desde jóvenes construyeron un mensaje político: considerar, y aún lo sustentan, que el somocismo ha sido lo mejor que ha tenido el país. Nicaragua en 1950, contaba con una población total de 1,057.023 habitantes y en 1971, alcanzó la cifra de 1,877.952 pobladores. De estos, 159,350 eran mujeres en 1950 y 247,350 en 1969, comprendidas entre las edades de 19 a 39 años. A la altura de 1950 el 64.8% de esta población era rural, evolucionando en 1971 al 52.3%.
El Pacto de los Generalessuscrito el 3 de Abril de 1950, por Anastasio Somoza García y Emiliano Chamorro, en su artículo octavo incorporaba el derecho al sufragio femenino5. Posteriormente la Carta Magna, reformada y aprobada el 6 de Noviembre de 1950, en su artículo 31, expresó, “Son ciudadanos los nicaragüenses varones y mujeres, mayores de 21 años de edad; los mayores de dieciocho que sepan leer y escribir o sean casados; y los menores de 18 que ostenten un título académico6”. Y en el Artículo, 32.- ampliaba los derechos políticos, “la mujer puede ser elegida o nombrada para el ejercicio de cargos públicos, salvo los casos expresamente exceptuados por la constitución”. Este último artículo se refería a casos, en que por problemas de salud mental, problemas judiciales, por determinado parentesco o consanguinidad, no estaba permitido ejercer algunos cargos.
En el caso nicaragüense, por conveniencias políticas del PLN, las mujeres ejercieron eso derecho en el proceso electoral de 1957, después de aprobado el Reglamento. Transcurrieron siete años para que este acuerdo se materializara, en ese tiempo se crearon las condiciones políticas para asegurarse el apoyo de las mujeres. Ese respaldo, lo construyeron a través de un instrumento, que funcionó de manera efectiva, el Ala Femenina Liberal de Juventud Liberal Nicaragüense.
Ala Femenina fue diseñada como una organización que le permitió al PLN y a la familia Somoza establecer vínculos de comunicación e influencia con las mujeres de Nicaragua. A partir de 1954, el grupo de mujeres fundadoras y la dirigencia de dicho partido desplegaron múltiples esfuerzos políticos, organizativos, sociales e ideológicos para movilizar a las féminas. Mujeres adultas y jóvenes se vieron envueltas en esta vorágine, la cual marcó cambios significativos en el modelo de relación política entre hombres y mujeres. Ellas salieron masivamente de sus casas a manifestarse públicamente, patrocinadas y apoyadas por la Dictadura.
El Ala formó parte orgánica de Juventud Liberal Nicaragüense (JLN) entre 1954 y 1961 cuando se produjo la desarticulación de JLN y la construcción de Juventud Somocista de Nicaragua. A partir de ese año, la agrupación continúo su trabajo totalmente independiente de cualquier organización juvenil hasta su disolución en Julio de 1979. Este estudio, abarca el período en que el Ala Femenina, fue parte de Juventud Liberal. La estructura o armazón de esta organización siguió la formalidad de los partidos burgueses tradicionales. Es decir una directiva nacional, departamental, municipal, comarcal; un programa; una asamblea general consultiva y/o resolutiva; la operatividad de las acciones a través de los elementos de base, los comités; la naturaleza de sus miembros, muy bien definidas, las mujeres de diferentes estratos sociales y del ámbito urbano y rural. Hasta aquí, se siguen las pautas de formación de los partidos políticos modernos planteados por Duverger, sin embargo, la dirigencia en todos sus niveles no fue seleccionadas por mecanismos de la democracia formal, sino por los vínculos familiares y lealtades a la familia Somoza7.

Fundación del Ala Femenina Liberal

4En los primeros meses del año 1954, el PLN, a través de la creación de lo que llamaron Frente Liberal Femenino, inició sus trabajos para organizar el Ala Femenina Liberal. Esta estructura permitió realizar los primeros trabajos de agrupación de mujeres y se incorporaron a la campaña para la reelección de Anastasio Somoza García. Al parecer los primeros grupos identificados como tal se manifestaron en el Mercado San Miguel y Central de la ciudad de Managua. En los Municipios de San Jorge, en el Departamento de Rivas; en el Sauce, Departamento de León; en el Valle de Esquipulas en Boaco. En los sitios antes mencionados eligieron sus respectivas juntas directivas8.

5El Ala Femenina fue oficialmente fundada en el mes de julio de 1954, este movimiento contó entre sus iniciales propulsoras con las jóvenes Alba Warren, Gladis Bonilla y Nora Pérez de Alfaro, ellas mismas se identificaron como “iniciadoras del primer movimiento político cultural de la mujer nicaragüense y organizadoras del Club Liberal Femenino y del Ala Femenina de Juventud Liberal Nicaragüense9”.

6Olga Núñez, en ese entonces Subsecretaria de Instrucción Pública, fue seleccionada para ponerse al frente de la organización de este movimiento. Fue la primera mujer graduada de abogada en Nicaragua, gozaba de la confianza del Presidente Somoza García. En diciembre de 1953, los matrimonios Somoza-Debayle, y Sevilla Sacasa-Somoza fueron padrinos de boda de dos dirigentes jóvenes, Olga Núñez de ALA y el novio Efrén Saballos, de JLN. Este padrinazgo sellaría una entrañable amistad y confianza absoluta, era también el sello de una lealtad política.

7Esta prominente liberal, fundadora, promotora y presidente desde sus inicios del Ala Femenina, en un discurso de aniversario, expresó, “Hace un año que por primera vez se reunieron un grupo de mujeres para considerar el ofrecimiento que el excelentísimo Presidente de La República, General Anastasio Somoza García, hizo en el Club Internacional en el homenaje que le ofreció Acción Liberal Intelectual, expresando su determinación de presentar ante el honorable Congreso Nacional, el proyecto de ley para conceder a la mujer nicaragüense el derecho al sufragio activo10 “.

8El 15 de febrero de 1954, se eligió la primera directiva de carácter provisional hasta la convocatoria de la Asamblea General en la cual se eligieron las primeras autoridades del Ala Femenina11. Según Núñez, el “ Ala Femenina de Juventud Liberal Nicaragüense, ha sido organizada para desarrollar actividades tendientes a la capacitación política de la mujer nicaragüense en general, a fin de que puedan prestar un eficaz concurso en la organización de los poderes del estado, por medio del voto, ahora que este es una hermosa realidad gracias a la clara visión de estadista del General Somoza12“.

9Esa definición encubría los objetivos por los que realmente construyeron el ALA, llevar a la mujer a las urnas agradecidas con los Somoza. Pero el Ala Femenina también se involucró en diversas actividades de carácter social, visitas y ayuda a los presos, atención a enfermos, aseguramiento logístico y de alimentación durante los días de votación13. Lucrecia Noguera Carazo, otra de las fundadoras, afirmó haber entregado 6,000 juguetes en los hogares nicaragüenses pobres en diciembre del 1955-56 en el marco de la campaña que denominaron “Árbol de Navidad General Somoza”. Para esta actividad, pretendían beneficiar a las madres pobres de toda la república, pero, los regalos se distribuyeron a través de los comités pro candidatura del General en cada localidad14.

Campaña electoral de 1957

10La campaña electoral del Partido Liberal Nacionalista para elección del Presidente de Nicaragua y de los miembros del Congreso Nacional se dividió en dos partes, la primera de ellas, desde las primeras proclamaciones en el año de 1954 hasta el 21 de septiembre del año 1956, fecha en que el General Somoza fue abatido a balazos. En la primera etapa, todos los organismos liberales, se encargaron de proclamar y promover la candidatura de Somoza García. La segunda etapa se inició después de un período corto de receso, en que los discursos estuvieron dirigidos a lamentar su muerte, para casi inmediatamente reiniciar la campaña por la candidatura de su hijo, Luis Somoza Debayle. Ala Femenina Liberal, mantuvo una posición beligerante en ambas etapas.

11Las mujeres de Nicaragua se aprestaban a ejercer su derecho al voto por primera vez, esa fue la motivación fundamental que incentivó a las liberales, respondieron al llamado Anastasio Somoza García y el PLN. La campaña electoral llevaría a un nuevo mandato al General. Acudieron de todos los estratos sociales, de todas las edades y de casi todos los rincones del país; las mujeres identificaron esta organización como un movimiento en pro del voto femenino. Alba Warren una de las activistas fundadoras, lo definió claramente en un discurso pronunciado ante las activistas pro voto del municipio de Juigalpa, en el Departamento de Chontales “Ala Femenina pretende reunir en un solo conglomerado nacional a todas las agrupaciones femeninas que se han organizado en todo el país, para trabajar por la consecución del voto femenino, que ha prometido conceder el General15“.

12Al hacer un recuento histórico de Ala Femenina, Olga Núñez de Saballos, expresó que “en Nicaragua desde hace muchos años se venía preparando este movimiento reinvidicador, pero primeramente estuvo reducido a un grupo de mujeres intelectuales y cultivadas que no lograron despertar el movimiento popular. No fue sino en época reciente que las masas populares femeninas despertaron entusiasmadamente a estos ideales y aportaron el calor de sus corazones y la fuerza numérica de sus legiones16“. En sus innumerables conferencias e intervenciones, logró desarrollar un discurso donde mezclaba, primero, el genuino interés de las mujeres por participar en la vida política y lograr superar el status de ciudadanas de segunda clase. Segundo, la promoción de la lealtad a la familia Somoza por ser los reinvindicadores de los derechos políticos de las mujeres. En la ciudad de Estelí, en una conferencia, lo dejó sentado: “Al reclamar sus derechos las masas populares femeninas no dijeron: ¡Queremos votar! Sino !Queremos votar por Somoza! y en nombre de ese deseo, en nombre de ese grito que les salía de lo íntimo del corazón, se conquistó el voto femenino en Nicaragua17 “.

13Somoza era presentado como el benefactor de las mujeres, como el padre de su libertad. En su capacidad histriónica para manejar con habilidad este planteamiento, destacaron en esta primera etapa, Olga Núñez, Alba Warren y Lucrecia Noguera de Carazo. Ellas supieron manosear el feminismo promovido por generaciones anteriores de mujeres18, para convertirlo en un movimiento fundamentalmente sufragista, protegido, salvaguardado y apadrinado por la familia gobernante. En muchos momentos, sus discursos encerraron legítimos planteamientos feministas demandando para la mujer, espacios hasta el momento ocupados exclusivamente por hombres. Núñez de Saballos en otra de sus conferencias señalaba: “El feminisno, tan combatido y mal interpretado en épocas pasadas, ha sido definido como una fuerza viva, como la más completa y vigorosa expresión de democracia, como la lucha de la mujer para ocupar en el mundo el lugar que le corresponde y por adquirir los derechos, que le pertenecen en su calidad de ser humano…la mujer de este continente tuvo que librar grandes batallas en el campo ideológico, exponerse al ridículo y a la burla, emprender vigorosas campañas y soportar enormes sacrificios. De las páginas inquietas de la historia surgirán siempre las figuras de Susan B. Anthony y Carrie Chapman, encabezando a las sufragistas norteamericanas en 1930, que después de constante lucha, obtuvieron el voto en los Estados Unidos de América, constituyéndose así en el primer país del continente en dar tan avanzado paso19”.

14En otra conferencia en Estelí, identificó lo que llamó factores retardatarios para la conquista del voto femenino, mencionando entre otros: “Las tradiciones sociales, el viejo concepto de división de funciones que le asigna a la mujer el cuido del hogar y al hombre la vida pública, el innato egoísmo masculino y la errada creencia de que el hombre es físicamente e intelectualmente superior a las mujeres, la mujer misma, su dócil sometimiento y más aún su inexplicable indiferencia frente al problema de sus derechos”, para luego concluir “en nombre de tan equivocados principios, la mujer se vio relegada a las sombras del hogar y a la sombra más densa aún de la ignorancia20 “.

15Las dirigentes del Ala, expresaron planteamientos que iban más allá de la reinvindicación del voto, propugnaron por la inserción de la mujer al mundo laboral y del estudio pero no lograron romper el esquema tradicional de la mujer al lado del hombre, como apoyo en las campañas políticas, dedicadas a tareas muchas de ellas de carácter doméstico, vinculados a la distribución de juguetes para los niños, obras de caridad, etc.

16Un enfoque profundamente alienante que impidió el desarrollo del movimiento mujeres, fue sin duda la subordinación y pleitesía a la imagen de los Somozas y a la relación también subordinada por distintos lazos a los caudillos locales. Esta práctica tradicional del quehacer político castró toda iniciativa propia de la organización. No podemos negar que la mujer en esta etapa, inició con paso firme su vinculación al mundo político y encontró en los gobiernos somocistas, espacios significativos, que comparativamente no pueden ser menospreciados en un mundo latinoamericano aún muy atrasado, en relación al rol de la mujer21.

17Lucrecia Noguera de Carazo en gira realizada por la ciudad de Juigalpa, Departamento de Chontales, insistió nuevamente en el eje de la campaña: “he querido expresar la satisfacción y el agradecimiento que siente y que debe sentir la mujer de pertenecer al partido liberal y por deberle su máxima conquista, ya que es para nosotros mujeres de mi patria, motivo de satisfacción y orgullo el entrar a formar parte activa como ciudadanos con derecho al voto electoral y este orgullo y honor que nos coloca como país de avanzada a la par de muchas naciones hermanas del continente americano, se lo debemos a Somoza22 “.

18Otras voces desde los grupos liberales, prestaron su pluma para sumarse a la campaña emprendida para lograr la adhesión de la mujer a las filas del somocismo, tal es el caso de Edgardo Prado. Este autor, en un artículo titulado La mujer en el Gobierno, afirma que Somoza García: “ha sido el primer presidente de Nicaragua que brinda a la mujer nuevos y amplios horizontes en su vida, llamándola a ocupar delicadas posiciones en el gobierno, en su gabinete, en cargos administrativos y diplomáticos…La mujer nicaragüense agradecida lo tiene como su legítimo apóstol23.”

19Las mujeres liberales, proclamaron a Anastasio Somoza García como candidato a la Presidencia, “te proclamamos porque te necesitamos en el poder y Dios nos da la bendición de tenerte con vida largo tiempo, no será esta la última vez que te proclamamos, lo volveremos a repetir en el 6324”. Las mujeres liberales a tono con los claros propósitos del General Somoza García, se adelantaron y reafirmaron lo que él quería oír, Somoza For Ever, Somoza para siempre.

20En el Casino Militar, el General Somoza García, señaló que “Por primera vez en un banquete propiamente político, toman asiento las mujeres de mi tierra, que han venido como un ramo de rosas a perfumar la nueva historia de Nicaragua y del Liberalismo25 “. La principal dirigente del Ala en su discurso central respondió “En el programa de esta noche regocijada, no estaba consignada la voz de la mujer nicaragüense. Quizás por que el hombre liberal no se ha acostumbrado aún a encontrar a su lado en los hechos políticos, la figura alerta y ágil de la mujer….pero tendrán que acostumbrarse General, porque usted nos ha colocado ahí, porque usted arrebatándonos de la sombra, nos ha situado frente a la luz26 “. Constantemente, este movimiento somocista, reiteraba la paternidad de este logro, a la gestión exclusiva del General Somoza García.

21Durante la celebración del cumpleaños de Núñez de Saballos, el 22 de marzo de 1956 en el Casino Militar, las instancias nacionales y departamentales del ALA, proclamaron solemnemente al General Somoza como único candidato del Partido Liberal, Somoza García agradecido les contestó “Es la proclamación más pura que he recibido en mi vida, me ha proclamado la mujer y como ella es todo corazón, me considero proclamado por el corazón de Nicaragua”, la cumpleañer