Ficha n°129

HERNÁNDEZ DE YLLESCAS, Francisco


Cargo: Comisionado de la Audiencia de Guatemala para varios trabajos.

Caso: con hija del “conquistador” Martín Sánchez.

Padres: Hernando de Yllescas.

Resumen: De este dinámico personaje no tenemos información biográfica familiar, solamente contamos con infinidad de documentos que hacen referencia a los servicios que prestó a la Corona española durante el tiempo de las correrías de “pacificación”, y de las invasiones de los piratas ingleses a las costas atlántica y pacífica de la jurisdicción del Reino de Guatemala.
En el segundo día del año 1555, Francisco Hernández de Yllescas y el espadero Juan Rosado firmaron un documento, ante el escribano Antón García, por medio del cual Rosado se obligó a servir a Hernández de Yllescas en el oficio de espadero y en lo que fuera necesario, durante un año. Por estos servicios Hernández se comprometió a pagarle 160 pesos de oro de minas al año, así como a proporcionarle comida, cama y casa.
El 28 de julio de 1564, el escribano Juan de Rojas dio fe que los señores de la Audiencia de Guatemala autorizaron la formación de la información de los méritos y servicios de Francisco Hernández de Yllescas y de su padre Hernando de Yllescas, con la finalidad de solicitar una merced al rey, ya fuera encomienda, algún oficio o ayuda de costa. Para este efecto, Francisco Hernández dio a conocer el interrogatorio, de 19 preguntas, que debía hacerse a los testigos que presentaría para la información. Las primeras diez preguntas estaban relacionadas con los servicios que Hernando de Yllescas había hecho al rey, en la “conquista y pacificación” de Oaxaca, Tehuantepeque, Guatemala, Nicaragua y Honduras, y sobre las encomiendas que le fueron asignadas, y de las cuales fue despojado posteriormente por el licenciado Cerrato. En esta oportunidad puso de manifiesto el recurso social con que contaba: amistades, vecinos y compañeros de campaña, quienes darían fe de los servicios personales que había prestado al rey, y de sus calidades, que lo hacían merecedor de alguna dádiva real en las formas acostumbradas en la época. Este grupo social de respaldo estaba formado por: Pedro de Olid, mayor de 60 años de edad, quien conoció a Hernando desde 1521; Alonso de Loarca, mayor de 50 años; Bernal Díaz del Castillo, mayor de 68 años; Juan de Aragón, mayor de 60 años; Francisco de la Cueva, mayor de 50 años; Pedro Ortiz, mayor de 70 años; Pedro González Nájera, mayor de 57 años; Pedro de Caballos (¿Ceballos?), mayor de 50 años; Miguel de Aguirre, mayor de 50 años, y Jerónimo de Alvarado, mayor de 64 años. Todos vecinos de Santiago.
El escribano real Diego de Robledo dio fe que el 16 de julio de 1565, Francisco Hernández de Yllescas presentó ante el licenciado Francisco Briceño, gobernador de la provincia de Guatemala, la solicitud de merced de la encomienda de los pueblos de Conetla, Alotepeque y Chiquitlán. Briceño mandó que la petición se juntase con las demás para proveer justicia. El 21 de julio de 1565, el mismo escribano Robledo hizo constar que el gobernador Briceño dijo que se le llevase la información de los méritos y servicios de Francisco Hernández de Yllescas y la última tasación de los tributos de los pueblos mencionados, y que después de vistas proveería justicia. Esta fue la respuesta a una nueva petición de Hernández sobre el mismo asunto, pues éste había insistido con su petición al conocer la primera disposición de Briceño. Reiteró en pedir que se le hiciese merced de los pueblos que habían quedado vacantes por la muerte de su encomendero Gonzalo Ortiz. Además, insistió que a su derecho convenía que Briceño viera la información de sus méritos y servicios que ya tenía presentada «para que conforme a ella y lo proveído y mandado por Su Majestad, me prefiera en la dicha encomienda, con que me pueda sustentar.» Según Hernández de Yllescas, su situación era desesperada por cuanto tenía 3 hermanas por casar, dos doncellas y una viuda, llamadas Inés Vásquez, Francisca Rodríguez y Catalina Vásquez, respectivamente; las cuales no tenían dote para casarse pues eran muy pobres. Además, era casado con una hija de Martín Sánchez, quien fue conquistador de esta provincia y sirvió muy bien al rey. Hernández de Yllescas tenía 4 hijos, y por estar pobre padecía muchas necesidades, lo cual reiteraba de continuo, pues no tenía una fuente de ingresos para mantener, tanto a sí mismo como a su familia y hermanos. Los hijos de Hernando Yllescas fueron: Francisco Hernández de Yllescas, el hijo mayor; Felipe Vásquez, Gaspar de Yllescas, Hernando de Yllescas, Catalina Vásquez, Guiomar Rodríguez, Inés Vásquez y Francisca Rodríguez quienes quedaron muy pobres y con gran necesidad, como consecuencia de carecer de alguna encomienda.
El 08 de enero de 1586, ante el licenciado García de Valverde, presidente de la Audiencia de Guatemala, se presentó la solicitud de Hernández de Yllescas, que se refería a que se le concediera una encomienda de los corregimientos, que vacarían luego, de Totonicapán, Tecpán Atitlán, Acasaguastlán, Chiquimula y Escuintla. Fundamentó su petición en la cédulas reales que presentó, de fechas 29 de noviembre de 1570 y 12 de junio de 1581, las cuales le fueron dadas a su favor, para que se le diera alguna merced. En esta oportunidad se opuso a las encomiendas, contra cualesquiera otra persona que los pidiera, y exigía que se le diera preferencia en la concesión de encomiendas. El dicho presidente de la Audiencia, el mismo día obedeció la cédula y dijo que, en cuanto a su cumplimiento, lo haría en cuanto hubiera ocasión, tal y como Su Majestad en ella lo ordenaba.
El 07 de noviembre de 1591, Hernández de Yllescas solicitó al presidente de la Audiencia que se diera cumplimiento a las cédulas reales que daban fe de sus méritos y servicios. Para la petición se basó en los servicios que su padre y él habían hecho al rey en diversas oportunidades, además que en repetidas ocasiones había presentado oposición a las encomiendas vacantes con resultados negativos. El escribano de cámara Pablo de Escobar dio fe que el presidente de la Audiencia, el licenciado Pedro Mayén de Rueda, tal y como lo habían hecho sus antecesores, mandó que la petición se colocara en el memorial. En esta oportunidad Hernández de Yllescas volvió a mencionar sus méritos y los servicios que él había hecho al rey: i) Hijo de conquistador, Hernando de Yllescas. También él fue conquistador en la pacificación de la Nueva Segovia. (ii) Entradas y descubrimiento de Taguzgalpa, con el capitán Francisco del Barco. (iii) Cobro de tributos en Chiapa y otros pueblos de la jurisdicción de Guatemala. (iv) Hechura de los puentes en el camino de Sonsonate al Golfo Dulce, sobre los ríos Los Esclavos, Agua Caliente y Aguachapan, con su presencia y bueyes durante 6 meses. (v) Apertura del camino que conducía al Golfo, a las bodegas de la encomienda de Francisco Jorge, por un año; durante el cual los piratas invadieron el dicho Golfo, y ayudó a recoger la gente que había huído a los montes, así como la preparación de la defensa del lugar. (vi) Por comisión de la Audiencia cortó gran cantidad de madera para hacer picas y dardos que se repartieron entre los vecinos de Santiago (500 picas y 100 dardos). (vii) Sirvió en la armada que se formó contra los corsarios que invadieron la costa sur y fue hasta el puerto de Acapulco, en la Nueva España, donde enfermó al punto de morir. (viii) Por comisión hizo el camino del Golfo, con 4 casas para los pasajeros, en cuatro jornadas, en lo cual tardó 6 meses. (ix) También por comisión sacó de Santiago 5 piezas de artillería y las llevó al puerto de Acajutla, que por orden real se enviaron al Perú; en lo cual trabajó 2 meses con 20 yuntas, 2 hijos suyos y 12 mozos boyeros. Por este trabajo se le remuneró con poca monta, que no fue suficiente porque las piezas de los cañones eran grandes y su transporte costó mucho trabajo al extremo que se le murieron muchos bueyes y porque los gastos ascendieron a 2,000 tostones, los cuales dejó de percibir porque no atendió sus granjerías y labranzas, de que solía vivir y sustentarse, por lo cual había caído en extrema pobreza, en la que se encontraba.
El 20 de agosto de 1599, testarudo, volvió a solicitar una encomienda en retribución de los servicios de su padre Hernando de Yllescas. Asimismo mencionó los servicios que había hecho al rey y sus actividades de conquistador y pacificador, en compañía de su padre. Según mencionó, hizo otros servicios al rey, por todos los cuales no había recibido ninguna retribución. Se sentía un poco olvidado y despreciado por las autoridades locales y el mismo rey, a pesar de sus servicios, pues ya había presentado oposición, en varias ocasiones, a las encomiendas vacantes y no había sido gratificado con alguna o una parte de ellas. Por tal razón, en esta oportunidad hizo oposición a la encomienda vacante que fue de Juana López, con la esperanza de obtener alguna merced, en gratificación de sus servicios y los de su padre, que habían prestados al rey.
Por último, el 16 de febrero de 1601, volvió a solicitar al presidente de la Audiencia, doctor Alonso Criado de Castilla, que se le encomendara una parte de los indios que habían quedado vacantes por la muerte de Juan Méndez de Sotomayor. En su petición manifestó que ya había presentado sus probanzas a la Audiencia, las cuales estaban en poder del secretario de la Audiencia Pablo de Escobar donde se daba a conocer los méritos que tenía y los servicios al rey en la conquista y pacificación de la Nueva España y de las provincias de Guatemala, tal y como había hecho constar en otras peticiones y que hasta la fecha no había sido retribuido. Pidió que se leyeran las dichas probanzas y que se le diera de comer, de acuerdo con los méritos que tenía. El presidente de la Audiencia, Alonso Criado de Castilla oyó la petición de Hernández de Yllescas y dijo que se “pusiera” en el memorial y autos de opositores.
Como se ve, las reiteradas peticiones de merced no fueron atendidas por las autoridades, a pesar que habían órdenes reales expresas de que se le concediera. Además, estas mismas autoridades de la Audiencia le confirieron poderes especiales, ante las autoridades locales de los corregimientos y alcaldías mayores, para contratar mano de obra y ayuda para realizar las comisiones que le fueron encomendadas en su debida oportunidad.

Autor de la ficha: Rodolfo HERNANDEZ MENDEZ

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