Ficha n°123

FERNÁNDEZ DE RIVERA, Cristóbal


Cargo: Regidor y receptor de penas de cámara, Santiago de Guatemala; corregidor, Chiquimula de la Sierra.

Caso: Doña María de Acevedo.

Nació: La Laguna, Tenerife, Canarias, alrededor de 1637.

Murió: Guatemala, 1698.

Padres: Cristóbal Fernández y María Rivera.

Resumen: Soldado desde muy joven, a inicios de su carrera militar Cristóbal Fernández de Rivera prestó servicio en la guarnición de La Habana, Cuba. Después de la toma de Jamaica por los ingleses en 1655, participó con grado de alférez en un intento fracasado por recuperar dicha isla. Por 1665 se encontraba ya en Santiago de Guatemala, donde se identificaba como comerciante transeunte. A partir de 1668 parece que había decidido avecindarse permanentemente, habiéndose casado con doña María de Acevedo, viuda de Manuel de Morales.
Tomando en consideración los antecedentes militares de Fernández de Rivera, en 1670 el nuevo capitán general don Sebastián Alvarez Alfonso Rosica de Caldas (1668-1672), le expidió título de capitán de milicias con mando de una de las compañías de infantería del valle de Guatemala. En 1676, el sucesor de éste, don Fernando Francisco de Escobedo (1672-1678), quien se preocupaba mucho por la defensa de las provincias centroamericanas contra los ataques de los piratas, nombró a Fernández de Rivera corregidor del partido de Chiquimula de la Sierra, lugar que se consideraba especialmente vulnerable por su proximidad al Golfo Dulce (Lago Izabal). Es posible que salió desaventajado de las maniobras políticas que atendían la visita general de don Lope de Sierra Osorio (1678-1682), puesto que en 1682 estuvo sin empleo público.
Durante todo este tiempo, Fernández de Rivera se dedicaba continuamente al comercio y aparece en la documentación enviando remesas de tinte a la Nueva España. Sin embargo, mostraba una marcada preferencia por los cargos públicos asalariados. En 1683, compró por suma de 5.000 pesos el puesto de receptor de penas de cámara de la audiencia de Guatemala con facultad de voz y voto en el cabildo de Santiago, a pesar de que al propietario de dicho cargo le quedaba prohibida toda actividad comercial.
En las décadas del 1680 y 1690, Fernández de Rivera hizo inversiones en unas minas de oro en las cercanías de San Pedro Sula y Gracias a Diós, Honduras, las cuales parecen haber sido fácilmente accesibles desde Chiquimula, ya que dicho pueblo se convirtió en su acostumbrada base de operaciones. Regresando ahí en 1687 por un segundo período de corregidor, compró haciendas en los alrededores y dejaba de frecuentar la capital, donde vendió las casas que tenía en 1694. No obstante, el cargo de receptor de penas quedaba en su posesión hasta su muerte, acaecida en 1698.


Autor de la ficha: Stephen WEBRE

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