Ficha n°105

Bocanegra, Juan José de


Título: «Denuncia contra Ana Gonzáles, sobre tener oculto un mulato esclavo de don Joaquín Antonio de Lacunza».
Ubicación: AGCA. A1.20, Leg. 1499, Exp. 9979.
Fecha: 06 de abril de 1748.
Transcripción completa: «En el pueblo de San Miguel Totonicapán, en seis días del mes de abril de mil setecientos cuarenta y ocho años; yo Juan José de Bocanegra, teniente general de Alcalde Mayor de este Partido de Totonicapán. Digo que, por cuanto en virtud de carta a mí escrita por el Maestro don Joaquín Antonio de Lacunza, hijo legítimo y heredero forzoso de don Manuel de Lacunza, que ya es difunto, expresándome que como a mí me constaba, había hecho fuga de la hacienda nombrada Coatepeque que fue del dicho su padre, una mulata esclava con una hija suya llamada María, la madre, Paula; compradas ambas como tales esclavas a María de Soto, vecina del valle de Sija, de esta jurisdicción, y que aunque en todo el referido tiempo se habían hecho exactas diligencias para descubrir el paradero de dichas dos esclavas, nunca se ha conseguido más noticia que la del hecho de la fuga, que fue habérselas llevado hurtadas, de dicha hacienda, un mozo sirviente de ella, llamado Jacinto de Guzmán, mestizo, natural del pueblo de Quezaltenango, quien al mismo tiempo se llevó varias mulas y caballos de dicha hacienda, hasta que ahora se había tenido noticia cierta de que en casa de Ana Gonzáles, vecina de dicho valle de Sija, se mantenía un mulatillo llamado Gerónimo, hijo de la dicha mulata esclava, quien se lo había dado a criar, encargándole el secreto, que cumpliendo [roto] le mudó el nombre de Gerónimo, llamándole Francisco. Sobre que el dicho maestro don Joaquín Antonio de Lacunza me interpeló para que le hiciese justicia, mandando aprehender al dicho mulatillo esclavo y a la referida Ana Gonzáles, para que ésta declarase con juramento el modo y forma con que había recibido para criar al dicho esclavo Gerónimo, dando entera noticia del paradero de las dichas dos esclavas Paula y su hija María, por la confidencia y confianza que el hecho demostraba. En cuya consecuencia habiendo yo dicho teniente general dado orden para la aprehensión del referido esclavo Gerónimo, y mandado comparecer ante mí a la dicha Ana Gonzáles. Ésta en cumplimiento de dicha órden ha parecido el día de hoy ante mí y traído consigo al citado esclavo Gerónimo. Y cumpliendo con la obligación de mi oficio, por ante los testigos de mi asistencia, a falta de escribano, le recibí a la dicha Ana Gonzáles ( a quien certifico conozco) juramento en forma, que hizo por Dios Nuestro Señor y una señal de su santa Cruz, según forma de derecho, so cargo del cual prometió decir verdad en lo que supiere y se le preguntare, y siendo examinada por el tenor de lo que antes queda expresado. Dijo lo siguiente:
Que habrá cosa de seis años que Francisco de Nájera, su primer marido, le llevó a Francisco Gerónimo Nazario de edad de cuatro meses, diciéndole que le criase a aquel muchacho que era de Huehuetenango y se lo habían dado sin decirle otra cosa, y que en esta suposición crió, hasta el tiempo presente, al dicho Francisco Gerónimo, entendiendo que fuese indio, hasta tanto que el teniente de dicho valle de Sija llegó a la casa de la declarante y embargó al muchacho referido, diciendo ser hijo de Paula de Soto, mulata esclava perteneciente a los herederos de don Manuel de Lacunza, quien la compró a María de Soto, vecina de [folio 471] dicho valle, acompañada de una hija de la dicha Paula, llamada María, ahijada de la que declara, las cuales esclavas se huyeron de la hacienda de Coatepeque, perteneciente al dicho do Manuel de Lacunza, y que por habérsele hecho cargo de la dicha Paula y su hija, para que diga su paradero, declara, para descargo de su conciencia, y bajo del juramento que lleva hecho, que lo que sabe de dichas dos esclavas es que habrá cosa de seis años que la dicha Paula, comadre de la que declara, estuvo en el dicho valle de Sija, escondida en casa de la misma María de Soto, que la vendió al nominado don Manuel de Lacunza, acompañada de un mestizo llamado Jacinto de Guzmán, que fue el que hurtó de la hacienda de Coatepeque a las dichas dos esclavas, y que este mismo se volvió a desaparecer de dicho valle de Sija, con la referida mulata Paula, quien por entonces no trajo consigo a su hija María, y que en la casa de la dicha María de Soto, supo esta declarante, que la referida Soto avió al dicho Jacinto y a la esclava, su concubina, dándoles bestias en que se fuesen, en vísperas de Semana Santa, y aún se acuerda que en el avío le dijeron que se incluía un caballo ruano, perteneciente a Domingo Román indio de Tecpán Guatemala, sirviente hasta hoy en la casa de la dicha María Soto, y que no sabe más del paradero de dichas esclavas, y que donde pueden dar razón entera de lo referido es en casa de la misma María de Soto, que fue la que vendió las esclavas y después de que se las hurtó el dicho Jacinto, estuvieron en su casa ocultas como deja declarado.
Que así es la verdad so cargo del juramento que lleva hecho, en que se afirmó y ratificó siéndole leído este su dicho. Dijo ser de edad de cincuenta años y que aunque es comadre de la dicha Paula, y es ahijada la referida María, no por eso ha faltado a la verdad y religión del juramento, expresando que el no haber comparecido a esta diligencia Pedro de León, su actual legítimo marido, es por estar ausente, no firmó porque dijo no ssber.
Y en este estado, yo el dicho teniente general de Alcalde Mayor de este partido de Totonicapán, certifico en la mejor forma que por derecho puedo y debo, que todo lo referido ha pasado hoy día de la fecha, ante mí y los dichos testigos de mi asistencia a falta de escribano, y en este instrumento se entrega a la parte del dicho don Joaquín Antonio de Lacunza, a su pedimento para el uso de su derecho. Fecha ut supra.
Juan José de Bocanegra.
Testigo, Juan Antonio de Mata. Testigo, Francisco Paulino de la Fuente.».
Autor: Rodolfo HERNANDEZ MENDEZ .