Asociación para el Fomento de los Estudios Históricos en Centroamérica

1Este libro publicado en 1962 por el poeta José Coronel Urtecho, al cual le incorporó un apéndice en 1967, titulado “Prólogo retroespectivo”, reeditado en 2001 pro la Fundación Vida de Nicaragua, es un texto que desde su aparición ha generado una serie de reacciones encontradas. Su primera publicación, de la Editorial Hospicio de León, fue recibida con indiferencia por los intelectuales de la época. Tal vez se haya debido, a que en general, su temática confluía en lugares comunes de la tradición histórica y oficial, la cual era compartida por la mayoría de los intelectuales de esa época. Otra razón pudo deberse al hecho de no ver con seriedad ese trabajo, por no provenir de un historiador de formación, sino de un poeta.

2No obstante, el libro poco a poco, fue interesando a ciertos intelectuales, jóvenes en su mayoría, de especialidades y formaciones diversas, de la década de los ochenta y noventa del siglo XX. ¿Por qué ese renovado interés? La respuesta no es fácil de dar en pocas líneas. No obstante señalaremos dos ejes de discusión que asoman entre los interesados por este trabajo y que atinadamente los editores de la Fundación Vida vislumbraron y los motivó a desempolvar la vieja edición y reimprimirla en un nuevo formato, mucho más cómodo para su lectura (la primera edición era en tres tomos, con una letra muy pequeña y un diseño deficiente).

3Uno de esos ejes, tiene que ver con una crítica desde los estudios culturales, principalmente desde los poscolonialistas, quienes ven en sus tesis, el paradigma de una visión cultural hegemónica, elitista, que buscaba como explicar (justificar) textualmente, la configuración de un tipo de identidad cultural nacional, cuyas bases se encuentran en la “Colonial” y en los descendientes de las “familias blancas”. Se inscriben en estas tesis, Leonel Delgado y Erick Blandón. El otro eje, es aquel que ve en las propuestas de “universalidad”, “constructivismo” y “diálogo”, un mecanismos de comunicación indispensable para desarrollar un sentido colectivo de la vida que nos permita explicar, lo que Coronel Urtecho llama “el conjunto significativo de relaciones inteligibles que constituye en último término la verdad histórica” (Coronel Urtecho, 1967, 20; citado por Andrés Pérez-Baltodano en “José Coronel Urtecho y el sentido de la historia: reflexiones sobre la historiografía centroamericana”). Entre los autores que se acercan a este segundo eje, además de ´Pérez-Baltodano, están los historiadores, Arturo Cruz Sequeira y France Kinloch.