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AFEHC : transcripciones : Exposición de motivos para la expulsión de los religiosos de Centroamérica : Exposición de motivos para la expulsión de los religiosos de Centroamérica

Ficha n° 4306

Creada: 11 agosto 2016
Editada: 11 agosto 2016
Modificada: 25 agosto 2016

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Autor de la ficha:

Alejandro CONDE ROCHE

Publicado en:

ISSN 1954-3891

Exposición de motivos para la expulsión de los religiosos de Centroamérica

Carta del presidente de la Republica Federal de Centroamérica, general Francisco Morazán al ministro del gobierno del Estado de Guatemala, justificando la expulsión de los religiosos de Guatemala.
Palabras claves :
Morazán, Barrundia, Ordenes religiosas, expulsión, Guatemala.
Autor:
Francisco Morazán Quezada
Ubicación:
AHAG. Fondo diocesano, secretaría de gobierno eclesiástico.cartas. 1829. Ajena.
Fecha:
1824-07-24
Paginas:
4
Texto íntegral:

1Comandancia General del Ejército Aliado Protector de la Ley.

2Al ciudadano ministro general del gobierno del Estado de Guatemala

3Varias veces he manifestado a ese gobierno privadamente mi opinión con respecto a que nunca podrán ser útiles los frailes entre nosotros, a pesar de las protestas que hacen en su desgracia, ya sea conservando sus hábitos o vistiendo otros.

4Los frailes han sido la clase más privilegiada que tenía el sistema antiguo, pues aún comparada con la del clero ha tenido exenciones particulares que la han distinguido a esta.

5La aristocracia o nobleza que ha sido en el reino de Guatemala la que ha decidido la suerte de todos sus habitantes, se ha sometido muchas veces a los frailes, y se ha visto a estos dirigir las casas y las conciencias, y mezclarse aún en cosas muy pequeñas y domésticas de las familias. Esta preponderancia que han disfrutado por tantos años, les ha proporcionado consideraciones en diversas especies, hasta llegar al extremo de convertir en virtudes sus hechos más atroces.

6Jamás ha sido castigado ningún fraile por sus delitos, y sin embargo ellos los han cometido de una manera escandalosa.

7Estos privilegios, estas extensiones, esta impunidad, y este crédito que han conservado sobre todos las clases, los ha enorgullecido demasiado, y les ha persuadido que ninguna autoridad tiene derecho para pronunciar sobre ellos, sean cuales fueren las faltas que cometan; y la experiencia de muchos años se los ha demostrado.

8Esta clase privilegiada que ha llegado casi a divinizarse, arrancada de sus habitaciones y castigada con la expatriación a que se hizo acreedora por sus crímenes, y [F1v] este cambio tan repentino e inesperado, le ha hecho concebir la más grande odiosidad a las autoridades que les hicieron sentir todo el peso de la ley, y la más completa aversión a un sistema que desconoce sus privilegios. Estos hombres resentidos de una manera semejante, son los que ahora solicitan quedarse entre nosotros, haciendo para engañarnos sus profesiones de fe política, impelidos únicamente por los deseos de quedarse en la República, tal vez con el único objeto de minar las instituciones del pueblo que los ha colocado en el lugar que merecen.

9No nos engañemos: los frailes que en todos tiempos se han opuesto a la libertad. Los que han conminado al pueblo de diversos modos para qué tome las armas contra ella. Los que con su ejemplo lo han llevado al campo de batalla a borrar con su sangre las leyes que no están en relación con sus privilegios. Los que han movido cuanto sus resortes les urgiere en perversidad para hundir a la nación en un abismo de males. Los que olvidándose de la consideración que se les ha dispensado por los vencedores, han abusado de ella de una manera escandalosa ¿podrán en su momento variar de ideas, y renunciar sus perversas miras, cuando ni la gratitud, ni la consideración han sido antes bastante para obligarlos? ¿Podrán ser fieles a unas protestas que resiste su corazón, nacidas únicamente de la necesidad y de las circunstancias? ¿Podrán cumplir la palabra que les ha arrancado la misma necesidad de no salir de la república? ¿Podremos creernos en los juramentos que ahora hacen de obedecer las leyes que han ollado en otro tiempo? ¿Podremos persuadirnos que el variar de vestidos [F2] les hace cambiar de ideas, apreciar y respetar las instituciones que han minado siempre?
La experiencia nos ha demostrado que son unos enemigos irreconciliables. Ellos siempre trabajarán en recobrar sus privilegios. Son bastante diestros para ocultar sus miras por todo el tiempo que crea necesario. No les falta sagacidad para minar secretamente, valiéndose de la proporción que les presenta el sacerdocio.

10Tanto más temibles son los frailes cuanto menos unidad hay entre nosotros, y estoy seguro que los que quedan en Centroamérica, no aguardarán más que un momento favorable para justificar mis temores.
Nuestro sistema es representativo. Cada día se levanta un nuevo partido la República. Aún existen enemigos que fomentan la división, y no hay cosa más fácil que el que sea dominada alguna vez por personas desafectas al actual gobierno. Si esto llegase a suceder, esos mismos frailes que se trata de dejar entre nosotros con sólo la garantía de variar el color de sus hábitos, que aprovecharían la ocasión que se les presentase, y tomando los vestidos que ahora desprecian se entrarían a sus conventos, recobrarían sus antiguos privilegios, y se valdrían de la influencia que tienen en el pueblo para hacer la guerra a nuestras instituciones.

11Si se ha creído que los frailes son perjudiciales, aún estando concentrados en sus conventos, gozando de todos sus privilegios, y en las consideraciones que les han dispensado las autoridades ¿no serán mucho más perjudiciales diseminados en las poblaciones con el influjo que adquieren como curas llenos de resentimiento por haberles arrancado sus exenciones, y tratado de una manera que ha descorrido el velo a nuestras miras?

12La providencia que se ha tomado contra los [F2v] frailes a más de ser justa la han exigido la conveniencia pública. Se han corrido todos los grandes riesgos que ella presentaba. No hay ya un solo motivo para tenerles las consideraciones que exigía en otro tiempo la preocupación del pueblo. Éste se haya perfectamente quieto y tranquilo. ¿Qué motivo pues hay para qué vayamos a desperfeccionar una obra acabada?

13Éstas razones me obligan a opinar que no vuelva ningún fraile. Que sólo los que estaban clasificados de buenos, y colocados en Curatos antes de obrar contra ellos, queden entre nosotros secularizados, y los viejos y enfermos de la misma manera, se mantengan por cuenta del gobierno en un lugar en que no puedan obrar, prohibiéndoles que ejercen ningún sacramento. Pues la política exige que si es posible, se haga desaparecer hasta la idea de que existieron frailes en Centroamérica.
Sírvase usted ponerlo todo en conocimiento de su gobierno en contestación a las consultas que me ha hecho sobre las solicitudes de los frailes que desean volver secularizados, y aceptar de nuevo mis consideraciones y distinguido aprecio.
Dios Unión Libertad

14Guatemala Julio 24 de 1829.

15Francisco Morazán.

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