Ficha n° 365

Creada: 27 septiembre 2005
Editada: 27 septiembre 2005
Modificada: 15 agosto 2007

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Autor de la ficha:

Jorge Alberto AMAYA BANEGAS

Publicado en:

ISSN 1954-3891

“Reimaginando” la nación en Honduras: de la “nación homogénea” a la “nación pluriétnica”. los negros garífunas de cristales, Trujillo.

Este artículo es una síntesis de la tesis doctoral que el autor presentó en la Universidad Complutense de Madrid en septiembre del 2004, y describe la lucha social de las organizaciones negras garífunas para el reconocimiento de sus derechos frente al Estado-nación hondureño.
Autor(es):
Jorge Alberto Amaya Banegas
Categoria:
Inédito
Fecha:
Septiembre 2005
Texto íntegral:

introducción

1Este artículo es una síntesis de la tesis doctoral que el autor presentó en la Universidad Complutense de Madrid en septiembre del 2004, y describe la lucha social de las organizaciones negras garífunas para el reconocimiento de sus derechos frente al Estado – nación hondureño. En efecto, en las últimas dos décadas, las etnias indígenas y negras de Honduras han entablado una lucha social en la que además de reivindicar la asistencia del Estado en temas como la educación, salud, dotación y ampliación de territorios, también han reclamado afanosamente por el reconocimiento jurídico de una “nación pluriétnica” y multicultural en el país, desafiando por ende el tradicional proyecto de “nación homogénea” difundido por el Estado hondureño desde el siglo XIX. En efecto, desde la Independencia hondureña de 1821, y hasta 1994, el Estado hondureño impuso la idea de la “nación homogénea” entendida como el proyecto de reformulación de la nación, mediante el cual se intentó construir la nación con base a la integración cultural de los indígenas, negros y castas a los valores y normas de la elite dominante blanca.

2No obstante, a partir de 1994, este proyecto de “nación homogénea” empezó a fracturarse y comenzó a vislumbrarse una radical transición a otra forma de “reimaginación” de la nación en Honduras: el reconocimiento de una “nación pluriétnica”, fenómeno que está provocando una transformación política sin precedentes en la historia nacional. En efecto, el 3 de agosto de ese año, el gobierno de Carlos Roberto Reina, aprobó el Acuerdo Presidencial Nº 0719 – EP en que estableció las políticas de “Educación Bilingüe Intercultural” (EBI) para las etnias del país, pero además, por vez primera, el Estado reconoció el “*carácter pluricultural y plurilingüístico de la sociedad*” hondureña.

3Este reconocimiento de la sociedad hondureña como una “nación pluriétnica” también movilizó a los grupos étnicos hacia el reclamo de otras reivindicaciones no solo educativas, sino también sanitarias, jurídicas, sociales y políticas, las cuales empezaron a ser atendidas por el Estado, por tanto, el punto central de este estudio es describir el proceso de transición de la “nación homogénea” al reconocimiento de una “nación pluriétnica” en Honduras como consecuencia de la lucha étnica emprendida por los negros garífunas.

Diseño de investigación.

Planteamiento del problema.

4El estudio en cuestión, se centró en responder la siguiente pregunta problema de investigación:

5¿Cuáles son los efectos que está provocando la lucha de las organizaciones sociales garífunas en la transición del modelo de “nación homogénea” a una “nación pluriétnica” y qué idea de nación se están formando los garífunas a partir de esas luchas sociales y del reforzamiento de su identidad étnica?.

6Objetivos de investigación.

7GENERAL:

8Determinar cuáles son los cambios que está produciendo la lucha étnica de los negros garífunas en el proceso de transición de la “nación homogénea” a una “nación pluriétnica” en Honduras.

9ESPECÍFICOS:

10Describir el proceso de “imaginación de la nación” que llevó a cabo el Estado de Honduras en los siglos XIX y XX con el objetivo de difundir y consolidar la idea de “nación homogénea”.

11Establecer cuál es la idea de nación en los negros garífunas de la comunidad de Cristales, en Trujillo, Honduras.

12Metodología.

13Tipo de estudio y selección de la comunidad a estudiar:

14La investigación que se presenta es un Estudio de Caso, con carácter descriptivo – analítico, en donde las variables de estudio se abordaron de forma cuantitativa y cualitativa. La comunidad elegida para el análisis fue el Barrio de Cristales, ubicado en el Municipio de Trujillo, Cabecera del departamento de Colón en el Caribe hondureño, esto considerando que dicho poblado es estimado simbólicamente por la etnia como la “Capital” del pueblo garífuna.

Contexto nacional y local de las comunidades negras garífunas de Honduras.

15La república de Honduras está localizada en el istmo centroamericano, y cuenta con una extensión territorial de 112, 492 km cuadrados1. Según el censo de 1988, la población era de 4,248,561 habitantes, sin embargo, estimaciones recientes del año 2002 indican que el país tiene 6,071,200 habitantes, por tanto, la densidad de población es de 53,9 habitantes por km2. El país tiene un 55% de población rural y el 45% es población urbana. La tasa de crecimiento poblacional es del 3.6% anual, siendo la más alta de toda Latinoamérica. La población económicamente activa (PEA) apenas es del 37% (XVI Censo de Población y V de Vivienda, 2001).

16La tasa de analfabetismo según estimación del año 2002 es de un 19.7% y el PIB percápita para el año 2000 era de 624.7 dólares de EE.UU (INE, 2002). Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Honduras tiene un Índice de Desarrollo Humano (IDH) del 0.638, por tanto, su posición en el IDH mundial la ubica en el lugar 107 del planeta (PNUD, 2002). Los principales productos de exportación son el café, bananos, madera, plomo, zinc, plata, carne refrigerada, camarón y langosta, azúcar, tabaco, piñas, melones, sandías, prendas de vestir, jabones y detergentes, y derivados del petróleo, aunque últimamente han adquirido mucha relevancia las remesas provenientes de los inmigrantes establecidos en Estados Unidos y por el turismo, que en el 2002 se constituyó en la tercera fuente de divisas (Grupo Editorial Océano, 2000, Pág. V). Según datos del INE, en el 2002 el 70.5% de la población estaba en la pobreza, la cual se acentuó a raíz del paso del Huracán Mitch en 1998. La división política territorial es de 18 departamentos; la capital es Tegucigalpa, que cuenta con 818,690 habitantes, y también son ciudades importantes San Pedro Sula (Cortés), La Ceiba (Atlántida), El Progreso (Yoro), Choluteca (Choluteca), Tela (Atlántida), Santa Rosa de Copán (Copán) y Comayagua (Comayagua).

17Honduras presenta una rica diversidad étnica y cultural, dispersa por las diferentes partes del territorio nacional. En la actualidad, existen en el país ocho etnias indígenas y negras culturalmente diferenciadas en relación con la mayoritaria población mestiza, estas son: los negros garífunas, los miskitos, los negros de habla inglesa o creoles, los lencas, los maya – chortís, los pech, los tolupanes y los tawahkas. Según el Banco Mundial (BM), en Honduras el total de la población indígena y negra asciende a 658,478 habitantes, de un total de población nacional de 6,071,200 personas, por lo tanto, la población étnica representa el 10% del total nacional. Los garífunas suman unos 250,000 (Traa Valarezo, Ximena: 2003).

Situación socioeconómica de las etnias hondureñas.

18Con respecto a la situación económica hondureña, según cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE), hacia el 2002, el 70.5% de la población hondureña estaba en la pobreza. Esta situación es más grave en las etnias, ya que el ingreso promedio mensual de la población étnica es de L. 1,000, equivalentes a unos $60. En el ámbito de la salud, la situación es aún más grave, ya que la población indígena hondureña tiene una desnutrición generalizada, llegando a afectar al 95% de la población menor de 14 años. De cada 100 niños indígenas que nacen, 60 mueren por enfermedades infecto – contagiosas. En 1993, la esperanza de vida estimada para los indígenas fue de 36 años en los hombres y 43 en las mujeres. Todo este desesperanzador cuadro fue naturalmente lo que empujó a las organizaciones indígenas y negras a impulsar una serie de luchas ante el Estado hondureño, acentuadas sobre todo desde comienzos de los años 90.

Descripción general de la comunidad en estudio.

19El departamento de Colón se encuentra situado en la parte septentrional de Honduras, en la costa oriental del Caribe, comprendiendo su ubicación geográfica a 15º 04’ y 16º 02’ de Latitud Norte y 85º 00’ y 86º 27’ de Longitud Oeste. Tiene una extensión territorial de 8,249 km². La población asciende a 218,064 habitantes.

20La comunidad garífuna de Cristales, se encuentra localizada en la ciudad de Trujillo, la cabecera departamental de Colón, la cual se encuentra asentada sobre la bahía del mismo nombre. Fue explorada por Cristóbal Colón en su último viaje de 1502, y fue fundada el 18 de mayo de 1525 por Juan de la Medina, por mandato de Hernán Cortés, quien la visitó ese mismo año.

21La población estimada en el municipio de Trujillo es de 33,730 habitantes; en el área urbana, es decir, el casco urbano de la ciudad se localizan 12,308 (36%) y en el área rural 21,683 (64%). De los 12,308 habitantes con que cuenta la ciudad de Trujillo, más o menos la mitad (unos 6,000) son negros garífunas, repartidos entre los barrios de Cristales y Río Negro.

Población garífuna actual y ubicación geográfica.

22La etnia garífuna constituye el pueblo afrodescendiente más numeroso de Honduras y habita a lo largo del litoral Caribe hondureño distribuidos – según la Organización de Desarrollo Étnico Comunitario (ODECO) – en 48 comunidades dispersas en la costa y en las islas del Mar Caribe del país. En las últimas décadas también se han asentado en las ciudades más importantes del territorio como Tegucigalpa, San Pedro Sula y El Progreso, entre otras2. Además, también existen 8 comunidades garífunas en Belice: Dangriga, Punta Gorda, Hopkins, Seine Bight, Georgetown, Barranco, Mullins River y Punta Negra (Wilk, Richard y Chapin, Mac: 1992: 174); 3 comunidades en Guatemala: Lívingston, Puerto Barrios y Santo Tomás de Castilla (Martínez Montiel, Luz María: 1992: Pág. 174) y 2 en Nicaragua: Río Perlas y Orinoco (Romero, German: 1993: Pág. 36). En total serían 61 los poblados garífunas en todo el istmo centroamericano. Igualmente, una gran cantidad de población ha emigrado a los Estados Unidos, especialmente a Nueva York, Nueva Orleáns, Miami, Houston y Los Ángeles, así como a la capital inglesa, Londres (González, Nancie: 1988).

23Como se ve, las comunidades garífunas se encuentran concentradas a lo largo de la costa caribeña hondureña, desde Masca, Cortés hasta Plaplaya en Gracias a Dios o La Mosquitia, así como en las zonas insulares de Las Islas de la Bahía y los Cayos Cochinos. Estos asentamientos se ubican en ambientes litorales que han sido clasificados por Davidson en cuatro categorías: a) los asentamientos entre playa marina y desembocaduras de los ríos; b) asentamientos sobre desembocaduras de riachuelos; c) asentamientos en bahías protegidas y d) asentamientos en la desembocadura de lagunas de agua dulce (Davidson, William: 1976: Págs. 85 – 94).

24El área de investigación se encuentra ubicada dentro de la zona de vida de Bosque Muy Húmedo Subtropical (BMH – S). En este medio, se puede encontrar desde el nivel del mar hasta aproximadamente 900 m.s.n.m. Esta región tiene como límites generales un promedio anual de precipitación entre 2,000 y 4,000 milímetros y una temperatura media anual entre los 24 y 27 grados centígrados, con una humedad relativa de entre 84% y 86%. Las precipitaciones son abundantes todo el año, sin estaciones definidas como en el resto del país, empero, se puede expresar que la zona presenta dos estaciones por lo menos distinguibles: la seca, que va de febrero a julio y la lluviosa, que va de julio a enero (Ochoa López, Vilma: 1991: Pág. 8).

25En términos generales, considerando toda la franja Caribe centroamericana, se puede resumir que el área donde habitan los garífunas se divide en tres regiones: La línea costera norte – sur de Belice y Guatemala; la costa este – oeste de Honduras (prácticamente todo el litoral Caribe) y la costa norte y central de Nicaragua. En el caso de Honduras, la mayor parte de los asentamientos están localizados en la playa a menos de 200 metros sobre el nivel del mar (Davidson, William: 1976: Pág. 89). Los poblados se expanden primero paralelos a la costa y luego en dirección al interior alejándose de la playa. En muchos pueblos garífunas, existe un pantano en la parte del área entre la playa y la cadena de colinas y montañas paralelas al mar. Esto ofrece un medio propicio para el desarrollo de los mosquitos o zancudos y por tanto las consiguientes plagas que transmiten. Asimismo, en casi todas las comunidades, los garífunas viven en contacto con los animales domésticos y es común que las familias tengan varias gallinas, cerdos, perros y gatos. A estos animales se les permite vagar en los solares y calles, así como a lo largo de la playa, excepto en la noche, cuando generalmente se les encierra.

26Asimismo, en otras áreas baldías, a lo largo de los caminos que conducen a otros poblados, es* muy frecuente encontrar alguna fauna que puede constituir un peligro potencial para la salud, como por ejemplo murciélagos, vampiros, escorpiones, culebras y arañas venenosas, así como garrapatas. Los caminos son pavimentados solamente en los centros urbanos donde conviven con mestizos, como en los casos de Puerto Cortés, Tela, La Ceiba y Trujillo, empero, en los pueblos y aldeas de las zonas rurales, las vías son fragosas e intransitables durante gran parte del año. De hecho, algunas comunidades, sobre todo las ubicadas hacia el oriente de Trujillo, solamente tienen comunicación por vía marítima o a través de la navegación por los ríos.

27Los poblados garífunas presentan una apariencia regular y ordenada, con construcciones que siguen un patrón rectangular. Todos los asentamientos, excepto los más pequeños, están divididos en secciones (Barrios) que compiten sanamente entre sí, por ello, se puede afirmar que los garífunas “viven en armonía”, lo que permite desarrollar en el imaginario colectivo de los pueblos y aldeas un fuerte compromiso por preservar la tradición cultural3.

28El mar sirve como marco delimitante de los poblados. Sus casas las ubican detrás de los cocoteros, a lo largo de una calle principal que atraviesa el poblado de extremo a extremo; de ese modo, los cocoteros sirven como amortiguadores de los fuertes vientos en las temporadas de lluvias o huracanes, que tan frecuentemente asolan las costas del Caribe hondureño y centroamericano.

29Las casas las orientan hacia la calle. No tienen patios o solares delimitados con cercos, comunicándose entre sí una casa con la otra, lo cual está relacionado con la regulación del espacio de las viviendas que históricamente han fijado los garífunas desde su llegada a Honduras, en el que las casas están separadas individualmente, puesto que ellos han construido una tradición histórica en la que el concepto de “territorio” ha sido desprovisto del matiz privado que por ejemplo practican los mestizos y en general la civilización occidental. En efecto, en el pueblo garífuna, el espacio físico es percibido de manera “comunal”, sobre todo los destinados para las labores agrícolas, para la recreación (la playa) etcétera. Algo igual sucede con los espacios asignados a las viviendas. En efecto, ellos, a diferencia de los mestizos, generalmente no han construido cercas o barandas en sus casas (en las últimas décadas sí han comenzado a hacerlo, al penetrar en los pueblos las influencias de los mestizos o de los miembros del grupo que han retornado de Estados Unidos y otras partes del exterior), por lo tanto, en las comunidades garífunas, las personas pueden pasar del espacio de una vivienda a otra sin ser eso motivo de “intrusión” por parte del vecino, y más bien ha sido común que las familias reciban la irrupción del vecino o vecina de al lado para llevarse prestado – de manera inconsulta – el azúcar, un balde, un martillo o cualquier artefacto que necesite; aunque hay que aclarar que esa “excesiva confianza” de los vecinos es correspondida de igual manera, pues las cosas que se han tomado prestadas tienden a ser devueltas a sus respectivos dueños4.

30Con relación al número de población garífuna existente en el país, muchas fuentes hacen oscilar la población entre 70,000 y 300,000 personas. Más recientemente, en 2001, la ODECO, una de las organizaciones garífunas más beligerantes, en un diagnóstico levantado en todas las comunidades, calculó a la población garífuna en 400,000 personas, de un total de 500,000 habitantes de procedencia afrodescendiente (o sea, incluyendo también a los negros creoles) en la nación. Según ellos, “ la población visiblemente afrodescendiente representa un 10% de la población total del país, conformando más de 500,000 personas, de las cuales más de 400,000 son garífunas; estos datos son estimaciones independientes de la Organización de Desarrollo Étnico ComunitarioODECO (ODECO: 2001, Pág. 7)”.

31La cantidad anterior parece estar un tanto abultada, puesto que la mayoría de las fuentes concuerdan que el total de los grupos étnicos hondureños, tanto indígenas como negros, representan el 10% del total de población nacional; de todas formas, nosotros aceptamos la cifra de 250,000 garífunas propuesta por la investigadora Ximena Traa Valarezo – no solo por el hecho de ser la más actualizada, sino también debido a que su documentado estudio – avalado por el Banco Mundial y el Fondo Hondureño de Inversión Social (FHIS) también contó con la colaboración y asesoría de la Confederación Nacional de Pueblos Autóctonos de Honduras (CONPAH) (Traa Valarezo, Ximena: 2003: Pág. 2).

La nación como “comunidad imaginada” y algunas referencias teóricas esenciales.

Los conceptos de “nación”, “nación homogénea” y “nación pluriétnica”.

32En nuestro estudio, el concepto de “nación” es una de las categorías fundamentales para sustentar la evolución del proceso de construcción nacional en Honduras. En este sentido, decidimos retomar la perspectiva teórica de Benedict Anderson, quien señala que la nación es “ [...] *una comunidad política imaginada como inherentemente limitada y soberana*” (Anderson, Benedict: 1993: Pág. 23), concepto según el cual, la nación es un artefacto construido e imaginado ya sea por parte del Estado – nación o por parte de la “*intelligentsia*” al servicio del mismo.

33Por otra parte, nuestro estudio también pretende describir el proceso de transición de la idea de “nación homogénea” al de una “nación pluriétnica” en Honduras a partir de las luchas entabladas por los negros garífunas. Por eso, es importante definir ambas aproximaciones sobre la nación. El concepto de “nación homogénea” lo entendemos según la acepción de Mónica Quijada, quien sostiene que la “nación homogénea” se refiere a aquellos proyectos de reformulación de la nación suscitados en Latinoamérica desde finales del siglo XIX, mediante los cuales el Estado intentó construir la nación con base a la integración de los indígenas, negros y castas a los valores, normas y costumbres de la sociedad dominante, ya sea blanca o mestiza, pero en todos los casos heredera de las tradiciones legadas de la sociedad colonial o de las nuevas aportaciones de la “modernidad”. Por ende, “*homogeneizar*” consistía en aculturizar a las etnias con la tentativa de “civilizarlos”, según los discursos del Estado – nación (Quijada, Mónica: 1994: Págs. 22 y ss.).

34Por su parte, la “nación pluriétnica” se refiere a aquellos tipos de Estados que como resultado de las luchas indígenas y negras, reconocen legalmente – a través de reformas constitucionales, leyes y otras normas – la naturaleza multiétnica y multicultural de la nación, y además, admiten el derecho de estas etnias a recrear y conservar su propia cultura5.

El proceso de “imaginación” de la nación en Honduras.

35Desde la Independencia política de Honduras con respecto a España, en 1821, el Estado intentó forjar un proyecto de nación de acuerdo a los postulados derivados de la Ilustración Francesa, en el cual, el ideal de “progreso” estaba asociado con el modelo de nación moderna que devino tras la Revolución Francesa y la creación de los Estados Unidos. En esencia, los pensadores independentistas “imaginaron” a la nación en términos “modernos”, pues pensaban que el proyecto de nación por construir debía imitar los ejemplos de Europa y Norteamérica, es decir, los principios y postulados para crear la nación no podían emanar de la cultura de las etnias indígenas y negras, sino más bien de los ideales Ilustrados, por ende, el proceso de construcción de la “nación homogénea” buscaba integrar a las etnias – por considerarlas “salvajes” y “atrasadas” – con el fin de civilizarlas.

36Uno de los primeros ámbitos mediante los cuales se intentó integrar a los indígenas y negros a la nación fue a través de la ciudadanía, que en esencia, sería el requisito que otorgaría calidad de “nacionalidad” a las personas, esto de acuerdo a la perspectiva de la corriente de la “nación cívica”, que estipulaba que la nación la formaban los ciudadanos. En este sentido, la evolución de la ciudadanía partió de la base en un principio de otorgar la condición ciudadana a los indígenas y negros tras la emancipación política de la corona española en 1821, pero en una segunda etapa, a partir de 1839, se restringió tal derecho a los grupos étnicos en vista de que las Constituciones y las leyes electorales impusieron una serie de requisitos para poder optar a la ciudadanía, como por ejemplo, el tener propiedades o saber leer y escribir. Desde entonces, y hasta bien entrado el siglo XX, los indígenas y negros vieron por tanto limitados sus derechos ciudadanos en virtud de no contar con las prescripciones legales estatuidas en las leyes.

37Asimismo, en el siglo XX, el Estado promovió la integración de las etnias a la nación mediante las políticas Indigenistas, ya que la exclusión legal que habían sufrido les impedían optar a cargos públicos y a elegir autoridades, sufriendo por tanto una marginación e “invisibilización” por parte del Estado. No obstante, las políticas Indigenistas también pretendían integrar a las etnias a la nación desde los principios de la “nación homogénea”, ya que lo que se buscaba era incorporarlos a la “cultura mestiza”.

38El proceso de “imaginación” de la nación en Honduras también implicó la creación por parte del Estado de una serie de símbolos identitarios que fueran internalizados por las masas, como por ejemploclass="pnum pnum2">37Asimismo, en el siglo XX, el Estado promovió la integración de las etnias a la nación mediante las políticas Indigenistas, ya que la exclusión legal que habían sufrido les impedían optar a cargos públicos y a elegir autoridades, sufriendo por tanto una marginación e “invisibilizaciónâ€