Asociación para el Fomento de los Estudios Históricos en Centroamérica

1Varios de los capítulos del libro de Solano fueron publicados previamente como artículos en español en revistas especializadas. Esto hace aún más decepcionante el que, al recolectar estos artículos para formar un libro, no se hiciera ningún intento de corregir los errores de hecho, omisión e interpretación. De modo que el producto final de años de investigación no es para nada confiable, repleto de desafortunados errores. Incluso el título es confuso, pues en el análisis se incluyen otros siglos coloniales además del siglo XVIII.

2El Capítulo 2, “Evolución de la población indígena de Guatemala (1500–1800)”, promete mucho pero aporta poco, aparte de los cuadros de resúmenes poblacionales extraídos de docenas de documentos coloniales. Según Solano, una población de 300,000 al momento del contacto se reduce a un nadir de 157,000 en 1572. De allí en adelante, la cantidad de indígenas aumenta a 310,000 en 1750, luego disminuye de nuevo a 233,000 en 1770. Entre 1779 y 1802, la población suma a su total más de 100,000, alcanzando unos 350,000 antes de la Indepen­dencia.

3Solano declara que “una pasión secreta” motiva a “la escuela Berkeley”, cuyo objeto es “culpar a la acción española como causa directa del descenso masivo de la población indígena en los siglos XVI y XVII”. Insistir en que “una pasión secreta” se mantiene viva para culpar a la acción española como causa directa del descenso masivo de la población indígena en los siglos XVI y XVII desprecia el trabajo de “la escuela Berkeley” e invoca al espectro de la Leyenda Negra.
Para un análisis más perceptivo, y menos emotivo, de la historia de la población maya, véase Zamora Acosta (1985).