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AFEHC : transcripciones : El Presidente de la República a sus habitantes. : El Presidente de la República a sus habitantes.

Ficha n° 2163

Creada: 26 abril 2009
Editada: 26 abril 2009
Modificada: 26 abril 2009

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Autor de la ficha:

Christophe BELAUBRE

El Presidente de la República a sus habitantes.

El Presidente de la Federación centroamericana alienta el pueblo de Guatemala a pelear contra los salvadoreños. Se denuncia los aventureros que mandan el ejercito salvadoreño en particular un general colombiano.
Autor:
Manuel José Arce
Fecha:
1827-12-23
Paginas:
3 fols.
Texto íntegral:

1 El PRESIDENTE DE LA REPUBLICA A SUS HABITANTES

2Conciudadanos:

3El gobierno espidío el decrezto de 5. del corriente para que cesase la guerrra civil, y calmasen los males que por ellla sufris- Convocó el Congreso i el Senado para restablecer el orden constitucional : ésto era lo que pretendieron los gobernantes de s. Salvador, como habeis visto en los documentos que corren impresos : sus pretensiones han sido ampliamente satisfechas; mas ellos hasta ahora no han admitido el decreto que concede lo que pidieron.

4 Esta conducta de los gobernantes de s. Salvador consterna al gobierno nacional: èlla dà motivo a interpretaciones desventajosas, i hà ocasionado la continuacion de la guerra.

5 Las fuerzas Salvadoreñas confiadas á un hijo indigno de Colombia, descontento con su gobierno profugo de su pais i deshechado en el Perú, atacaron la ciudad de santa Ana, cinco dias despues que el decreto del 5. llego à s. Salvador . El ejercito nacional las resiste i obra con su constante bravura: se empeña una lucha sangrienta; i la ciudad queda sembrada, de cadaveres enemigos i de algunos pocos de nuestros valientes soldados.

6 El ejercito estaba yá en el momento de la mas triunfante victoria: los Salvadoreños puestos de rodillas pedian la paz, i volvian al suelo la boca de sus fusilles: su caudillo pasó à nuestra filas, entregó su criminal espada i clamó tambien por la paz. El Jeneral en jefe solo escuchó la voz de la humanidad : quiso prescindir del triunfo que habia alcanzado i que iba à consumarse, por evitar que se derramase otra gota de sangre; i accedió á las suplicas de sus contrarios. Entonces se firmó el armisticio del día 17. El ha sido relijiosamente cumplido por el ejercito, i perfidamente violado por el coronel Merino i los otros estranjeros que mandan las tropas salvadoreñas. El primero dejó la ciudad à las 12. del dia 18. para pasar al punto convenido: el segundo afectó tambien dejarla para situarse en Coatepeque, mas no llegó à salir de sta. Ana. Alli ha permitido i ha mandado cometer toda clase de escesos con aquel pueblo indefenzo: hizo aprehender de nuevo à los prisioneros à quienes acababa de canjear: hizó saquear el vecindario ordonamente i por compañias; de modo que no le queda ni aun el pretesto de decir que no pudo contener à la soldadesca desenfrenada: fueron asesinados vil i cobardamente algunos enfermos, que no pudieron moverse: lo fueron los ciudadanos José Viado , José Luis Castro, Francisco Urrutia, Fernando Valle, y otros muchos ciudadanos inermes, cuyos nombres no se han sabido; y en una palabra se derramó la muerte i la desolacion sobre aquellos habitantes sin perdonar siquiera à los que habian sostenido la causa de s. Salvador y eran reputados por sus partidarios.

7 CONCIUDADANOS : vamos à tomar las armas y a desplegar todos nuestros recursos. No se trata de hacer la guerra à ningun pueblo, ni de sostener opiniones politicas : vamos solo à defendernos : vamos à contener el torrente de crimenes, que derrama sobre el pais una tropa mal conducida: vamos à oponernos à las miserables miras de esos pocos aventureros, que vienen à mesclarse en nuestros negocios y à hacer que se derrame nuestra sangre, solo por pillar alguna riqueza, que con ir à otra parte à burlarse de los que confiaron en ellos.

8 HABITANTES DE GUATEMALA : vosotros sois inmediatamente amenazados : yà conoceis las miras con que se os ataca: preparaos pues à la defenza. El ejercito va à emplearse en ellas esclusivamente, y el gobierno os ausiliara con todos sus recursos. Acreditad que sois hijos dignos de Centro-america, ya que algunos de nuestros conciudadanos se han estraviado por desgracia. Que no os perturbe la idea de cualquiera peligro, por que jamas los vicios i el desorden pueden triunfar de la virtud. Palacio nacional en Guatemala, à 23. de diciembre de 1827. Manuel J. Arce.

Fuentes :

Bancroft Library