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AFEHC : avances : Forjando sujetos útiles para la nación: La instrucción primaria en El Salvador a finales del siglo XIX y principios del XX : Forjando sujetos útiles para la nación: La instrucción primaria en El Salvador a finales del siglo XIX y principios del XX

Ficha n° 1997

Creada: 10 agosto 2008
Editada: 10 agosto 2008
Modificada: 10 agosto 2008

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Autor de la ficha:

Julian GONZÁLEZ TORRES

Editor de la ficha:

Sajid Alfredo HERRERA

Publicado en:

ISSN 1954-3891

Forjando sujetos útiles para la nación: La instrucción primaria en El Salvador a finales del siglo XIX y principios del XX

En el presente ensayo, y bajo el marco conceptual de M. Foucault, el autor analiza un conjunto de discursos sobre la instrucción primaria en El Salvador, a finales del siglo XIX y principios del XX. En dicho análisis se pone en evidencia el “espíritu” disciplinario de la educación primaria de la época como una de las características de los proyectos educativos modernos que se intentaron impulsar en el país. El fin último era producir individuos útiles, sanos de cuerpo y alma, para el progreso socio-económico y político que se proponía alcanzar. Y no podía ser de otra forma, a juicio de los contemporáneos, si de lo que se trataba era de construir ciudadanos aptos para las instituciones republicanas y democráticas.
Texto íntegral:

1

2Los maestros, todos los días deben obligar á los niños á hacer ejercicios moderados y bajo su vigilancia. Deben siempre establecer orden en estos ejercicios: la marcha debe tener la forma de la militar: el salto ha de subordinarse á un sistema; lo mismo debe decirse del baile; y en cuanto á la calistenia, solo reinando el orden se pueden hacer los graciosos movimientos y las evoluciones que la constituyen.
Lejos de reputar las horas de recreo como tiempo perdido é inútil, deben los maestros aprovecharlas para darles á los alumnos la educación física que necesitan y considerar la dirección de los ejercicios como una de tantas clases de la escuela y como una de sus principales é importantes obligaciones.

3Francisco Esteban Galindo
Político e intelectual liberal salvadoreño, siglo XIX.

Introducción

Inspirado en la idea foucaultiana de «sociedad disciplinaria1», éste breve ensayo tiene como propósito principal exponer la manera en que la educación en El Salvador, a finales del siglo XIX y principios del XX, articuló un conjunto de discursos2 que emprendió la tarea de forjar individuos útiles a la república. El tan ansiado progreso que los gobiernos buscaban requería de manos laboriosas, mentes prácticas, cuerpos sanos, jóvenes amantes de la patria, indios “civilizados”, etc. De ahí que la escuela se convirtió en el lugar idóneo para preparar a los nuevos ciudadanos que la era del progreso demandaba. La estructura del ensayo comprende tres momentos. Primero desarrollaré un conjunto de notas aclaratorias sobre el enfoque, el método y las fuentes que he utilizado en mi investigación. Luego pasaré a explicitar aquellos discursos educativos en los que se plasma de modo evidente el interés por formar personas útiles, sanas de cuerpo y alma, para el proyecto modernizante de la nación. Finalmente, elaboraré unas consideraciones o conclusiones finales.
Notas preliminares
Sobre el enfoque de estudio.

4Intento aplicar la tesis foucaultiana en torno a las nuevas estrategias de poder que adoptaron las sociedades modernas. Estrategias que se aplicaron con mucho éxito en el hospital, la cárcel, el cuartel y la escuela. En las primeras paginas de Vigilar y castigar Foucault afirma que a finales del siglo XVIII y principios del XIX el castigo como función teatral, como espectáculo, fue desapareciendo en Europa. El énfasis en las penas se fue orientando a «reformar», «corregir» o «curar» a los individuos. En palabras del filósofo francés:

5El castigo ha pasado de un arte de las sensaciones insoportables a una economía de los derechos suspendidos. Y si le es preciso todavía a la justicia manipular y llegar al cuerpo de los justiciables, será de lejos, limpiamente, según unas reglas austeras, y tendiendo a un objetivo mucho más “elevado”. Como efecto de esta nueva circunspección, un ejército entero de técnicos ha venido a relevar al verdugo, anatomista inmediato de los sufrimientos: los vigilantes, los médicos, los capellanes, los psiquiatras, los psicólogos, los educadores3. (…). Desaparece, pues, en los comienzos del siglo XIX, el gran espectáculo de la pena física; se disimula el cuerpo supliciado; se excluye del castigo el aparato teatral del sufrimiento. Se entra en la era de la sobriedad punitiva4.

En efecto, desde la perspectiva foucaultiana, con la supresión del suplicio público surge la cárcel, como institución moderna. Ésta se ocupará ahora de «corregir» el alma del condenado. Ha desaparecido el castigo del cuerpo, pero ahora los mecanismos del poder se han volcado sobre el «alma» del sujeto5. En ese contexto que el autor describe, «un ejército entero de técnicos», surgirán también los mecanismos disciplinarios en las escuelas, en los centros de enseñanza. Es a partir de esta idea que pretendo desarrollar mi trabajo. En el análisis de las fuentes utilizadas iré haciendo referencia a la idea del disciplinamiento de los sujetos. h6. Sobre el tema de estudio.

6Este trabajo es de carácter introductorio o aproximativo. En ningún momento pretendo aportar una visión global de lo que fue la realidad educativa en El Salvador a finales del siglo XIX y principios del XX. Esto por diversas razones. Entre otras, porque elaborar una investigación global sobre dicho tema supondría delimitar, por lo menos, cuatro áreas de investigación, según la enseñanza de aquella época: (1) instrucción primaria, (2) educación media, (3) enseñanza universitaria6 y (4) formación técnica especializada. De ahí que en este somero estudio me ocuparé de aquellos discursos implicados en el ámbito de la instrucción primaria. Además, dejo de lado la tarea de realizar un análisis más preciso y detallado de lo que, en última instancia, significó la praxis propiamente institucional de la educación para los intereses modernizantes de la república salvadoreña.

En su libro La economía de El Salvador en el siglo XIX, Héctor Lindo-Fuentes afirma que:

7Aun descontando la calidad de la educación, es difícil evitar la conclusión de que el sistema educativo fracasó como motor del crecimiento económico, menos aún del desarrollo. Por el contrario, contribuyó a perpetuar las desigualdades heredadas del período colonial. La brecha enorme entre los educados y los marginados de la educación, entre los ricos y los pobres, se estaba solidificando7.

Sin afán de restarle credibilidad a esa conclusión de Lindo-Fuentes, lo cierto es que el discurso de la educación, específicamente en el campo de la instrucción primaria, tuvo especial relevancia en el proyecto de configurar una nación moderna, desarrollada. En este punto en cuestión, mi ensayo se decanta más hacia el trabajo de Carlos Gregorio López Bernal, Tradiciones inventadas y discursos nacionalistas: el imaginario nacional de la época liberal en El Salvador, 1876-19328. En dicho estudio López Bernal destaca la importancia que tuvieron los intelectuales de la época en la articulación de un discurso que cifraba las esperanzas del progreso de la nación en la educación del pueblo. Dice el autor al respecto:

8Los intelectuales salvadoreños estuvieron muy identificados con el pensamiento modernizante del grupo dominante. (…). El trabajo de esa intelectualidad abarcó desde la educación9, el periodismo, la historia, la investigación científica hasta la literatura. A pesar de la diversidad, el denominador común fue el peso del pensamiento europeo, que los llevo a compartir la fe en el progreso, así como el rechazo a la tradición cultural indígena, considerada como muestra de atraso, y en consecuencia, un freno al desarrollo. (…). La importancia de estos hombres, no reside en su número, si no en el peso que su pensamiento tuvo para justificar y promover el proyecto que el grupo en el poder impulsaba10.

Sin dejar de reconocer la desigualdad social de la que habla Lindo-Fuentes, López Bernal enfatiza el papel de los intelectuales en la construcción de una sociedad moderna. Además, el libro de Carlos Gregorio rescata la importancia que los intelectuales y funcionarios de la república, que a veces eran los mismos, le dieron a la formación cívica en las escuelas. El autor señala que para las elites salvadoreñas fue necesario inculcar “el amor a la patria y la veneración de sus próceres desde los primeros años de la infancia. Esta tarea debía ser encomendada a la escuela11.” h6. Sobre las fuentes estudiadas.

9Los textos que fundamentan este trabajo son variados. En general, me he apoyado en revistas especializadas en el tema de la educación; libros dedicados a la instrucción pública y algunos textos que versan sobre las normas disciplinarias en las escuelas. Al final de mi ensayo presento la especificación de las fuentes consultadas, que básicamente están ubicadas entre 1887 y 1924. En otras palabras, en este estudio voy a centrarme en la instrucción primaria en El Salvador, en el período que va de 1887 a 1927.

Antes de pasar al desarrollo del cuerpo del trabajo, quiero citar nuevamente el estudio de López Bernal. Este historiador salvadoreño aborda una cuestión que resulta relevante para nuestro tema de investigación. Retomando los estudios de Benedict Anderson12, señala lo siguiente:

10Anderson otorga particular importancia a la expansión del capitalismo y al desarrollo de la imprenta, en tanto que posibilitaron el desarrollo de una imagen de “comunidad en anonimato”, la cual permitió concebir la nación aislada de las desigualdades sociales y lucha de clases. Los periódicos son considerados como un medio idóneo para proyectar la imagen de una comunidad imaginada13.

Dos cosas quiero destacar al respecto. En primer lugar, la afirmación de Carlos Gregorio encaja muy bien en nuestro estudio, ya que al realizar un análisis más o menos exhaustivo de los principales periódicos y revistas de la época, resulta evidente la importancia que los medios impresos tuvieron en la propagación de una idea común de nación, de patria. En segundo lugar, como conclusión de lo anterior, esa «imagen de una comunidad imaginada» en los medios impresos de El Salvador tendió a invisibilizar las contradicciones y desigualdades sociales, especialmente en el campo de la educación. No obstante, queden estas ideas sólo mencionadas, ya que no nos ocuparemos de ellas.

Forjando sujetos útiles para la nación: La instrucción primaria en El Salvadora finales del siglo XIX y principios del XX

Un ensayo desde Michel Foucault
A continuación expongo lo que considero un ensayo de fundamentación. Se trata de la presentación de cuatro ideas principales tomadas de cuatro textos de Foucault. En primer lugar, quiero citar unas palabras que dijo allá por 1977:

11El caso de la penalidad me convenció de que el análisis [del poder] no debía hacerse en términos de derecho precisamente, sino en términos de tecnología, en términos de táctica y de estrategia, y es esta sustitución de un esquema jurídico y negativo por otro técnico y estratégico lo que he intentado elaborar en Vigilar y castigar y utilizar después en la Historia de la sexualidad14.

En el marco de su interés por estudiar el poder, Foucault aquí nos habla de la «sustitución de un esquema jurídico y negativo por otro técnico y estratégico». En efecto, en Vigilar y castigar el filósofo francés hace una lectura más positiva del poder. Pone su aguda mirada en las nuevas técnicas de poder que van ganando espacio en las sociedades europeas. En otras palabras, el poder no solamente se manifiesta a través de relaciones jurídicas, sino también en la cuidadosa organización y vigilancia de la formación militar, o en la distribución de las actividades del escolar, por mencionar sólo dos ejemplos. Este nuevo modo de analizar el poder resulta de fundamental importancia para este trabajo. En segundo lugar, quiero comentar un texto de Foucault en el que deja en claro la importancia que va a cobrar el cuerpo humano para las nuevas estrategias del poder. El texto dice así: Ha habido en el curso de la edad clásica15, todo un descubrimiento del cuerpo como objeto y blanco de poder. Podrían encontrarse fácilmente signos de esta gran atención dedicada entonces al cuerpo, al cuerpo que se manipula, al que se da forma, que se educa16, que obedece, que responde, que se vuelve hábil o cuyas fuerzas se multiplican. El gran libro del Hombre-máquina ha sido escrito simultáneamente sobre dos registros: el anatomo-metafísico, del que Descartes había compuesto las primeras páginas y que los médicos y los filósofos continuaron, y el técnico-político, que estuvo constituido por todo un conjunto de reglamentos militares, escolares, hospitalarios, y por procedimientos empíricos y reflexivos para controlar o corregir las operaciones del cuerpo. Dos registros muy distintos ya que se trataba aquí de sumisión y de utilización, allá de funcionamiento y de explicación: cuerpo útil, cuerpo inteligible17. «Cuerpo útil», ésta idea es clave para comprender el análisis que pretendo desarrollar en este trabajo. En el contexto de esa «era de la sobriedad punitiva» de la que nos ha hablado anteriormente, el cuerpo humano será el objeto primordial del poder. En otras palabras, la función principal del poder consistirá en producir sujetos útiles, productivos para la sociedad. Como constataremos más adelante, esta idea estuvo muy presente en los intelectuales de El Salvador de finales del siglo XIX y principios del XX. Ciertamente, Foucault hace la siguiente aclaración: “No es la primera vez, indudablemente, que el cuerpo constituye el objeto de intereses tan imperiosos y tan apremiantes; en toda sociedad, el cuerpo queda prendido en el interior de poderes muy ceñidos, que le imponen coacciones, interdicciones u obligaciones. Sin embargo, hay varias cosas que son nuevas en estas técnicas18.” A continuación se dedica a explicitar en qué han consistido esas novedades. Sin embargo, debido al carácter ensayístico de este trabajo, no me detendré en dicha cuestión. Lo importante aquí es tener en cuenta que se desencadenó un conjunto de técnicas con el objetivo de crear cuerpos dóciles, sujetos útiles. En tercer lugar, justamente cuando Foucault está explicando lo novedoso de las nuevas técnicas del poder, nos ofrece una idea de lo que son las disciplinas:

12A estos métodos [«escala de control», «objeto de control» y «la modalidad»] que permiten el control minucioso de las operaciones del cuerpo, que garantizan la sujeción constante de sus fuerzas y les imponen una relación de docilidad-utilidad, es a lo que se puede llamar las “disciplinas”. (…). El momento histórico de la disciplina es el momento en que nace un arte del cuerpo humano, que no tiende únicamente al aumento de sus habilidades, ni tampoco a hacer más pesada su sujeción, sino a la formación de un vínculo que, en el mismo mecanismo, lo hace tanto más obediente cuanto más útil, y al revés19.

Con esta idea de «disciplina» operaré en el presente ensayo. Además, nótese que cuando Foucault insiste en que se trata de una disciplina que no busca «hacer más pesada» la «sujeción» del cuerpo, de nuevo, está haciendo énfasis en el rostro positivo del poder. Por otro lado, veremos más adelante cómo algunos discursos sobre la educación en El Salvador abogaron por un «control minucioso de las operaciones del cuerpo», aun durante aquellos momentos que son de recreo para los escolares. Finalmente, en cuarto lugar, el propio Foucault resume la función y el objetivo de las disciplinas en los cuerpos. Así lo expresa el autor:

13En resumen, puede decirse que la disciplina fabrica a partir de los cuerpos que controla cuatro tipos de individualidad, o más bien una individualidad que está dotada de cuatro características: es celular (por el juego de la distribución espacial), es orgánica (por el cifrado de las actividades), es genética (por la composición de fuerzas). Y para ello utiliza cuatro grandes técnicas: construye cuadros; prescribe maniobras; impone ejercicios; en fin, para garantizar la combinación de fuerzas, dispone “tácticas”[20].

Por supuesto, un trabajo más completo, más elaborado, tendría que analizar las técnicas de educación en la instrucción primaria siguiendo esa clasificación («cuadros», «maniobras», «ejercicios» y «tácticas») que establece Foucault. También: tendría que estudiar la construcción de individualidades de acuerdo a esas características («celular», «orgánica» y «genética») que el autor establece. Mientras tanto, baste decir que este trabajo está especialmente interesado en sacar a la luz aquellos discursos relativos a la instrucción primaria en los que se exige la formación de sujetos útiles al progreso que la república de El Salvador anhelaba, a finales del siglo XIX y principios del XX.
Forjando cuerpos útiles desde la instrucción primaria
El discurso modernizante en la instrucción primaria
En 1883 el gobierno salvadoreño convocó a un concurso para participar en la redacción de una obra que tratara ampliamente el tema de la instrucción primaria. Así iniciaba la convocatoria:

14El presidente de la República del Salvador, á sus habitantes, Sabed: que el Poder Legislativo ha decretado lo siguiente: La Cámara de Senadores de la República del Salvador, CONSIDERANDO: Que la educación primaria es base verdadera en que se debe fundar el progreso de un país; y que todas las naciones civilizadas, á ella le deben sus progresos en costumbres, artes é ilustración21, DECRETA: Artículo 1°. —Se convoca un concurso de ciudadanos competentes, á fin de que escriban una obra sobre los principios, métodos, materias y programas más adecuados para la enseñanza primaria de la República22.

El primer lugar lo ganó Francisco Esteban Galindo, con su libro Elementos de pedagogía, mientras que el segundo lugar quedó en manos de David J. Guzmán con su obra titulada De la organización de la Instrucción primaria en el (Sic) Salvador. Llama la atención que aun cuando el concurso se convocó en 1883, la obra ganadora no se publicó sino hasta 1887. No obstante, queda claro el interés por mejorar la enseñanza escolar de la época. Ese mismo año (1887), “el ilustre presidente [General Francisco Menéndez] hizo venir (…) una misión de maestros colombianos para modernizar nuestro sistema educativo. Es el primer gran intento salvadoreño de ponerse al día de corrientes pedagógicas en boga en países más avanzados23.” El órgano de difusión de estos expertos en educación fue la revista La Nueva Enseñanza. En el editorial del primer número, titulado “Ideas y propósitos”, se declara lo siguiente:

15En las páginas de esta Revista procuraremos reunir los mejores y más modernos datos sobre sistemas de enseñanza; los textos más bien recibidos y aceptados en otros países; las noticias referentes a las reformas que aquí se establezcan y a los progresos que aquí se alcancen; y pasando de lo puramente didáctico y oficial, a la región del arte y de la ciencia, procuraremos también presentar muestras de lo que han escrito y escriben grandes pensadores y eminentes moralistas24.

Uno de los temas que constantemene se abordó fue el de los métodos de enseñanza. En términos generales, se consideró que había llegado la hora de abandonar la metodología lancasteriana y adoptar los métodos de Pestalozzi25. Se argumentaba que de continuar con el método de Lancaster, difícilmente se conseguiría despertar la inteligencia de los niños, así como también el arte del raciocinio. Por esto, Rengifo Núñez, uno de los intelectuales traídos por el gobierno, aconsejaba que en las escuelas debía procederse “(…) siempre de lo empírico a lo racional, de lo concreto a lo abstracto, de lo simple a lo compuesto, de lo definido a lo indefinido, de lo conocido a lo desconocido, etc26.,” Esta forma de enseñar, se creía, permitiría a los infantes desarrollar la habilidad de la observación y la capacidad de análisis. Lo cual, en última instancia, encajaba con los intereses progresistas de la nación. Por ello se promovió la enseñanza objetiva. Al respecto se decía:

16La Enseñanza Objetiva tiene por objeto despertar y desenvolver las facultades intelectuales de los niños y formar su parte moral por medio de conversaciones familiares, propuestas por el maestro, acerca de los objetos que los rodean. La observación es, pues, lo que se pretende cultivar con ella; y en este concepto, todo cuanto los niños ven debe ser asunto de descripción o análisis, á fin de que se acostumbren á comparar, á deducir y á formar juicio propio de las cosas. (…). Enseñar a pensar, a raciocinar al discípulo, es y debe ser el caballo de batalla de la enseñanza moderna y ninguna materia más aparente para ello que la Enseñanza Objetiva27 (…).

Encontramos, pues, un acentuado interés en que la instrucción primaria debía preparar a los niños en el uso de su inteligencia. Se critica duramente el abuso de enfoques memorísticos, puesto que dichos métodos entorpecen las habilidades del educando. En agosto de 1887, en un número de La Nueva Enseñanza se afirma que uno de los principales errores en la educación ha sido “enseñar a los hombres a imitar o repetir, más bien que a pensar28.” Otro ejemplo lo encontramos en el Reglamento de la Escuela Normal de Señoritas, decretado por el Supremo Poder Ejecutivo en 1889. Ciertamente, se trata de un conjunto de normas dirigido no a nmorísticos, puesto que dichos métodos entorpecen las habilidades del educando. En agosto de 1887, en un número de La Nueva Enseñanza se afirma que uno de los principales errores en la educación ha sido “enseñar a los hombres a imitar o repetir, más bien que a pensar28.â€