Ficha n° 1927

Creada: 07 junio 2008
Editada: 07 junio 2008
Modificada: 29 junio 2008

Estadísticas de visitas

Total de visitas hoy : 6
Total de visitas : 4349

Autor de la ficha:

Michel GOBAT

Editor de la ficha:

Víctor Hugo ACUÑA ORTEGA

Publicado en:

ISSN 1954-3891

La vida cotidiana en Granada, Nicaragua, durante el régimen filibustero de William Walker (1855-57)

El artículo examina cómo la vida cotidiana en Granada -- la sede del ejército de William Walker en Nicaragua -- fue transformada por la presencia de miles de filibusteros. La mayoría de los filibusteros eran ciudadanos norteamericanos, incluyendo mujeres. Pero hubo también en las filas de Walker muchos europeos y cubanos. Hasta ahora, se ha pensado que las relaciones entre este heterogéneo grupo de extranjeros y los granadinos fueron exclusivamente violentas. Sin embargo, al estudiar detenidamente la vida cotidiana en Granada durante el régimen de Walker, se nota que los granadinos socializaban con los filibusteros mayormente en formas no-violentas. Por lo tanto, el artículo trata de dar una perspectiva más matizada del encuentro latinoamericano con el expansionismo norteamericano que occurió bajo la bandera del Destino Manifiesto.
Autor(es):
Michel Gobat
Fecha:
Junio de 2008
Texto íntegral:

1En Estados Unidos, el expansionismo norteamericano que ocurrió bajo la bandera del destino manifiesto, se asocia principalmente con la conquista del “Oeste Americano.” Sin embargo, la época del Destino Manifiesto no terminó con la anexión norteamericana de California en 1848. Al contrario, esta anexión sólo reforzó el impulso expansionista de los norteamericanos. Unos trataron de extender la influencia de su país aún más al oeste, como fue el caso del comodoro Matthew Perry y su “apertura” de Japón en 1853. Pero muchos otros pusieron la mira hacia el sur y vieron a América Latina como la nueva frontera de los Estados Unidos. Estos expansionistas, los llamados filibusteros, invadieron los países latinoamericanos sin el apoyo oficial del gobierno norteamericano. Miles y miles de filibusteros participaron en esas expediciones privadas hasta que el estallido de la guerra civil norteamericana en 1861 puso fin a la primera etapa del expansionismo norteamericano en América Latina. Aunque algunos filibusteros llegaron hasta Ecuador, la mayoría de sus invasiones se concentraron en Centroamérica y el Caribe. Ninguna de las expediciones filibusteras logró controlar territorio latinoamericano salvo la encabezada por William Walker, quien dominó Nicaragua entre 1855 y 1857.

2Talvez porque casi todas las expediciones filibusteras fracasaron, no se ha estudiado mucho los encuentros latinoamericanos con los filibusteros más allá del campo de batalla o de la política. Sólo recientemente se han investigado los aspectos sociales y culturales del filibusterismo. Para los Estados Unidos, nuevos estudios han iluminado tanto el impacto del filibusterismo en la cultura popular como la composición social de los filibusteros, sus motivos, y sus experiencias1. Para Centroamérica, varios historiadores han mostrado como la guerra contra Walker trasformó las identidades y memorias nacionales en Nicaragua y Costa Rica2. Unos pocos han examinado también el impacto de la guerra en el frente doméstico costarricense3.

Siguiendo esa nueva línea de investigación, el presente ensayo examina las relaciones cotidianas de los nicaragüenses con los filibusteros encabezados por William Walker. Centra la atención en el periodo ubicado entre octubre de 1855 y octubre de 1856, es decir, desde cuando Walker tomó el poder y convirtió a Granada en su capital hasta la expulsión de los filibusteros de Granada por las tropas centroamericanas. Decidimos enfocar este ensayo en la vida cotidiana por dos razones principales. Primero, este enfoque muestra que no todos los filibusteros fueron mercenarios resueltos a saquear los países latinoamericanos. En realidad, la mayoría de los seguidores de Walker fueron colonizadores interesados en crear una nueva sociedad en Centroamérica. Al considerar a los filibusteros como colonizadores, queremos cuestionar la idea bien aceptada en los Estados Unidos que el imperialismo norteamericano, a diferencia del imperialismo europeo, no trajo consigo el “colonialismo de asentamiento” (settler colonialism).

3En segundo lugar, una exploración de las relaciones socio-culturales de los nicaragüenses con los filibusteros podría iluminar uno de los aspectos más ignorados de la guerra centroamericana contra Walker: el hecho de que la participación nicaragüense en la guerra fue mucho menor de lo que comúnmente se ha pensado. En este ensayo quisiéramos examinar una hipótesis para explicar la baja participación de los nicaragüenses en la guerra, según la cual esta actitud refleja que la oposición de los nicaragüenses al proyecto filibustero de “americanizar” Nicaragua era menor de lo que se supone frecuentemente. La historiografía nicaragüense casi nunca ha abordado este tema; es decir, el hecho de que, por lo menos inicialmente, Walker fue apoyado no sólo por los jefes del partido liberal que lo invitaron, sino por distintos sectores de la sociedad nicaragüense. Por supuesto, no queremos ignorar las numerosas barbaridades que los filibusteros cometieron en Nicaragua. Sin embargo, nos parece importante examinar por qué Walker tuvo mayor apoyo local de lo que comúnmente se ha creído. Una manera de explorar este tema es elucidar la historia desconocida del encuentro cotidiano de los nicaragüenses con los filibusteros. Hasta ahora, se ha dado por supuesto que este encuentro fue exclusivamente violento. Sin embargo, al estudiar detenidamente la vida cotidiana en Granada durante el régimen de Walker, se nota que los granadinos socializaban con los filibusteros mayormente en formas no-violentas, por lo menos hasta que la guerra se intensificó a mediados de 1856. Es posible que estas formas de socialización profundizaran la oposición nicaragüense contra los filibusteros. Pero hay que considerar que lo contrario haya sido también posible.

4Las conclusiones que presentamos en este ensayo son muy preliminares. Hasta ahora, nuestro análisis de las relaciones socio-culturales de los nicaragüenses con los filibusteros se basa mayormente en la información que sacamos del periódico filibustero, El Nicaragüense (sic). La publicación contiene artículos tanto en inglés como en español. Su primer número salió el 20 de octubre de 1856, es decir una semana después de que Walker se apoderara del país; su último número apareció el 22 de noviembre, el propio día en que los filibusteros quemaron la ciudad de Granada. Obviamente el periódico filibustero es una fuente muy parcial y tendremos que complementarlo con otras fuentes, especialmente con aquellas que presentan los puntos de vista de los propios nicaragüenses. Sin embargo, hay que subrayar que el periódico de Walker contiene mucha información nueva y valiosa sobre la sociedad civil que los filibusteros trataron de construir durante el año en que dominaron Nicaragua. Por parcial que sea, El Nicaragüense es indispensable para entender no sólo uno de los eventos más traumáticos en la historia de Nicaragua sino también el impulso colonizador que marcó el expansionismo norteamericano durante la llamada época del destino manifiesto, entre las décadas de 1830 y 1850.

¿Quiénes fueron los filibusteros?

5 Para entender mejor las relaciones cotidianas de los nicaragüenses con los filibusteros, hay que empezar por re-examinar la identidad de los filibusteros. La mayoría de los seguidores de Walker viajaron de los Estados Unidos a Nicaragua con el pretexto de ir a California. Por tanto, no sabemos cuántos filibusteros había en Nicaragua. El cálculo más bajo es de alrededor de 2000, una cifra basada en el tamaño del ejército de Walker. En realidad, había mucho más filibusteros en Nicaragua. La compañía que trasportó la gran mayoría de los filibusteros a Nicaragua declaró que llevó 12,000 de ellos.[4] A nuestro parecer, esta declaración es bastante creíble porque muchos norteamericanos que llegaron a Nicaragua no se enlistaron en el ejército filibustero y por tanto no aparecen en su padrón.

6 En general, la mayoría de los norteamericanos que viajaron a Nicaragua durante el régimen de Walker no correspondieron al perfil clásico del filibustero, es decir, de un joven aventurero militar interesado sólo en el saqueo. Por supuesto, muchos de los soldados de Walker correspondieron a este perfil. Este fue sobre todo el caso de los veteranos de la guerra norteamericana contra México (1846-48) y de los fugitivos norteamericanos que creían que Nicaragua con sus minas de oro sería no sólo un buen refugio sino un nuevo El Dorado. Sin embargo, muchos filibusteros tenían otros motivos para sumarse a Walker. Para algunos, su objetivo principal era la evangelización de la población centroamericana. Este grupo incluía a varios pastores norteamericanos que practicaban oficios religiosos y distribuían la Biblia en Nicaragua. Había también misioneros protestantes que fueron a Nicaragua para promover el movimiento de temperancia que era en esa época muy popular en los Estados Unidos. Una de sus exponentes más conocidas, quien visitó Nicaragua, fue Sarah Pellet, quien también fue una dirigente del movimiento por los derechos de la mujer en Estados Unidos5.

7Otros grupos de filibusteros se unieron a Walker principalmente por motivos políticos. Como otros historiadores han mostrado, muchos norteamericanos del sur fueron a Nicaragua para defender la institución de la esclavitud en los Estados Unidos6. Pero lo que todavía permanece bastante desconocido es el hecho de que muchos otros seguidores de Walker afirmaban ser liberales y estar en contra de la esclavitud. Este fue especialmente el caso de los centenares de europeos y los aproximadamente 50 cubanos que se alistaron en el ejército de Walker. Según nuestros cálculos por lo menos un tercio de los soldados en el ejército de Walker eran europeos7. Muchos de los europeos eran alemanes y franceses que habían participado en sus países en las revoluciones liberales de 18488. Después del fracaso de esas revoluciones huyeron a Estados Unidos, particularmente a la ciudad de Nueva York y a la región del medio-oeste, donde se asociaron con grupos progresistas9. Cuando Walker asumió el poder en Nicaragua muchos viajaron a Nicaragua, pensando que Walker era un revolucionario liberal que iba a promover la causa democrático-liberal. Algo parecido ocurrió con los filibusteros cubanos. Muchos se exiliaron en la ciudad de Nueva York en 1851 después del fracaso de su rebelión contra el régimen colonial español en la isla10. Y, como los europeos, se relacionaron con grupos liberales en Nueva York y eventualmente con Walker. Poco después de su llegada a Nicaragua a principios de 1856, los cubanos consiguieron cargos importantes en el ejército y en el gobierno de Walker. Estos cubanos fueron unos de los intermediarios más importantes que definieron las relaciones entre Walker y el pueblo nicaragüense. Este fue el caso no sólo porque los cubanos hablaban castellano, eran católicos, y entendían mejor la mentalidad nicaragüense sino también porque los cubanos compartían la creencia de muchos nicaragüenses de que la mejor manera de desarrollar su país era a través de su “americanización11.”

8En última instancia, la mayoría de los seguidores de Walker eran colonos de diversas edades atraídos por la promesa de tierra. Y es cierto que después de tomar control de Nicaragua en octubre de 1855, Walker promulgó un decreto de colonización que ofrecía 250 acres de tierra pública a cada inmigrante y 100 acres más si traía a su familia consigo. El decreto fue muy publicitado por los periódicos norteamericanos. Y como varios testimonios atestan, estos anuncios jugaron un papel importante en atraer a un gran número de norteamericanos con el fin de afincarse en Nicaragua. Muchos llevaron sus esposas y niños. La mayoría no salieron del sur de los Estados Unidos sino del norte y de California12. Consideremos el caso de la familia Callahan, que en abril de 1856 partió para Nicaragua desde Iowa, un estado en pleno centro de los Estado Unidos. Dicha familia consistía de cuatro adultos y dos niños: Miles Callahan, su hermana Elleanore, otra hermana y su esposo e hija, y un joven esclavo. Según Elleanore, después de leer la noticia sobre el decreto de colonización emitido por Walker, su familia decidió “unir su fortuna con la del Gral. Wm Walker, y americanizar esa huerta del mundo13.”

9Sin embargo, muchos hombres que emigraron a Nicaragua con la intención de hacerse colonos fueron presionados por los filibusteros para que se alistaran en su ejército. Éste fue el caso de Thomas Hupput, un ebanista de la ciudad de Nueva York. Después de leer el anuncio sobre el decreto de colonización, se fue a la oficina de reclutamiento que los agentes de Walker habían establecido en la famosa calle de Broadway. Allí le dijeron que podría “ganar un montón de plata en Nicaragua al ejercer su oficio y que recibiría un regalo de 250 acres de buena tierra después de su llegada a Granada.” Cuando Hupput les preguntó si tendría que servir en el ejército filibustero, le aseguraron que no era cierto14. Hupput fue sólo uno de los muchos aspirantes a colono que fueron enganchados en el ejército filibustero y cuyos nombres no aparecen en los padrones militares que sobrevivieron a la guerra.

10Al llegar a Nicaragua, los seguidores de Walker solían establecerse en el sur del país, es decir en aquella zona donde los filibusteros ejercían su mayor dominio. La mayoría fijó su residencia en la ciudad de Granada, la sede del régimen de Walker. Cuando los filibusteros tomaron Granada en octubre de 1856, encontraron una ciudad devastada por la guerra civil de 1854-55. Al parecer, la guerra destruyó casi dos tercios de los edificios de la ciudad y hizo que la población cayera de 30,000 a alrededor de 6000 habitantes15.

11Sin embargo, quedaron suficientes edificios como para alojar a los miles de extranjeros que llegaron a Granada. La mayor parte del ejército filibustero vivía en los cuarteles situados en la plaza principal y en el convento al lado de la iglesia de San Francisco, que quedaba a tres cuadras de la plaza principal. En cambio, muchos de los oficiales vivían en las casas que pertenecían a miembros de la elite granadina que habían abandonado la ciudad después de la toma de Walker. Éste fue sobre todo el caso de los oficiales que venían con sus familias. Unos pocos oficiales convivían con familias de la elite que habían decidido quedarse en Granada16. La mayoría de los colonos de Walker que no se alistaron en el ejército filibustero también vivían en las casas de la elite granadina, confiscadas por el régimen filibustero17. Algunos de los colonos transformaron esas residencias en locales de negocios. Finalmente, parece que algunos colonos vivían en las haciendas ubicadas en las afueras de la ciudad, igualmente confiscadas por el régimen de Walker.

12Pero no todos los filibusteros vivían en la región de Granada. Muchos de los soldados y oficiales de Walker estaban estacionados en otras ciudades, tales como Masaya, Rivas, Managua, San Carlos, León y Matagalpa18. Algunos de estos filibusteros, establecieron tiendas, hoteles, restaurantes, y consultorios médicos en lugares cercanos a la Ruta del Tránsito, especialmente en Rivas, San Jorge, La Virgen, San Carlos, y San Juan del Sur. Otros adquirieron haciendas, particularmente en la región entre Nandaime y Rivas y en las riberas del Río San Juan19. Esas haciendas producían una variedad de cultivos, tales como cacao, añil, azúcar, tabaco, café, arroz, maíz, y plátano, mientras otras eran haciendas de ganado20. Por último, algunos de los seguidores de Walker probaron su suerte en la búsqueda de oro en las minas de Chontales, especialmente en La Libertad21.

Las relaciones cotidianas entre los nicaragüenses y los filibusteros

13 ¿Cómo eran, entonces, las relaciones cotidianas de los nicaragüenses con los filibusteros? A fin de explorar este tema, la siguiente discusión centra la atención en la ciudad de Granada porque era el centro de encuentro entre los nicaragüenses y los filibusteros.

14 Un espacio importante donde los nicaragüenses se relacionaban con los filibusteros era la esfera estatal. Al contrario de lo que comúnmente se cree, el régimen filibustero logró mantener instituciones estatales cuyos funcionarios eran no sólo filibusteros sino también nicaragüenses. Por ejemplo, el consejo municipal de Granada funcionó hasta casi el fin del régimen filibustero y todos sus miembros eran granadinos22. Además del ejército, las instituciones estatales con las que los granadinos tenían muchos contactos eran: la prefectura y la subdelegación de hacienda del departamento oriental, la aduana, el departamento de colonización, la cual manejaba no sólo la colonización de los inmigrantes extranjeros sino también la producción regional de granos básicos, ganado, azúcar, etc.; la Intendencia General del Ejército, la cual compraba alimentos y otros productos que se vendían en el mercado de Granada; el Juzgado Primero Constitucional; la oficina de correos; la oficina del archivero de títulos y hipotecas y el hospital militar.

15Aunque los granadinos tenían bastantes contactos con los funcionarios del estado filibustero, se encontraban con los filibusteros más comúnmente en las esferas sociales y económicas. Por ejemplo, la elite granadina y los altos oficiales del ejército filibustero se veían frecuentemente en fiestas, bailes, banquetes, y cenas. Según el periódico filibustero, tales reuniones tenían un papel importante en la consolidación del dominio filibustero porque “nada suele unir más dos razas que [las] pequeñas reuniones sociales23.” Muchos de esos eventos fueron ofrecidos por los propietarios europeos y norteamericanos de restaurantes y hoteles en Granada24. Otros se celebraron en las residencias de los ministros extranjeros, especialmente los de Prusia y Estados Unidos25. Parece ser que el ministro norteamericano organizaba cada jueves una velada donde la concurrencia cantaba, bailaba, y recitaba26. Algunas reuniones tuvieron lugar en las residencias privadas de altos funcionarios del gobierno filibustero, tales como el nicaragüense Fermín Ferrer y el comerciante jamaicano Carlos Thomas, que vivía en Granada desde muchos años27. De vez en cuando, los oficiales norteamericanos del ejército filibustero organizaron cenas y bailes en sus propias casas; también a dichos eventos asistieron miembros de la elite granadina, incluidas señoras y señoritas28. En cambio, Walker celebró pocas reuniones sociales en su residencia. Al parecer organizó su primera fiesta para la elite granadina y los residentes extranjeros de la ciudad en agosto de 1856; en esta fiesta la banda militar tocó melodías que entonces eran muy populares en los Estados Unidos29.

16Otras reuniones sociales ocurrieron también en los hogares de la elite granadina. Según el testimonio de un oficial filibustero, era costumbre que pequeños grupos de cuatro o cinco filibusteros visitaran casas de los “ciudadanos prominentes” de Granada donde se pasaba la noche “conversando, tocando música, cantando30.” Algunas reuniones que se celebraron en las casas de la elite atrajeron un público mucho más grande. Entre dichas reuniones la más lucida fue el baile que los oficiales filibusteros organizaron para la sociedad granadina en la casa de José Antonio Lacayo la noche del 31 de diciembre de 185531.

17Un segundo espacio donde la elite granadina y los filibusteros se veían eran los clubes sociales fundados por los filibusteros. El más importante fue el “Young American Pioneer Club of Nicaragua” que se estableció en la casa de Carlos Thomas al principio de febrero de 1856 y cuyos miembros incluían a varios hombres de la elite granadina32. Los objetivos principales del club eran cultivar “las relaciones sociales y literarias” y dar a sus miembros un sentido de “ánimo mutuo33.” Según El Nicaraguense, el club tenía “planes para conseguir su propio edificio cerca de la Plaza que, con su sala de lectura, biblioteca, y otros servicios, [se volviera] un lugar atractivo para sus miembros34.” Otros clubes sociales incluían la logia masónica de Granada y el Jockey Club de Masaya, cuyo vicepresidente era el poderoso caudillo nicaragüense Francisco Bravo.[35] Otra importante asociación voluntaria que surgió durante la época filibuster fue la “División de los Hijos de la Temperancia,” que tenía cincuenta miembros36.

18Una tercera manera en que los filibusteros socializaban con la elite granadina fue a través de las relaciones sexuales y, en ciertos casos, las relaciones matrimoniales. Desafortunadamente el periódico filibustero tiene poca información sobre este tema. Sin embargo, sus artículos indican que varios filibusteros se casaron con mujeres de la elite local37. Parece que las relaciones tanto matrimoniales como sexuales fueron generalmente muy condenadas por las familias de las mujeres nicaragüenses. Tomemos el caso de Rosario Córdova cuya familia se oponía furiosamente a su deseo de casarse con un filibustero de apellido Johnson. A pesar de esa oposición, Córdova siguió con el casamiento y más tarde dio a luz a una niña. Como consecuencia, su familia y la alta sociedad cortaron todos sus vínculos con ella38. En julio de 1856, Córdova murió a los 23 años después de una enfermedad corta, probablemente por el cólera. Hubo otros matrimonios entre filibusteros y nicaragüenses que fueron duramente condenados por la alta sociedad.[39] Hubo aun un caso donde una señora de la elite granadina dejó a su marido para casarse con un seguidor norteamericano de Walker