Ficha n° 1893

Creada: 12 abril 2008
Editada: 12 abril 2008
Modificada: 19 abril 2008

Estadísticas de visitas

Total de visitas hoy : 5
Total de visitas : 4168

Autor de la ficha:

Luis Pedro TARACENA ARRIOLA

Publicado en:

ISSN 1954-3891

Introducción a la jornada “Participaciones Indígenas en la ‘conquista’ y las nuevas interpretaciones historiográficas”

Porque emprender una nueva lectura histórica de las participaciones indigenas a la Conquista?
Autor(es):
Luis Pedro Taracena
Fecha:
Abril de 2008
Texto íntegral:

1Introducción a las intervenciones académicas en la
jornada “Participaciones Indígenas en la ‘conquista’ y las nuevas interpretaciones historiográficas”

2Luis Pedro Taracena A.

3La incómoda referencia en la historiografía guatemalteca sobre la participación de indígenas aliados a los españoles durante la llamada “conquista” – palabra hoy sustituida por la de “invasión” en el marco de la disputa por el sentido de cómo se ha construido la idea de nación en Guatemala – no sólo se relaciona con el evidente desinterés “etnohistórico” entre los especialistas locales, muy afines a obviar lo que proceda del mundo indígena como “actor” histórico, sino también a los propios indígenas que se enfrentan a la necesidad discursiva de revalorizar la “resistencia” para cuestionar el concepto dominante de “conquista”. De esa manera fácilmente se puede circular entre “ciencia” y “cultura política”, con todo el temor que ello implica para los historiadores.

4Al final de cuentas, la “conquista” podría ser considerada un tema intrascendente, si no fuera porque en su aparente posición secundaria –aún en lo poco que se enseña sobre la historia en el currículo oficial- tiene consecuencias prácticas en la extensa población del sistema educativo. La “derrota” es un símbolo de “inferioridad” altamente resemantizada entre los profesores y alumnos. Estamos pues, ante un tema, de connotación conflictiva y nada inocuo para ser un hecho que a “nadie interesa”, en tanto la enseñanza de la historia está asociada a una desvalorización en el afán por destacar el presente y además a su “aburrida” transmisión.

5En junio del 2007 se realizó la Jornada “Participaciones Indígenas en la ‘conquista’ y las nuevas interpretaciones historiográficas” promovida por el Centro de Investigaciones Regionales de Mesoamérica – CIRMA, como parte del proyecto “Una Visión Indígena de la Conquista1”. Este proyecto buscaba generar reflexión y conocimiento sobre la “conquista”, en especial sobre la participación indígena en el proceso histórico en cuestión, las implicaciones metodológicas de ese hecho, así como el valor heurístico de las fuentes indígenas. El momento también era propicio pues la Universidad Francisco Marroquín había montado una exposición sobre el “Lienzo de Quahuhquechollan” un documento pictórico que narra la participación de los “quauhquecholtecas” que acompañaron a Jorge de Alvarado hacia 1527. Para el proyecto surgieron dos preguntas iniciales: a) qué aportaba esta nueva información y b) cuál era el papel de las fuentes indígenas.

6Para la Jornada se invitó a participar a Michel Oudjik, especialista en lenguas indígenas del Instituto de Investigaciones Filológica de la UNAM, a quien se le pidió hablar sobre la participación indígena en la conquista y los retos historiográficos derivados, a la Dra. Laura Matthew, Profesora de Marquette University en Wisconsin, se le solicitó referirse más específicamente a la historiografía indígena y sus retos metodológicos; por su parte, el Dr. Ruud van Akkeren, especialista en textos indígenas del altiplano guatemalteco, se centró en la relación fuentes entohistóricas y visión indígena de la conquista y la Ms. Claudia Dary, investigadora guatemalteca de FLACSO y el IDEI2 efectuó la relatoría crítica de las intervenciones de los colegas invitados, una relatoría que no se reducía a la acostumbrada síntesis y perfilaba un “ojo local” a la intervención académica de los especialistas.

7Se reflexionó sobre el tipo de preguntas con que se ha abordado el hecho “conquistador”, las cuales han puesto su énfasis en la “superioridad” de un pequeño grupo de españoles. Sin embargo, un cambio de perspectiva en las preguntas permite reconocer una participación indígena mucho más compleja y determinante en ese “éxito conquistador”; al mismo tiempo, que es posible notar la existencia de diversas memorias que superan el simplismo de la dualidad “conquistador – conquistado”. Además, se puso en el tapete el debate sobre las aproximaciones de la lectura y la comprensión de las fuentes indígenas. Por último, se destacó la tensión entre “seriedad histórica” y “versatilidad de la memoria”, que emana de las reflexiones indígenas del presente sobre el pasado.

8De lo anterior, me parece necesario situarnos brevemente en varios puntos metodológicos que a mi juicio se deducen de las intervenciones:

9a) La relación del área maya postclásica con el marco mesoamericano. El retorno al peso de la región retoma mayor importancia pues implica un mayor cocimiento de los niveles y los hechos culturales compartidos, las influencias mutuas, etc.; lo que remite a la referencia comparativa en este tipo de trabajos como marco metodológico y como alcance de mayor profundidad en el conocimiento sobre este proceso. La premisa de una cultura mesoamericana obliga a pensar sobre la utilidad y límites de las aproximaciones metodológicas que van de lo general a lo particular, como guías comprensivas para estudiar procesos donde las fuentes escasean o como veremos implican formas distintas de abordarlas.

10b) También hace volver a la palestra la reflexión entre acontecimiento y proceso, dos categorías fácticas y temporales muchas veces enfrentadas en la predilección de los historiadores por el largo tiempo. ¿Cómo relacionar acontecimiento con proceso?. El período de la conquista hace necesaria la referencia a períodos más largos pre y post “conquista”, para comprender el proceso y no reducir el conocimiento al hecho militar ni a la institucionalización del dominio colonial como una unidad de varios siglos. En este caso han de comprenderse mejor las lógicas de conquista prehispánicas para comprender el alcance español y la pregunta básica de ¿cómo se pasó al carácter de derrotados y/o aliados al de subordinados? Un acontecimiento que no puede explicarse sólo con partir de la derrota militar.

11c) Lo anterior resalta el asunto de la autoría/actoría indígena desde la perspectiva de quien conquista, una participación siempre relegada a la función de auxiliatura en la narrativa española, o en el mejor de los casos a vagas referencias sobre la alianza o amistad, frente a una demanda de los grupos mexicanos como igualmente conquistadores. Esta bipolaridad de “conquistadores – conquistados” señala la necesidad de una revisión de las participaciones y autorías sociales de forma más compleja que la referencia a su papel secundario, puesto que como se señala, los patrones prehispánicos muestran su incuestionable sello.

12d) El tradicional cuestionamiento de la historiografía local a la credibilidad de las fuentes indígenas justificado a través de la necesidad de aplicar el método crítico – tan afín a la análisis de las fuentes históricas- debe apoyarse en la necesidad de una comprensión de las lógicas narrativas indígenas, que permitan ver a esas fuentes, y reconocerlas válidas y creíbles por sí mismas, al “mismo nivel” que las españolas. La historiografía tradicional rápido responde ante el incomprendido documento indígena que no es fiable aunque sea auténtico. En el fondo de una afirmación como éstas también subyace el problema de asumir la dicotomía superioridad/inferioridad como un estatuto prefijado. En consecuencia, ¿hasta qué punto resulta equitativo ese “igual nivel” sin perder su legitimidad las fuentes indígenas?, pues no resulta aceptable sólo referirse al relativismo que nivela a los diferentes. ¿Cómo han de verse y valorarse las fuentes indígenas? ¿Quién valora esas fuentes?

13e) De este modo, la legitimidad de las otras miradas resulta crucial, ya sea aquella que busca saber qué tanto cambia “la visión/versión” sobre la conquista con incorporar las miradas indígenas. La historiografía tradicional no ha dejado de señalar la necesidad de recostarse en peso de los desenlaces, los cuales reducen el proceso a una línea continua y terminan sugiriendo que “dominio” es sinónimo de “superioridad”. Ese reconocimiento de las miradas también resalta la posibilidad de construir varias visiones indígenas antes que una sola “visión indígena”, pues hay que recordar que esta última ocultaría el sentido de la visión como una categoría destinada a negar la pluralidad de miradas.

14f) Saltando en el tiempo, el tema de cómo se interpreta o divulga contemporáneamente este proceso tiene que ver mucho con la forma en que el Estado transmite o facilita la transmisión sobre la “conquista”. Sobre todo de determinadas interpretaciones relacionadas con el debate político sobre el reconocimiento del “pueblo maya”, así como el “démodé” que en el presente otorga la lucha antirracista. El presentismo de la conquista como elemento fundante del racismo, no está sujeto sólo a esa “pasión que acompaña a la lucha”, también tiene implicaciones en el debate sobre la multiculturalidad – interculturalidad, los que a su vez tienen consecuencias prácticas en la aplicación de las políticas educativas.

15g). Por último, también está presente la discusión sobre la tensión/contradicción entre “cientificismo histórico” que obliga a una rigurosidad metodológica en el tratamiento de las fuentes, y la memoria/múltiples lecturas del presente, sobre todo aquellas provenientes de los propios mayas, interesados en reforzar como sentido positivo la categoría de resistencia en función de una autoestima demostrada en el presente. ¿Cómo se relaciona el debate entre “proceso finalizado”, tan acariciado por los historiadores, y “proceso reactivado”, tan afín al presente en disputa?

16Visto de esta manera “la conquista” ya no se presenta como un acontecimiento inocuo o un lejano fundante simbólico, sino como un elemento emblemático no reducido a nuestra preocupación profesional, como inquisidores de hechos pasados, pues también nos coloca en la actual disputa de sentidos.

17H4. Notas de pie de página

Este proyecto fue auspiciado por la Embajada Real de los Países Bajos. FLACSO- Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales-Guatemala. IDEI-Instituto de Estudios Internitos de la Universidad de San Carlos de Guatemala.

18

Para citar este artículo :

Luis Pedro Taracena, « Introducción a la jornada “Participaciones Indígenas en la ‘conquista’ y las nuevas interpretaciones historiográficas” », Boletín AFEHC N°35, publicado el 04 abril 2008, disponible en: http://afehc-historia-centroamericana.org/index.php?action=fi_aff&id;=1893

Comentarios

Normas de uso

Esta es la opinión de los lectores de la AFEHC, no de la AFEHC No está permitido verter comentarios injuriantes. Reservado el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema. Una vez aceptado el comentario, se enviará un correo electrónico confirmando su publicación.

¿No tienes una cuenta todavía?
Puedes crear una

Como usuario registrado usted podrá publicar de forma inmediata comentarios con su nombre.