Ficha n° 1145

Creada: 05 julio 2006
Editada: 05 julio 2006
Modificada: 23 mayo 2007

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Autor de la ficha:

Elizet PAYNE IGLESIAS

Publicado en:

ISSN 1954-3891

Jerónimo de retes: un descendiente vasco en Costa Rica.1630-1670

Un estudio sobre la participación de los vascos y sus descendientes en Centroamerica durante los siglos XVI y XVII.
Autor(es):
Elizet Payne Iglesias
Fecha:
Julio de 2006
Texto íntegral:

1
Los estudios sobre la participación de los vascos y sus descendientes en Centroamérica durante los siglos XVI y XVII están aun por elaborarse. Este tipo de análisis ha sido más frecuente para el siglo XVIII dada la abundante documentación que existe para ese periodo sobre las familias vascas. En Guatemala han sido relevantes los trabajos de Jorge Luján Muñoz1, David Chandler2 y de Teresa García Giráldez3. En la provincia de Costa Rica, la más marginal y alejada de la capital del reino de Guatemala, tampoco se ha indagado acerca de la participación de este grupo en la vida económica, social, política y religiosa de la época colonial.
Con este trabajo se pretende analizar el papel jugado por el vasco Jerónimo de Retes, hijo de uno de los primeros pobladores de la provincia. Retes representa uno de los personajes más interesantes desde el punto de vista económico, político y social de Costa Rica. Nos detendremos a presentar las redes de carácter familiar y económico, creadas y conservadas por este personaje, tanto en la provincia como fuera de ella.
La Costa Rica del siglo XVII mantenía condiciones propias que la caracterizaban como una zona marginal dentro del comercio colonial más interesado en metales preciosos, por lo que, esta provincia consolidó su papel como proveedora de alimentos hacia Nicaragua y Panamá. Muy tempranas son las referencias encontradas acerca del papel del Valle Central de Costa Rica como productor de trigo, maíz, frijoles, chile, algodón y otros productos que se exportaban a Nicaragua y Panama4. Un documento de 1622 nos remite a la vocación agrícola que fue adquiriendo el Valle Central:

2Esta provincia tiene grandes cosechas de trigo que se lleva en arina y biscocho a las dichas ciudades de Panamá y Puertobelo, así para el sustento dellas como para las grandes armadas de Vuestra Majestad5...”

3También Costa Rica se constituyó como exportadora y zona de paso de las grandes recuas de mulas que venían desde Honduras, Nicaragua y el Pacífico de Costa Rica, con rumbo a la ciudad de Panamá. Allí era utilizadas para el traslado del llamado “tesoro del Rey” proveniente del Perú, y otros bienes, que se trasladaban entre Panamá y Portobelo.

4Debe entenderse que la marginalidad de Costa Rica, no indica “pobreza extrema”, sino que esta provincia no constituía una zona estratégica para la metrópoli, ya que en ella se producían sobre todo bienes alimenticios, para el consumo de poblaciones no productoras de bienes de subsistencia como los puertos de Panamá, Portobelo y Cartagena de Indias.

5En este periodo se fue consolidando un grupo fuerte de encomenderos-comerciantes que, en su doble carácter le otorgaron su particularidad a esta región. Fueron notables sus contactos con comerciantes de Panamá, Nicaragua, Cartagena de Indias y Guatemala, donde muchos de ellos mantenían vínculos familiares y económicos que perduraron por muchísimos años6. Algunos de ellos poblaron los valles de Bagaces donde consolidaron una economía eminentemente ganadera.

6Otra característica importante de esta provincia durante el periodo es su consolidación sobre la base de la mano de obra indígena a través de la encomienda. De hecho, la tributación de los numerosos pueblos de indios fue un sostén importante de la economía regional y por ello se convirtió en proveedora de alimentos, la mayoría de los cuales fueron de origen autóctono (maíz, frijoles, chile, algodón, cera y miel). Los indígenas también fueron utilizados en las propiedades españolas de medianos y grandes productores, donde laboraban en la producción de trigo, ajos, anís, y en la siembra y recolección de árboles frutales.

7En fin, podemos asegurar que la economía del Valle Central de Costa Rica durante el siglo XVII se consolidó sobre la base de la producción agropecuaria en una combinación de la producción autóctona con la que provino de Europa. En cambio, la economía localizada en los valles de Bagaces, en el Pacífico Norte de la provincia, fue básicamente ganadera, donde se establecieron las haciendas de Miravalles, Tenorio. Paso Hondo y Las cañas.

8Con respecto a la crisis del siglo XVII, puede sugerirse que esta, aunque no afectó sobremanera a esta provincia, como sí lo hizo en Europa y en otros ejes centrales de la economía española en América, todo indica que hubo una disminución en el comercio de abastos dirigido hacia Panamá especialmente después de 1640.

9Tampoco puede hablarse aquí de un proceso de ruralización , semejante al acaecido en Europa, porque en realidad Costa Rica era una sociedad bastante rural en su vida material y social. Es frecuente encontrar referencias acerca de la pobreza y de las malas condiciones de la ciudad de Cartago. Por ejemplo, en 1626 el gobernador frey Juan de Echáuz informó al Rey sobre la necesidad de mejorar las condiciones físicas de las Iglesias, la cárcel y la casa que sirve de cabildo7. Vale agregar que las únicas zonas con categoría de ciudad fueron Cartago y Esparza, esta última localizada en la costa Pacífica y dedicada a la ganadería.

10Por otra parte, dada la fertilidad de la tierra y su especialización en la agricultura y la ganadería, Costa Rica no sufrió de las severas crisis alimentarias europeas ni las que tuvieron las principales ciudades coloniales americanas. Realmente, casi no hubo casos de extrema escasez de alimentos8. En el siglo XVII hubo una plaga de langostas que preocupó sobremanera a las autoridades, por lo que procedieron a ordenar a los labradores de los valles que sembraran todo lo posible en tierras altas y frías9. De igual modo se ordenó el abastecimiento permanente de trigo, maíz, frijoles, carne y otros alimentos básicos a los pobladores de la ciudad10.

Lazos familiares y descendencia de la familia Retes

11La presencia de la familia Retes en Costa Rica se inició con Jerónimo de Retes Salazar, padre, nacido en Bilbao en 1560 y muerto en Cartago, provincia de Costa Rica, en 1596. Sus padres fueron Pedro de Retes y doña Petronila Lloredo naturales de la ciudad de Bilbao. Llegó a esta provincia con el cargo de Alguacil Mayor y casó en 1595 con María de Ortega, hija de Juan López de Ortega y Catalina de Ortega, esta última hija de uno de los primeros pobladores y encomenderos de la provincia11. De esta breve unión, -puesto que Retes Salazar muere prematuramente-, nació Jerónimo de Retes en el año 1576.

12Su madre, María de Ortega, casó en segundas nupcias con Jerónimo Felipe, también procedente de las provincias vascas. Esta tuvo otros descendientes con Jerónimo Felipe, medios hermanos de Jerónimo de Retes. En el testamento de su madre, fechado en 1655 menciona entre sus otros hijos a Tomás Coto, Diego López de Ortega, Catalina de Ortega y doña Isabel de Herrera12.

13Jerónimo de Retes casó en Cartago con doña María Vázquez de Coronado, hija del Adelantado don Gonzalo Vázquez de Coronado y nieta de Juan Vázquez de Coronado, conquistador del Valle Central de Costa Rica13. Como puede verse, Retes consolidó tempranamente su posición social al casarse con una de las nietas del malogrado conquistador, manera por la cual logró relacionarse con miembros del grupo dominante y por ende de gran prestigio social14, por lo que pudo consolidar una familia en la provincia.

14Retes se preocupó por obtener y reclamar su título de hidalguía por derecho propio. En efecto, en 1638 aparece otorgando un poder especial a su tío y a su primo, ambos de nombres Martín de Erquiñigo, (padre e hijo), vecinos de Bilbao, para que levantaran una información sobre su “calidad y nobleza“. Retes refiere ahí el nombre de sus abuelos de origen vasco, Pedro de Retes y doña Petronila de Lloredo15. Ese mismo año Retes dio permiso a su hermano Pedro de Retes Salazar, vecino de Cartagena de Indias y a Diego de Retes y Pedro de Retes, sus hermanos, vecinos de Sevilla, para que levantaran una investigación sobre la “nobleza e hidalguía“ de Jerónimo de Retes Salazar, su padre, vecino que fue de Bilbao16.

15La información indica que su reclamo de hidalguía lo obtuvo por su abuela, la cual aparece con el título de doña. Desconocemos los resultados de tal gestión, pero la documentación nos indica que Retes nunca utilizó el título de don. En cambio, sus 4 hijas usaron tal privilegio, heredado por la vía materna; doña María de Retes, doña Ana de Retes (Vázquez de Coronado), doña Jerónima de Retes y doña Petronila de Retes.

16Retes procuró casar a sus hijas con miembros del grupo dominante de la ciudad de Cartago y de ser mejor, con vascos. Así lo testimonian los matrimonios de sus hijas y las jugosas dotes otorgadas. La primera de ellas la dio a su hija, doña María de Retes, quien casó en 1640 con don Francisco Ramiro Corajo, y le fue otorgada una dote excepcional: 7.000 pesos en diversos bienes como tierras, esclavos, joyas, entre otros17. Su hija, doña Ana de Retes Vázquez de Coronado, casó con un vasco denominado don Juan de Echavarría Navarro, Alcalde Mayor Provincial de la Santa Hermandad18. Años más tarde doña Ana enviudó de su primer marido y casó clandestinamente en 1676 con otro vasco llamado don Diego de Ibarra19.

17Doña Petronila de Retes casó con don José de Alvarado, miembro de una importante familia fundadora de Cartago. Llevó al matrimonio, al igual que sus hermanas, una importante dote de 4.300 pesos en esclavos, ganado y un sitio en el valle de Santa Ana20. La última de sus hijas, doña Jerónima casó con Luis de Fonseca, natural de la villa de San Lúcar de Guardiana, en el año 1662. Esta recibió en dote 5.490 pesos; en un trapiche y tres esclavos21.

18Se puede observar un comportamiento hacia los matrimonios con familias de mucho prestigio local herederas de los primeros conquistadores y pobladores o, con vascos, muchos de ellos recién llegados a la provincia. La hidalguía de estas familias y su especial sentimiento de identidad favorecieron su buen recibimiento entre las familias dominantes de la Cartago colonial. De manera que se establecieron como parte del grupo dominante y mantuvieron fuertes vínculos económicos no sólo entre los residentes en Cartago, sino con los recién llegados e incluso con sus familiares en España22.

Actividades públicas y privadas de Jerónimo de Retes

19Sus acciones de carácter público las ejerció en el cabildo como regidor, alguacil mayor y como corregidor; fue además, en el plano privado, comerciante, encomendero, propietario y transportista. Sus primeras apariciones en documentos de carácter público y privado datan de 1629, especialmente en los Protocolos coloniales de Cartago.

20Como alguacil participó con otros miembros del cabildo de Cartago en una solicitud dirigida al gobernador de la provincia para que se le adjudicaran tierras de propios a Cartago, para que el cabildo tuviera sus propias rentas y sostener obras de mantenimiento y limpieza de la ciudad. El caso pasó a la Real Audiencia de Guatemala, la que se resistió argumentando que la ciudad de Cartago no tenían necesidad urgente de tierras de propios, ya que por descuido se habían dejado de cobrar en el pasado. Estos problemas no fueron fáciles de resolver; fue hasta 1639 que se le otorgaron 20 caballerías de tierra ubicadas en los alrededores de la ciudad. Además, el cabildo obtenía otra renta por el alquiler del Tejar.

21Otras de las actividades de Retes en su doble carácter de autoridad pública y ente privado, fue su participación en las llamadas “entradas y sacas“ efectuadas por los españoles en zonas de frontera, para obtener mano de obra indígena huida de los pueblos de indios que buscaban refugio en las montañas y llanuras de la provincia. En el año 1640, Retes participó como jefe de la expedición en la “entrada y saca“ realizada en las llanuras de los indios votos, zona localizada en las llanuras del norte de Costa Rica y colindante con el Desaguadero o Río San Juan23.

22Para efectuar este viaje Retes aportó “...*gran parte de su hacienda24 *...“Se dirigió con sus hombres a la zona del río Sarapiquí confluente del Desaguadero con la orden de hacer una entrada sin “derramamiento de sangre”. Como puede verse su interés por la zona era doble; por un lado, la obtención de mano de obra indígena y por otro lado, la búsqueda de un puerto que conectara con el Desaguadero y el mar Caribe, como lo expresara tácitamente en el siguiente texto: “... y así los dichos géneros tendrían mejor salida y menos costo de proverlos en otro embarcadero25 “.

23En la zona, tuvo contactos con grupos indígenas y fundó un poblado que denominó San Jerónimo de los Votos, con Iglesia y Casa de Justicia, en los márgenes del río Cutrís. En realidad, la expedición recuperó algunos indígenas huidos, los que fueron repartidos de nuevo entre los pobladores de Cartago. Respecto al poblado mencionado, se deduce que no tuvo ninguna vigencia, puesto que no aparece en documentos posteriores ni como población de mínima importancia. Sin embargo, se desconocen los detalles acerca del fracaso de esta.

24Todo indica que dicha “entrada y saca“ no fue lo que se esperaba de tal empresa. Retes perdió buena parte de su dinero en esta “aventura”, de manera que, cuatro años después, solicitó que se le diera una pensión de 300 ducados, para poner en estado a dos de sus cuatro hijas; doña Ana y doña Petronila de Retes26.

25Como empresario privado, Retes intervino como fiador de puestos vendibles. En 1648, junto con los más connotados hombres públicos de la provincia, otorgó una fianza a favor de Andrés Gil de Palacios, quien entró a ejercer el cargo de tesorero de Nicaragua y Costa Rica27. Realizó una operación similar al fiar de residencia al capitán y gobernador de Costa Rica don Juan Fernández Salinas y Cerdas, Caballero de la Orden de Calatraba28. Lo anterior nos señala que Retes pertenecía a una red que procuraba asegurarse eventuales privilegios al conceder fianzas a funcionarios públicos en puestos claves. En el primer caso, sobrepasando incluso a la provincia de Costa Rica y apoyando a un funcionario que ejercía como autoridad para Nicaragua y Costa Rica.

26En sus actividades privadas, la lógica utilizada por Retes fue la de diversificar. Existe escasa documentación que nos muestre la actividad de Retes como encomendero; sin embargo deben recordarse dos situaciones: Primero, que Jerónimo de Retes Salazar, su padre, casó con doña María de Ortega, importante encomendera de la provincia e hija de encomenderos. En segundo lugar, la Costa Rica del siglo XVII estuvo dominada por la sociedad de encomenderos – comerciantes, verdadero grupo de poder. En 1638, Retes otorgó permiso a un vecino de Madrid para que le fuera confirmada la encomienda que le dio el presidente de la Audiencia de Guatemala y que había quedado vacante por la muerte de otra persona, “*en remuneración de sus servicios29 *”.La instancia fue resuelta en forma positiva ya que, en 1641, Retes aparecía como encomendero de Cartago. En esta ocasión solicitó que no se le cobrara el tercio de su encomienda, el cual fue aceptado. Este impuesto era utilizado para financiar la Armada de Barlovento30.

27Jerónimo de Retes también fungió como corregidor del partido de Quepo, pueblo localizado en la costa del Pacífico de la provincia. Era el único pueblo indígena que tributaba cacao, aunque también entregaba, como los demás pueblos telas, gallinas, aunque en menor cantidad. Retes, conocía muy bien las condiciones tributarias de su corregimiento. En 1636, siendo corregidor de este pueblo, señaló que los indígenas debían los tributos del mencionado año y que, como corregidor, él no los podía cobrar debido a: “...*que en esta cosecha que se esperaba no a habido ninguno ni an llegado a dar los árboles de que se coje31 *...“Retes cobró el tributo en telas y gallinas. Sin embargo, solicitó a las autoridades que no se les exigiese el tributo en cacao, ni tampoco que lo pagasen en plata o dinero “... porque entre ellos no corre la plata ni otro género, más que el cacao32“.

28En 1661, Retes fue notificado de la ejecución de una residencia o investigación sobre su papel como corregidor en Quepo por lo que solicitó un defensor en la ciudad de Guatemala33. Se desconocen las acusaciones de las que fue objeto Retes, pero lo cierto es que, aun después de su muerte, sus hijas continuaron con la defensa de su padre34.

29También ejerció como comerciante y transportista. En el curso de sus actividades fue dándose cuenta de los riesgos de la actividad privada, de manera que las diversificó. Como comerciante aplicó el mismo principio arriesgándose bien en el comercio hacia Guatemala, bien en el dirigido hacia Cartagena de Indias. Según la documentación, sus intentos de comerciar con Guatemala, fueron los primeros. En 1630, le otorgó un poder al funcionario de Guatemala, Andrés de Escobar, para que le comprara 200 pesos en ropa35. No se tiene más información sobre esta tentativa por lo que suponemos que no fructificó.

30Pero sin duda, sus mejores relaciones comerciales las efectuó con el puerto de Cartagena de Indias, donde residía su medio hermano Pedro de Retes. En forma colateral también comerció con Portobelo. En 1637, Retes recibió un lote de mercancías a Cartagena, valoradas en 258 pesos y 7 reales, para efecto de cancelar el almojarifazgo36. Este lote se componía de géneros como crudo, bramante, crea y jerguetas. Un año más tarde exportó rumbo a Portobelo 75 cabezas de ganado de cerda a 5 pesos cada una37. Por ejemplo, hacia 1638, se obligó ante dos comerciantes de Cartago para transportarles ganado de cerdo, capados (pollos), bizcocho, ajos y anís38. Un año después, el comerciante Juan Muñoz se obligó a poner en el puerto de Punta Blanca (Costa Rica) 150 capados, ganado de cerda y 20 tercios de bizcochos, ajos y anís, cuyo transporte lo efectuaría el capitán Jerónimo de Retes39.

31De nuevo en 1640, el capitán Jerónimo de Retes otorgó poder a Tomás de Fonseca y Lucas de Samudio, vecinos de Portobelo para que fletaran una fragata que viniera al puerto de Punta Blanca a cargar capados, ajos, anís, zarzaparrilla y otros géneros40. De manera que en la década de 1630 y 1640 Retes tuvo el privilegio de comerciar y transportar mercancías hacia aquellos puertos por medio de sus contactos con el ya mencionado Pedro de Retes.

32Participó también en el comercio de esclavos. En 1633 el capitán Pedro de Artavia y Lisaum confesó en Protocolo Público, haber comprado para Retes dos esclavos en el precio de 400 pesos41. También vendió en 1638 una esclava al capitán Francisco de Obregón, vecino de Granada, Nicaragua, por 400 pesos42. En otra ocasión dio la orden y el poder para que se vendiera un negro de su propiedad que había huido y que fue retenido en Nombre a Dios43.

33En fin, no cabe duda de que Retes supo diversificar sus actividades públicas pero, sobre todo, las privadas. Y, aunque, como lo hemos visto, tuvo negocios fracasados donde perdió mucho dinero, mantuvo para él y su descendencia buena parte de sus bienes heredados y adquiridos. En efecto, si se analizan los bienes heredados por sus hijas, en particular las tierras, estas permanecieron en poder de sus descendientes. Nos referimos a sus propiedades en Ujarráz, llamadas Nuestra Señora de la Concepción y Santa Gertrudis y, en el valle de Aserrí, un hato en el Cerro de los Coyotes, en poder de su hija doña María de Retes, quien aparece hipotecando la propiedad dada en dote por su padre, en 1660. Su hija, doña Ana de Retes es considerada como fundadora del valle de Santa Ana, en la Quebrada del Oro, al finalizar el siglo XVII e inicios del XVIII.

Conclusión

34La Costa Rica de la segunda mitad