Asociación para el Fomento de los Estudios Históricos en Centroamérica

1«Campeche, 12 de noviembre de 812.

2Mi muy amado compadre, paisano y amigo:
Horas hace que estaba resuelto a dejar aquí a la Pepa, hasta su parto, y con ella toda la familia. Hoy con mejor acuerdo, se trata de navegar todos juntos a la Habana, el lunes próximo; pero hoy mismo, dos de mis chiquitos, la mayor y la menor, han caído con buena calentura. Dios hará lo que más convenga. La impensada dilación del camino terrestre y marítimo me ha traído un gravísimo trastorno. Me persiguió el cordonazo. 30 días en ríos y lagunas, con temporales y plaga de insectos punzantes y venenosos, son para apurar la paciencia de un Job. La mía aún es capaz de otros sufrimientos.
En pocas palabras contiene cien bellas cosas la apreciable de Vm. de 3 de octubre. Me alegro de la tunda que habrá dado Vm. a esas arpías forenses. Abundan en todas partes tales bichos, y aquí oigo quejas de ellos, iguales y mayores. Para desterrarlos se requieren medios, que tuvimos y perdimos la ocasión de haber aplicado. No se quitará esta calamidad con el reglamentillo para las Audiencias, de que he visto sancionados los principales artículos.
Allá remito, y admirará Vm. como yo el, el decreto contra el señor Obispo de Orense. Si se apura bien la cuestión, se sacará en limpio, que estriba sobre palabras y su diversa e insubstancial inteligencia. De pronto habrá muchos hipócritas, y quiera Dios no lo sean muchos de los que han entrada en los primeros empleos; pero después, y aún talvez a estas horas, se veran resultar cien males de la tal cuestioncilla, en que Jovellanos, si viviera, estaría envuelto con otros hombres de pro. Por un lado deseo, y por otro temo la reunión de otras Cortes, a las cuales se me ha fijado en la imaginación que hacen ir a Vm. si las elecciones por ahí no son muy influidas.
De noticias de España, hasta 28 de septiembre, hago un compendio al Sr. Arzobispo y al Sr. Carbonel. Algunas gacetas remito, y otra curiosa por las batallas rusas, le va a Marticorena.
No estoy para escribir. Esta barahúnda viajera, es mil veces peor que la de esa Secretaría.
Al amigo Melón mis expes. y que espero carta suya en la Habana, con razón de mi pleito y orden reiterada, por si necesitase [folio 2] algún socorro de Ajuria. Ya pueden Vms. considerar que doblado el tiempo, han debido aumentarse mis precisos gastos, sin salir de lo muy preciso, y habiendo encontrado en todas partes gentes obsequiosas, que algo han contribuido a que sean menores.
De toda mi familia reciba Vm. memorias cariñosas y la sincera voluntad de su más obligado compadre, amigo y paisano, que su mano besa.
Alejandro Ramírez.

3Sr. don Antonio García Redondo.»