Ficha n° 2260

Creada: 23 septiembre 2009
Editada: 23 septiembre 2009
Modificada: 25 octubre 2009

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Autor de la ficha:

Felipe ANGULO

Publicado en:

ISSN 1954-3891

Entre el olvido y los intereses geoestratégicos. América Central en los relatos de viaje de la Revue des Deux Mondes a mediados del siglo XIX

Desde su creación en 1829, la Revue des Deux Mondes, una de las más prestigiosas revistas fancesas, se interesó en las recién creadas repúblicas hispanoamericanas. El artículo se interesa en la representación de la realidad centroamericana vista desde Europa y en particular en los relatos de viajes. Tras un balance de la presencia de Centro América en la revista hasta 1900, el trabajo se centra en el análisis de los tres únicos relatos de viaje publicados sobre la región, en particular el de Félix Belly (1860).
Autor(es):
Felipe Angulo Jaramillo
Fecha:
Septiembre de 2009
Texto íntegral:

1

Introducción

2La Revue des Deux Mondes (RDM) como lo sugiere su título, se interesó desde sus inicios en otros países de Europa y en otras regiones del mundo, entre ellas América Latina1. Sobre este continente aparecieron abundantes artículos, tanto de autores que no lo habían conocido directamente como de franceses que recorrieron las naciones que se independizaron de España y Portugal.

3Sobre las imágenes vehiculadas por la prensa francesa sobre América Latina a lo largo del siglo XIX, puede decirse que en los relatos de viaje la descripción visual detallada a través de la palabra ocupa un lugar importante: lugares, paisajes, habitaciones y otros edificios de una región o de una ciudad, constituyen descripciones que son casi el objeto mismo de dichos relatos. Aquellos autores que recorrieron tierras lejanas de sus países de origen y que dan testimonio escrito de sus experiencias, crean una especie de geografía textual que aparecía publicada en la prensa europea, sin mapas ni ilustraciones. De ese modo la palabra escrita difundida en las publicaciones periódicas monopolizó las representaciones sobre América Latina dirigidas al público lector, a la opinión pública. Es cierto que aparecieron las primeras revistas ilustradas, primero L’Illustration (1843) y sobre todo Le Tour du Monde (1860), que difundían abundantes relatos de viajes acompañados de imágenes; y que también nació la fotografía, y más tarde el cinematógrafo, en los últimos años del siglo. Pero no cabe duda que este fue el siglo de oro de la prensa escrita, por la difusión masiva de la palabra impresa, resultado de acelerados procesos de urbanización y de alfabetización acompañados por las revoluciones sucesivas en las técnicas de impresión.

4Por otra parte, los viajes hacia todos los rincones de la Tierra hicieron parte durante varios siglos de la tendencia de los europeos a querer dominar el mundo, lo cual también llegó a corresponder con el deseo de incrementar los conocimientos de todo tipo, con un espíritu universalista expresión de una cierta idea de globalización, que en el siglo XIX se hacía necesario popularizar, hacerla accesible a todos en las sociedades llamadas civilizadas. Así comienza el “Viaje alrededor del mundo en la Exposición universal” de París en 1878:

5Las exposiciones universales han simplificado los viajes alrededor del mundo. En el Campo de Marzo, se necesita medio día para recorrer el mundo habitado2.

6En ese contexto, a partir de los artículos publicados hasta 1900, ¿cuál era la imagen sobre América Central en la RDM? Desde su primera fundación en 1829, cuando absorbió el Journal de Voyages, Découvertes et Navigations Modernes, y a partir del impulso decisivo que le dio bajo su dirección François Buloz desde 1831, la presencia centroamericana fue modesta con respecto a otras regiones hispanoamericanas. En cantidad de artículos se sitúa después de los países que ocupan el primer plano: México y Argentina, seguidos de Cuba, Chile, Perú, Nueva Granada o Colombia (que comprende Panamá); otros países representan un menor interés a un mismo nivel que América Central, al menos por la cantidad de artículos publicados entre 1829 y 1900: Venezuela, Bolivia, Paraguay, Uruguay, Puerto Rico, este de la isla de Santo Domingo.

7En los artículos sobre Centroamérica los autores solían insistir en el desconocimiento de esta región en Francia. Estos documentos se centran casi exclusivamente en el proyecto de crear una vía de comunicación entre los océanos Atlántico y Pacífico (la excavación de un canal interoceánico, o la construcción de una vía férrea y de rutas terrestres adecuadas o el mejoramiento de las existentes), y en las rivalidades entre Inglaterra y los Estados Unidos por la defensa de sus respectivos intereses en la región. Prácticamente todos se refieren a la importancia del tránsito a través del istmo para el comercio mundial, pero sobre todo para los intercambios entre las costas este y oeste de Estados Unidos y entre éstos y Europa.

8Desde el primer párrafo del primer artículo sobre la situación política de la federación centroamericana a finales de los años 1820, se evoca a la vez el desconocimiento de esta región y la importancia estratégica de un eventual canal, idea que reaparecerá en las décadas siguientes:

9Guatemala es un país poco conocido en Europa (...) Esta comarca es, sin embargo, por su posición, de una importancia inmensa y si, como cabe esperar, el canal de comunicación entre los océanos Pacífico y Atlántico se establece a través de su territorio, Guatemala deberá necesariamente desempeñar un día un gran papel en los asuntos del mundo3.

10Esa importancia estratégica es la que atraerá el interés de las potencias marítimas a mediados del siglo, pero también de los autores de artículos y de los viajeros que publicaron los escasos tres relatos de viaje sobre América Central en la RDM. En síntesis, América Central permanece bastante desconocida al menos para los lectores de esta revista, aparece en pocas ocasiones y la imagen que se da del istmo es superficial, limitada y estereotipada. El relato de viaje de Félix Belly es el único que da una descripción más detallada de la sociedad costarricense de mediados del siglo XIX.

11Del conjunto de los artículos se deduce que se trata de una mirada desde el punto de vista francés, en la cual se menciona con frecuencia la necesidad de fortalecer la presencia gala en la región frente a Inglaterra y Estados Unidos. Una presencia en América Central bastante reducida, a pesar de ser Francia la mejor representante de las “razas latinas”. La denuncia de esta ausencia por los autores franceses parece una queja insistente por la pérdida de terreno frente a la dominante presencia anglosajona en la región.

12Aquí nos interesamos especialmente en los relatos de viaje como género literario, y como tal en sus posibles aportes específicos al conocimiento histórico de América Central. Pero primero estudiamos cómo se desarrolló la presencia de esta región en una de las más prestigiosas revistas francesas del siglo XIX.

Dinámica de la presencia de América Central en la revista

13América Central se entiende como una región al interior de una unidad más amplia. Así, en la primera sección del artículo ya citado sobre la Exposición universal, se habla de las salas dedicadas a Hispanoamérica en un tono crítico e irónico que refleja la visión que se tenía de estos países, si bien el autor destaca lo que le pareció tener más valor. Después de una breve introducción se mencionan, en ese orden, la Argentina, Perú, Nicaragua, Bolivia, Venezuela, México, “San-Salvador”, Guatemala –país al que se le dedica más espacio–, las posesiones francesas (Martinica, Guyana, Guadalupe) y Uruguay:

14La Exposición de la América Central4 no es rica ni desde el punto de vista de las industrias importadas de Europa ni desde el punto de vista del carácter de las industrias nacionales. Cada uno de esos estados ocupa una pequeña sala de unos pocos metros cuadrados, en donde las pieles, los productos coloniales, las colecciones de paleontología, de botánica, de mineralogía y de ornitología ocupan casi todo el espacio. (...) La exposición de Nicaragua se limita a unas hamacas y unas esteras de paja trenzada; (...) La república de San-Salvador pone en sus vitrinas unas ricas monturas de cuero repujado y cortado, y unos chales de seda y lana con rayas de mil colores. Al atravesar Guatemala hay que detenerse delante de una hermosa colección de flores artificiales en plumas de colibrí, de una levedad y brillo incomparables, y delante sombreros, cestas, portacigarros y otros objetos menudos en paja trenzada de extraordinaria fineza (...) Se lee en un cuento que una hada venía cada noche a hacer la tarea de una joven e infortunada princesa a quien una bruja malvada le había impuesto tejer una enorme cantidad de lino. Esta hada, desde hacía mucho tiempo sin trabajo en Europa, se decidió por emigrar a la América Central, y es ella la que teje esos milagrosos tejidos de paja, mientras que los obreros de Guatemala se cruzan de brazos a lo largo de los días5.

15El fragmento muestra a los recursos naturales y a ciertos productos artesanales como lo más valioso de la exposición de los países centroamericanos, y también plantea una interpretación acerca de la transferencia de técnicas y saberes de Europa al Nuevo Mundo, así como sobre la actitud frente al trabajo de los guatemaltecos…

16Después de consultar los índices de la revista entre 1829 y 1900, encontramos 11 textos centrados en el istmo centroamericano, y por lo menos otros 8 sobre la América española en los que se menciona a Centroamérica (véanse los cuadros 1 y 2). Este corpus de documentos comprende artículos, relatos de viaje y reseñas de libros. Tres de los 11 primeros textos son los relatos de viaje de Émile Chevalier, Édouard Vanéechout y Félix Belly que estudiaremos más adelante; y de los otros autores, algunos recorrieron países vecinos: Michel Chevalier y Jean-Jacques Ampère estuvieron en México, y Élisée Reclus vivió cerca de la Sierra Nevada de Santa Marta en la costa caribe colombiana, donde intentó crear sin éxito una explotación agrícola.

17Hasta 1850, durante dos decenios, sólo aparecieron dos artículos sobre Centroamérica: el ya citado de 1829 de autor anónimo y el del economista Michel Chevalier6; y después de 1860 sólo se publicaron otros dos: el de Élisée Reclus, que es una reseña comentada sobre el segundo libro de F. Belly, y el único texto sobre el proyecto de canal a través del istmo de Panamá de Ferdinand de Lesseps7. La región desapareció durante las dos últimas décadas del siglo, dato curioso si se piensa que es precisamente el periodo en el que grandes inversionistas privados, pequeños accionarios y el Estado en Francia se implicaron en el famoso y fracasado proyecto francés de canal interoceánico8.

18Este interés relativamente tardío y limitado se incrementó entonces durante los años 1850, que concentran la mayoría de los artículos dedicados a Centroamérica: 7 de los 11 principales, a los que se suman otras 2 menciones en los demás. Podemos concluir que se trata del periodo en el que la región atrajo más la atención de la opinión. También nuestros tres viajeros partieron hacia el istmo en este decenio. Los motivos que explican este auge se encuentran en la creciente necesidad de establecer una vía de comunicación rápida entre los dos océanos, que condujo a la irrupción de la presencia de Estados Unidos y Gran Bretaña a finales de la década anterior. Una serie de hechos preceden, acompañan y permiten entender este naciente interés: la anexión y el inicio de la colonización angloamericana de California en 1848 luego de la guerra de Estados Unidos contra México (1846-1847); la creación del protectorado inglés en Mosquitia (1848), simultáneo a la creación de compañías norteamericanas de tránsito que proliferan en Nicaragua, Panamá y Tehuantepec; el tratado Clayton-Buwler (1850) de neutralidad entre Estados Unidos y Gran Bretaña, que no consultaba la opinión ni consideraba los intereses de los centroamericanos; la construcción del ferrocarril de Panamá por una compañía estadounidense (1850-1855), el primero de Colombia (¿y de Centroamérica?); la intervención del aventurero William Walker en Nicaragua (1855-1857); y la aparición de Francia a finales de la década, a través del proyecto propuesto por Félix Belly (1858) de creación de una compañía con capital francés y británico para la construir un canal interoceánico que sería a la vez limítrofe entre Nicaragua y Costa Rica. En efecto las fronteras entre los dos países no estaban definidas con claridad, y menos para un francés que desconocía el nuevo mundo… Un proyecto que tampoco habría de prosperar.

19A partir de estos datos se pueden entender mejor los temas tratados en los artículos publicados en la RDM. En primer lugar, la idea de construir una vía de comunicación interoceánica y la cuestión de la intervención extranjera son dos temas centrales en casi todos los artículos sobre América Central exceptuando el primero, sobre la situación política de la federación centroamericana, y el relato de viaje de Édouard Vanéechout. Sobre la presencia extranjera, los temas giraban alrededor de la rivalidad entre Estados Unidos y Gran Bretaña, y en menor medida sobre la necesidad de promover la presencia francesa.

20Cabe anotar que el istmo centroamericano se identifica o se confunde a veces con Panamá. Lo vemos en el título del artículo de Michel Chevalier (“L’isthme de Panama”, aunque habla de toda Centroamérica) y en el primer libro de Félix Belly: Percement de l’isthme de Panama par le canal de Nicaragua: exposé de la question9. El territorio de Panamá forma parte del istmo, si bien fue una provincia de la Nueva Granada y luego de Colombia hasta 1903. Además, los tres viajeros comienzan sus periplos centroamericanos desde Panamá.

21El debate sobre la vía de comunicación interoceánica pasaba por una descripción particular de la naturaleza: se habla de las costas, de los puertos existentes o de lugares propicios parar construir otros nuevos, de la geografía de los territorios atravesados por un hipotético canal o por otras vías de comunicación (ríos, lago de Nicaragua, montañas, valles, selvas, tipos de suelo…), trabajos que podían ser bastante detallados, como el estudio de Michel Chevalier, el primero de una serie de especulaciones acerca de los más adecuados lugares y métodos que deberían utilizarse. Se trata de descripciones muy técnicas de la naturaleza cercanas a la ingeniería, en donde la naturaleza aparece instrumentalizada al servicio del “progreso” de la civilización, según los términos de la época.

22Sin embargo, sólo los viajeros que estuvieron en tierras centroamericanas podían hablar a partir de un conocimiento directo de esa naturaleza, y de la sociedad o de la cultura centroamericanas, aunque tampoco de manera objetiva, pues no eran ajenos a los juicios negativos y preconcebidos sobre los regímenes políticos y las “razas” de criollos, indígenas y negros, correspondientes a una posición cultural ya adquirida desde antes de cruzar el Atlántico. Hay que reconocer que, exceptuando el texto de É. Vanéechout, todos los autores centran su interés en la naturaleza en función de la construcción de la famosa vía de comunicación a través del istmo centroamericano.

23Se tratan también temas de la sociedad y la cultura, los regímenes políticos y el papel que Francia debería desempeñar en el continente. En el relato de F. Belly se desarrolla con mucho más detalle la dinámica económica, social y política de Costa Rica. Aunque los artículos tienden a resaltar los aspectos negativos de las sociedades y el ordenamiento político hispanoamericano, son de nuevo los viajeros quienes ofrecen información de primera mano sobre los tipos humanos del criollo, el indígena y el africano, sobre las habitaciones y otros edificios, sobre la actitud de estos grupos frente al trabajo, su manera de vestir, la alimentación, la música, o la presencia de extranjeros, todos datos valiosos para el estudio de la vida cotidiana, las mentalidades o la historia urbana.

24En cuanto al rol de Francia, los autores se indignaban por su ausencia en una región estratégica en donde había importantes intereses en juego, un sentimiento de decepción por el desinterés o a la pérdida de terreno en esta región frente a Estados Unidos e Inglaterra. Félix Belly argumentaba por ejemplo que Francia debía interesarse en promover la construcción del canal interoceánico, al lado de la Gran Bretaña, para impedir la expansión estadounidense.

25En el continente Francia había servido también de modelo político a veces negativo, como el ejemplo “revolucionario” o “socialista” que era una fuente de anarquía según la opinión de un sector conservador dominante en el poder en Francia durante el Segundo Imperio, según un autor que se especializó en temas hispanoamericanos para la RDM10. Un aspecto más positivo que destacaban los autores era el de una identidad común entre Francia e Hispanoamérica, dos entidades que representaban a las “razas latinas”, por lo cual se le atribuía a esta nación un deber moral de protección. Así lo expresaba el mismo F. Belly, para de paso presentarse a sí mismo como su posible representante:

26Y como para los pueblos de raza latina ninguna reglamentación de sus derechos y de sus intereses no podría tener lugar sin la participación de Francia, toda la América había creido, siguiendo la lógica de los espíritus jóvenes, que Francia iba a enviar, también, un negociador al país [Nicaragua] para actuar de concierto con el plenipotenciario de la Gran Bretaña11.

27Esa identificación fue también durante buena parte del siglo XIX fuente de una voluntad de intervención en los asuntos de esos países y en particular en México, una teoría que la prensa francesa comentaba ya durante el periodo de la Restauración (1815-1830).

Aproximación comparada a tres relatos de viaje

28Los de Émile Chevalier (1852), Édouard Vanéechout (1857) y Félix Belly (1860) sobre sus viajes a América Central fueron los únicos textos que estos autores publicaron en la RDM12.

29En su artículo de 41 páginas É. Chevalier13 afirma haber visitado Centroamérica en misión diplomática para el departamento de asuntos exteriores de Francia, con el fin de “seguir la ejecución de los trabajos que tienen como objetivo establecer la unión entre los dos océanos14”. Este trabajo fue el resultado de sus “observaciones personales”, aunque no precisa ni el momento ni la duración de su viaje, que podemos situar hacia el año 1851. Más de la mitad de su contenido puede considerarse un relato de viaje, dedicado exclusivamente a la descripción, a partir de sus propias observaciones, de los primeros trabajos realizados para la construcción del ferrocarril que atravesaría el istmo de Panamá, realizados por una compañía estadounidense y contados con bastante detalle: trazado de la ruta escogida, etapas de la obra, dificultades, personal y materiales traídos de Estados Unidos, vida de los trabajadores extranjeros y autóctonos, montaje de la base de operaciones, y construcción de los primeros kilómetros del ferrocarril, que no sería terminado hasta unos años más tarde. Se refiere igualmente a los capitales norteamericanos invertidos en la empresa y su origen. El resto del artículo se basa en otras fuentes escritas y trata de otros dos proyectos existentes, un canal navegable sirviéndose del lago de Nicaragua, y el proyecto de ferrocarril que atravesaría el istmo de Tehuantepec, en el sur de México, ambos todavía lejos de comenzar a realizarse.

30El relato de É. Chevalier es impersonal, el narrador se implica muy poco en los hechos narrados. Su descripción está marcada por aspectos técnicos y económicos a tono con el espíritu de la época, y pone de relieve la acción humana sobre la naturaleza y el progreso. Valoriza el espíritu emprendedor y el papel civilizador de la “raza angloamericana”. Sus juicios parecen ambiguos por una mezcla de rechazo y admiración, como si el progreso que aportaban equilibrara la violencia y el sentimiento de superioridad que llevaron a Centroamérica. Predomina entonces la tendencia a valorizar su acción: además del éxito financiero y tecnológico de la empresa,

31(…) la conclusión de una vía de comunicación muy perfeccionada en un país en donde no se encontraba antes más que senderos miserables, con frecuencia impracticables y peligrosos, no dejará de ser un hecho importante de nuestra época. Se convertirá, en el nuevo continente, uno de los monumentos innumerables de la energía y la perseverancia de la raza angloamericana15.

32É. Chevalier esperaba que estas actitudes podrían ser un buen ejemplo que

33(...) no se perderá completamente para las poblaciones de esas regiones, las cuales, desde el momento en que se independizaron de España (...) han hecho tan poco para sacar provecho de los recursos que la naturaleza puso a su disposición.

34Es en este punto donde el viajero critica a los estadounidenses, pues afirma que aquel ejemplo será

35(...) una especie de compensación por los enojosos resultados que se han producido en el istmo desde que es atravesado por numerosos emigrantes, la mayoría de raza angloamericana, que se dirigen a California o que regresan desde allí a sus hogares después de haber intentado hacer fortuna con mayor o menor éxito. Entre esos emigrantes, hay algunos que han traído consigo al istmo algunas de esas deplorables actitudes de violencia que caracterizan a una parte de la población americana16.

36Se refiere a la justicia expeditiva, y a su actitud arrogante frente a las gentes del país, para que les reconozcan la superioridad de la que presumen, frente a ellos y frente al resto del mundo, y que es para el autor uno de las características principales de sus convicciones políticas.

37Concluye que el ferrocarril de Panamá es el proyecto que estaba más cerca de establecer una vía de comunicación entre los dos océanos, y que fueron los angloamericanos quienes pusieron en marcha compañías de tránsito en el istmo por la necesidad de establecer rutas rápidas para unir la costa este con los territorios al oeste que acababan de arrebatar a México.

38Sobre É. Vanéechout no encontramos datos biográficos.