Ficha n° 2035

Creada: 02 octubre 2008
Editada: 02 octubre 2008
Modificada: 03 octubre 2008

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Autor de la ficha:

Christophe BELAUBRE

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ISSN 1954-3891

CERDÁN DE LANDA Y SIMON PONTERO, Ambrosio

Fue mucho más que un competente, trabajador, y incluso leal servidor de la Corona sino un actor social plenamente integrado a los debates de su tiempo.
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Cargo o principal ocupación:
Oidor de Lima, Regente de la Audiencia de Guatemala, mayo de 1796-junio de 1803
Casó:

1El 7 de agosto de 1779 en Santiago de Chile con María Josefa Calvo de Encalada y Recabarren, nacida en 1762 en Santiago de Chile, hija legítima de Manuel Calvo de Encalada y Chacón (nació y murió en Santiago de Chile, 1719-1795), segundo Marqués de Villa Palma de Encalada, Caballero de la orden de Calatrava desde 1728, y de Margarita de Recabarren y Pardo de Figueroa (Santiago de Chile, 1727-1783), casados el 19 de junio de 1751 en Santiago de Chile.

Nació:
El 7 de diciembre de 1752 en Barcelona (baut. el mismo día)
Murió:
El 28 de agosto de 1803 en Veracruz, México
Padres:

1Dionisio Cerdán de Landa y Cerdán de Landa (1712 en Cuenca-¿?) y María Antonia Simón Pontero y Torroba (1732 en Teruel, Aragón, hacia 1781 en Madrid), quien se casó en segundas nupcias con Juan Moreno Beltrán, el 2 de noviembre de 1750 en Barcelona.

Resumen:

1 Aunque el ejercicio puede hacer pensar en una escuela historiográfica antigua, estamos convencidos que dedicar algunas líneas a la vida de un alto oficial real de la segunda mitad del siglo XVIII permite entender los procesos de cambio, en particular el papel del “sujeto” en la difusión de ideas nuevas de aquella época. Ambrosio Cerdán y Pontero fue mucho más que un competente, trabajador e incluso leal servidor de la Corona. También fue un actor social plenamente integrado en los debates de su tiempo, involucrado en acciones muy diversas que van de la redacción de artículos de derecho en periódicos a la creación de una Academia de práctica forense. A través de su obra fomentó una extensa cultura jurídica.

2Pasó sus primeros años en Chile al lado de su padre y sirvió por primera vez al Rey, según su propio testimonio, en 1776, cuando tenía 24 años. Era entonces fiscal del Crimen de Chile, cargo que asumió hasta 1779. Fue nombrado alcalde del Crimen de Lima, del 4 de septiembre de 1780 a 1785 – redactó por lo menos un informe oficial sobre la rebelion de Tupac Amaru -, y oidor de Lima de 1785 a enero de 1796. Durante su periodo de administración en Chile creó una Academia de práctica forense, impulsando de este manera el estudio jurídico. En 1792 envió su segundo hijo a Granada para estudiar en el Colegio para nobles americanos. Seguramente este hijo se reunió con su hermano Dionisio, quien había sido becado de gracia en aquel Colegio, y quien accedió al puesto de Guardia de Marina en 1795.

3En Lima se destacó la actuación de Cerdán y Pontero al ser un ardiente defensor de las reformas y un redactor regular del Mercurio Peruano. Era conocido con el pseudónimo el “Nerdacio” y fue Presidente de la Sociedad Académica de Lima, laborando junto con José Rossi y Rubi, quien viajara después a Guatemala. Recopiló diversas leyes para publicar un Tratado sobre las aguas de Lima.

4En un artículo sobre la Audiencia de Guatemala, Michel Bertrand hizo énfasis en las malas relaciones que este Regente mantuvo con el famoso oidor Jacobo de Villa Urrutia. Los dos hombres eran muy cercanos ideológicamente, pero se odiaban quizás por razones personales. Cerdán y Pontero llegó más o menos al mismo tiempo a Guatemala que Villa Urrutia. En mayo de 1798 el Regente había dicho de Villaurrutia: “como director de la Sociedad Económica erigida en esta capital, y juez de imprentas, ha dado y aumenta de día en día las mas loables pruebas de su ardiente anhelo por el bien publico”, con la idea de apoyar su solicitud de traslado a la Ciudad de México donde sus hermanas lo reclamaban.

5Del duro enfrentamiento que sostuvo contra el Capitán General y el oidor Villaurrutia durante cerca de cinco años (1798-1801) se desprenden muchas informaciones sobre las redes de poder que tuvo que enfrentar Cerdán y Pontero para convencer al Rey de su buena fe. Además de Villaurrutia y de Domás y Valle, el oidor Francisco Robledo era el tercer pilar de un grupo de amigos que incluía al oficial mayor don Pedro Vidaurre y el asesor José Del Barrio. A propósito del Capitán General, Cerdán y Pontero decía: “este Presidente, incapaz por si de vitalidad propia pero muy dispuesto contra quien no sea visiblemente prestando con su letra y firma el capricho vengador de sus directores (…)”. Al parecer una pugna tradicional de precedencia provocó la primera crisis entre el Regente y el Capitán General, durante la ceremonia de graduación de doctor del licenciado Larrazábal. Más tarde hubo un desacuerdo sobre el nombre de la persona que debía encargarse del asiento de la fábrica del Hospital de San Juan de Dios: el Capitán General rechazó al candidato de Cerdán y Pontero, el comerciante y hacendado don Francisco Carbonel.

6Frente a este grupo el Regente no estaba solo, y en una carta del 7 de septiembre de 1800, pedía al Rey una opinión sobre su trabajo mediante la consulta de los ministros del Supremo Consejo: don Vicente Oze, don Tomás Álvares de Azevedo, el conde de Pozos Dulces y don José Escovedo, “que me conocieron y trataron muy de cerca en Chile y en el Perú por dilatado tiempo”. De la misma manera su tío don Carlos Simón Pontero, regente de Asturias, le escribía regularmente informándole por ejemplo sobre el carácter y cualidades de los oficiales reales nombrados en Guatemala desde España, y seguramente le daba todo su apoyo cada vez que podía y era necesario.

7En Guatemala, a partir de su correspondencia sabemos que supo entablar buenas relaciones con la pudiente familia Chamorro: intentó varias veces colocar a Francisco Sebastián Chamorro en el puesto de intendente de la provincia de San Salvador. En 1798 tomó también la pluma para defender al oidor fiscal Juan Antonio Collado, víctima de repetidos ataques en su contra. Un año mas tarde el Capital General le confió una comisión para estudiar la posibilidad de restablecer un ayuntamiento en Antigua Guatemala.

8Durante su estancia en Guatemala el Regente pidió con cierta amargura ser relevado de su puesto para servir una regencia equivalente en España con el afán de “atender la educación y el establecimiento de [sus] cinco niñas sin madre”. Conocemos el nombre de dos de ellas: María Francisca, casada en Granada con Mateo de Mora y Lomas, y María Josefa, casada en España con el Mariscal de Campo Antonio Garcés de Marcilla y Llorens. Sus quejas sólo recibieron respuesta en 1803, cuando fue nombrado fiscal del Perú en el Consejo de Indias, pero el desafortunado murió en Veracruz sin pisar el suelo español como era su deseo. Según pesquisas de Udo Grub, había redactado un primer testamento el 8 de enero de 1796 en Lima, ante Luis Tenorio, e hizo un codicilio el 27 de agosto de 1803 en Veracruz ante Ángel López de Santander.

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