Ficha n°15

FRANCO, José Teodoro


Cargo: Canónigo Honorario, Administrador de varios conventos de la Ciudad de Guatemala.

Nació: el 9 de septiembre de 1759 en Santiago Guatemala .

Murió: en 1841 y fue sepultado en la Iglesia del cementerio general.

Padres: Hijo ilegítimo.

Resumen: José Teodoro Franco nació en Santiago Guatemala el 9 de septiembre de 1759 en una casa seguramente destruida por los terremotos de 1773, en unas circunstancias que no son fáciles de reconstituir aun con las múltiples fuentes que hemos podido entrecruzar. Sabemos que su cuna fue encontrada en frente de la casa de don Francisco de Morga : «Diego de Morga dice que conoce a Teodoro que fue expuesto a las puertas de su tio Don Francisco de Morga pbro con cuio motivo tubo noticia de quienes fueron sus padres. y estos son españoles limpios de toda mala raza de christianos viejos que no fueron sentenciado por la santa inquisicion». Su partida de nacimiento menciona que su padrino fue el influyente presbítero Manuel de Pineda y Murga, que según toda probabilidad se encargó de su educación. Lo único que sabemos a partir de la documentación de archivo es que a los cuatro años el arzobispo Diego Rodríguez de Rivas lo confirmó de su mano, y apareció una nueva persona sin vínculos de parentezco que hizo oficio de padrino: el comerciante Jacinto José Rodríguez. Nuestras dudas sobre su familia de origen aumentan un poco más en 1784, cuando nuestro hombre busca sacar su licencia para ser ordenado con las declaraciones de los presbíteros Diego de Morga y de Manuel Antonio Toscano. Ambos decían que el candidato era hijo de dos españoles exentos de todas malas razas y que antepasados eran viejos cristianos. El administrador del seminario tridentino Diego de Morga afirmaba que el niño fue recogido por el tío de José, Francisco de Morga que conocía la identidad de los padres. De hecho los primeros años de este personaje completamente olvidado por la historiografía centroamericana son bastante difíciles de desenrendar, un vacío que sólo podría resolverse con una minucios investigación. Algunos meses después de ordenarse, sin tener otra opción, nuestro joven cura tuvo que aceptar la ingrata y peligrosa (entiéndase la dureza del clima tropical) tarea de capellán de la guarnición del fuerte de San Felipe en las orillas del Rio Dulce. Se quedó allí unos seis años, porque Franco apareció nuevamente solamente en 1790, cuando estaba negociando con el juez de capellanías un préstamo de 611 pesos. Obtuvo estos fondos con la garantía otorgada por el contador real de las rentas decimales, Pedro de Vidaurre, que era uno de sus allegados o un amigo cercano, y también porque en aquel momento era dueño de una casa (tal vez heredada ya que no tenía sino 30 años) de un valor de 11000 pesos. Es necesario hacer un comentario sobre este contador, porque podría ser él quien aseguró un cierto tipo de formación financiera a Franco. Esta intimidad entre dos familias se confirma por otra parte por la presencia de Pedro Franco en el puesto de empleado a las escrituras de la renta decimal. No estamos seguros de que Teodoro y Pedro fueran hermanos, es posible que se trate en realidad de medios hermanos (Ver las fuentes citadas). La madre, María Dolores Franco y Moraga dió nacimiento a Pedro Franco en septiembre de 1767, es decir 17 años después que José Teodoro. Es posible que no hayan tenido el mismo padre. Pensamos que José Teodoro podría ser hijo de uno de los miembros de la pudiente familia de Pineda, que hubiera podido tener relaciones ilegítimas con aquella María Dolores Franco, mujer que vivió en Guatemala durante muchos años y que tuvo otros niños. Encontramos a José Teodoro casi naturalmente vinculado a las finanzas de la catedral, asumiendo una tarea ingrata pero que contribuyó a hacer muy rentable : la de recaudador de los intereses de capallenías vacantes en la diócesis. En esta época se involucró cada vez más en los asuntos financieros. Del mismo modo que el historiador Domingo Juarros, o como los presbíteros Nicolás Salazar o Lázaro José de Silva, muy activos en el manejo de la plata, José Teodoro Franco se encargaba de los fondos vinculados al funcionamiento de la corte de capellanías. No cabe duda de que José Teodoro Franco mantuvo una actividad exitosa, porque en 1823 acumulaba los puestos : era administrador de los fondos de capellanía de Santa Catalina, del Seminario y de la fraternidad de San Pedro, además de sus propios negocios. Después le dieron el mismo tipo de responsabilidad en el colegio tridentino. No parece haber sido inquietado por los liberales en 1829, y se mantuvo hasta 1839 desempeñando en la sombra el trabajo de siempre, hasta que el cabildo eclesiásitco tomó la decisión de elegirlo canónigo honorario. Murió en 1841 y fue sepultado en la Iglesia del cementerio general.

Autor de la ficha: Christophe BELAUBRE

El campo "fuentes" esta en acceso restringido e reservado a los colaboradores del diccionario biográfico centroamericano Para colaborar contactar los editores