Ficha n°149

IRISARRI, don Juan Bautista


Cargo: Comerciante mayorista.

Caso: en 1783 en la ciudad de Guatemala con María de la Paz Alonso Barragán y Espinosa, nativa de Salamanca, hija de de Bernardo José Alonso y Barragán y María Francisca Espinosa y Montemayor, en 1794 con María Josefa Arrivillaga. .

Nació: en 1755 en Aranza, Pamplona..

Murió: 5 de abril de 1805 en la Ciudad de Guatemala.

Padres: Martín de Irisarri y María Ignacia de Larraín.

Resumen: Entre el grupo de los comerciantes mayoristas que se agrupaban en el Consulado de Comercio de Guatemala a partir de 1794, sobresalía sin duda alguna Juan Bautista Irisarri. Oriundo de la villa de Aranaz cerca de Pamplona, este joven tenía apenas 18 años cuando llegó a Guatemala en 1773. John Browning nos dice que el joven llegó junto con un amigo de apellido Parrazar a la Habana y que juntos viajaron a México. No está por demás señalar que en todo caso el joven no era un aventurero que hubiese llegado por casualidad a Guatemala, sino que había sido colocado bajo la responsabilidad de dos comerciantes vascos, Juan Francisco Lazoaga y Martín de Ochandorena, que lo ayudaron en los primeros años de su vida en la Ciudad de Guatemala. Aunque carecemos de fuentes para comprobarlo, es probable que ambos comerciantes lo hayan ayudado a formarse en las prácticas comerciales, mientras se levantaba la Nueva Ciudad de Guatemala, en la década 1780-1790. Sus primeros contratos comerciales fueron precisamente firmados en 1785 (aunque Browning lo menciona como mercader independiente en 1781 y nos da unos detalles sobre un viaje comercial abortado hacia Cuba). Acababa de celebrar un matrimonio discreto con una española, hija de un abogado de Salamanca, María de la Paz Alonso y Barragán. La dote era escueta, sin embargo Irisarri podía estimar que la familia de su esposa podía ser útil para desenvolverse dentro del sistema colonial, puesto que ella tenía un hermano que ocupaba el codiciado cargo de oidor de la Audiencia. Además otra hermana de su esposa estaba casada con José Ortiz de la Peña quien había sido Intendente de San Salvador entre 1786 y 1789. En 1786 tuvo su primer hijo, Antonio José y hasta el fallecimiento de su esposa en 1794, tuvo otros cinco hijos, María Ignacia, Juan Francisco, Juana Polonia, José Guillermo, María Josefa. Se volvió muy rápidamente a casar con María Josefa Arrivillaga, enlace que marcaba bien su deseo de integrase plenamente a la sociedad colonial de la Ciudad de Guatemala. Además este casamiento no parecía motivado directamente por razones financieras, porque la fortuna del grupo Arrivillaga se encontraba en aquel momento en poder de una hermana de María Josefa. El 22 de julio de 1797, la perspectiva de esta unión lo obligó hacer el inventario de sus bienes ante notario. Este documento revela la magnitud de sus actividades, puesto que en pocos años supo manejar una cantidad muy alta de negocios. Tenía entonces una tienda en la Ciudad, que estaba a cargo de Juan Echeverría y Lexarda, donde disponía de 302.260 pesos de géneros. En otro almacén, administrado por José Caxida y Taboada, se encontraba otra parte de sus mercancías por un total de 473.553 pesos, que incluían libros y mercería. El valor total de los géneros era de 896.187 pesos. Irisarri consideraba que estas cantidades correspondían al valor de las ventas al detalle, pero que en realidad sus géneros valían 492.902 pesos (sea 55 % menos). Este tipo de datos son muy importantes al considerar la dificultad de conocer los beneficios exactos de las actividades comerciales, mucho más provechosas que las actividades agrícolas.
Irisarri decidió comprar tierras en los últimos años de su vida. Creemos que sus motivaciones eran políticas porque en aquella época, como uno de los animadores de la Sociedad de los Amigos del País en Guatemala, estaba convencido que se podían realizar grandes proyectos destinados a mejorar las condiciones del comercio en el Reino. Entre 1802 y 1805 dedicó buena parte de su tiempo a concebir un proyecto de colonización cerca del pueblo de Acajutla para pescar y aprovechar las oportunidades de salar aquel producto y venderlo en la Ciudad de Guatemala. De hecho había tomado la decisión de comprar la hacienda de Soledad en la vecindad de Sonsonate. Sabemos que en 1821 esta hacienda fue comprada por Felipe Vega por 12.520 pesos, que se cultivaban añil, caña de azúcar y pacían más de 700 cabezas de ganado. Era también dueño de la única casa de pelota de la Ciudad y de una casa « (...) cubierta de teja formalmente fabricada de más de 50.000 pesos de valor libre de gravamen frontera haciendo esquina por el sur con la de la dirección de Tabacco y por el poniente con la de Pedro José de Beltranena(...)». No cabe duda que Juan Bautista Irrisarri fue uno de los comerciantes mayoristas de la Ciudad de Guatemala más activo, dotado de una gran capacidad de trabajo, que puso al servicio del bien público cuando se trató de pensar los problemas del comercio en el Reino en el marco de los trabajos de la Sociedad de los Amigos del País. Publicó, bajo el pseudónimo de Guindalesio Chirimía, numerosos artículos en la Gazeta de Guatemala. Estuvo vinculado con el canónigo Bernardo Dighero, que debía apreciar sus cualidades de comerciante y que le prestó de vez en cuando algún dinero. Sus contrariedades fueron numerosas, pero la diversidad de sus actividades lo salvarán de la quiebra. En mayo de 1789, cargó el barco Nuestra Señora del Carmen que se hundió poco tiempo después cargado con productos locales y españoles que Irisarri quería vender en Nueva España. El historiador Horacio Cabeza Carcache menciona tambien que trató de impulsar en 1790 la formación de una empresa de navegación y comercio por el Río Motagua. La Corte negó la autorización. En 1801, fue también él quien cargó la fragata que debía ir a Callao y Valparaiso con 123 quintales de azúcar y 111 quintales de hierro de Metapán, 328 quintales de añil, 505 quintales de maderas preciosa! El historiador Michel Bertrand trabajó también el ruidoso pleito que suscitó la iniciativa que tomó Irisarri en mayo de 1799, de entablar relaciones comerciales con los angloamericanos durante la guerra contra Gran Bretaña. Mantenía entonces relación estrecha con su amigo Alejandro Ramírez, secretario del Capitán General, José Domas y Valle y con el oidor Jacobo de Villaurrutia. ¿En qué medida compartía las opciones políticas de aquellas figuras del reformismo borbón ?


Autor de la ficha: Christophe BELAUBRE

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