Ficha n°110

MUÑOZ, Miguel


Cargo: Cura Párroco del Santuario de Esquipulas.

Nació: Se ignora aunque se sospecha que haya sido en España.

Murió: Se ignora.

Padres: Se ignora.

Resumen: Según nuestros datos, Miguel Muñoz entró por primera vez en la escena centroamericana hacia el año de 1824. Ignoramos su edad y su fecha de nacimiento, e incluso lo que podemos adelantar hoy en día podría resultar falso en el futuro. Es un hecho que casi ningún historiador contemporáneo menciona su actuación. No aparece por ejemplo bajo la pluma de Alejandro Marure o de Manuel Montúfar. Este silencio es bastante frustrante, si se piensa en la influencia pública que tuvo el personaje durante la década de 1820, y probablemente en el círculo de relaciones del obispo Casaus y Torres. Muchos indicios nos permiten pensar que podría tratarse de un emisario del Papa León XII, enviado para asegurar en la región la supremacía romana y apoyar al arzobispo de Guatemala, que animaba entonces la resistencia a la decisión tomada por las autoridades del estado de San Salvador de erigir una diócesis en su territorio. Miguel Muñoz siempre obró para asegurar las posiciones políticas del arzobispo.
No nos detendremos acá en analizar el asunto de la diócesis de San Salvador, que influyó sin duda en la guerra civil de Centro América de aquella época, sino que presentamos los pocos datos que pudimos recoger sobre Miguel Muñoz, con la esperanza que otros investigadores nos puedan ayudar para ubicarlo socialmente con más fineza. No aparece ninguna huella de su presencia antes de 1820 en América Central . Pensamos que se trata de un “intelectual orgánico”, muy bien formado, claramente identificable por la naturaleza de sus escritos y la fluidez de su pluma. Por otra parte, el obispo le da muy rápidamente una de las parroquias más sensibles y más lucrativas de la región: la del santuario de Esquipulas. Era capellán de esa parroquia en agosto de 1825, y en abril de 1827 era cura interino. Todas esas intervenciones hacen de este individuo uno de los más fieles aliados del arzobispo, un hombre con quien se puede contar en cualquier circunstancia. Mientras se encontraba probablemente exiliado – o por lo menos retirado – en los Estados Unidos, publicó un informe muy largo para volver a denunciar la actitud del clero salvadoreño que había decidido eregir en diócesis su estado sin la previa autorizacion de Roma. En febrero de 1827, Miguel Muñoz acogió en su presbiterio al cura Mariano Castejón “refugiado en este pueblo por la persecucion que le ha declarado el gefe del Estado de Honduras por no haber sucumbido en la Asamblea a decretar las proposiciones hostiles y subversivas contra la autoridad de la Yglesia”. Pidió en su carta al obispo que fuera dado a Castejón el derecho de confesar y de decir misas. En 1834, en un impreso titulado “Defensa de las Llaves de San Pedro”, publicado en Nueva York – donde el padre Muñoz pudo haber decidido exiliarse – mantenía una posturas políticas muy conservadoras en las huellas del historiador Montúfar. Hablando del cura Márquez en Honduras, decía que había sido nombrado gobernador de la diócesis “por la fuerza y engaños del llamado General Morazán”.


Autor de la ficha: Christophe BELAUBRE

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