Ficha n°215

“El Establecimiento del estanco del Tabaco”,

Categoria: Articulo

Autor: Luján Muñoz, Jorge
Revista: Mesoamérica 41
Fecha: Junio 2001
Breve comentario sobre la obra:
Este estudio vuelve sobre las distintas etapas de la introducción del estanco de Tabaco en el Reino de Guatemala, establecido en el año de 1766.
En una primera parte el autor destaca el hecho que las primeras noticias históricas sobre el tabaco aparecen con los mayas yucatecos que solían usar el nohol-x’-k’uts o el k’uts en sus ofrendas, y tenía también un uso medicinal. A principios del siglo XVII el cultivo del tabaco se reporta en distintas regiones de Centroamérica (en la Provincia de León en Nicaragua, en los Chontales y en el partido de Chiquimula de la Sierra). Hacia mediados del siglo XVIII, pequeños productores, sobre todo ladinos, siembran el tabaco a lo largo del Istmo. Esta parte incluye un mapa que ubica las administraciones de la Renta del Tabaco y las zonas productoras en el Reino de Guatemala. La elaboración de los puros o cigarros, destinada a los consumidores finales, se realizaba en los centros urbanos por los tabaqueros – mujeres en la mayoría de casos. De la producción a la confección, eran escasos los beneficios que se sacaban.
En la segunda parte de su estudio el autor describe el contexto de la reforma de la Real Hacienda, que se extiende a todo el Imperio español durante la segunda mitad del siglo XVIII, con el fin de hacer más efectiva la recaudación de los impuestos. La llegada a Nueva España del visitador José de Gálvez fue determinante, ya que decidió enviar a Guatemala un encargado especial, quien puso en marcha el Estanco hacia 1766. La real orden) que dio a conocer al público el Estanco está fechada el 8 de febrero de 1766, y Francisco Valdés fue el primer director nombrado, encargado de recaudar el impuesto.
Esta reforma se tradujo sin duda alguna en un mejor control de la producción por parte de la Corona, y las estadísticas que el historiador Jorge Luján Muñoz trabaja y presenta permiten hacer énfasis en el echo de resaltar que la región salvadoreña y la de Gracias eran, en la segunda mitad del siglo XVIII, las principales regiones productoras de tabaco.
En la tercera parte de su estudio, el autor introduce al lector en la organización del Estanco, dando múltiples detalles sobre las distintas administraciones en las regiones y sobre los funcionarios de la Factoría General en Santiago Guatemala. Esta parte viene acompañada de un plano del edificio de la sede central; sin embargo la imagen es muy poco visible que de poco sirve aquella ilustración. Según Luis Luján Muñoz este plano fue diseñado por el Ingeniero Luis Díez Navarro, pero la construcción nunca fue realizada.
Esta reforma no se impuso sin dificultades pues, como lo demuestra el autor, el año de 1766 estuvo marcado por un clima de rechazo y rebeldía. Esta movilización popular se mantuvo de una cierta manera hasta 1812, y no debe sorprender que los diputados centroamericanos en Cádiz hayan llevado como principal reivindicación la “supresión del perjudicial monopolio del tabaco”. Al mismo tiempo, la puesta en marcha del Estanco provocó numerosos cambios: a corto plazo, los precios subieron y las zonas cultivadas en particular en Costa Rica, en Chiapas y en la región de Gracias en Honduras aumentaron. A mediano plazo, la oposición de los sectores pudientes de la sociedad colonial al fortalecimiento del Estado provocó ciertos celos dentro de los rangos de los propios funcionarios de medio rango -criollos o españoles radicados en Guatemala desde mucho tiempo- que se sintieron… unos amenazados y otros frustrados en sus ambiciones (y directamente afectados en sus intereses). De hecho, podemos mencionar que en 1777, cuando los mismos sectores se oponían con todas sus fuerzas al traslado de la ciudad luego de los terremotos de 1773, el recuerdo de 1766 todavía se hacía sentir.  En un informe al Rey del fiscal de la Audiencia, Francisco Saavedra, se recordaba explícitamente la actitud muy negativa del ayuntamiento :“el ayuntamiento (…) una autoridad inmoderada ; provenientes uno y otro de sus entronques, de sus haveres y lo principal del triunfo que consiguieron en el año de 1766 con motivo del ruidoso articulo de recusación que opusieron a los principales ministros de aquella Audiencia” (AGI, Guatemala 930). Dicho de otro modo, todas las cuentas se pagan de una forma u otra. A largo plazo, la Reforma fue una bendición para la fiscalidad de la Corona, ya que entre 1815 y 1819, según datos citados por Miles Wortman, el Estanco permitía asegurar 54% de los ingresos del Estado colonial. El tabaco compensó de cierta manera las pérdidas que ocasionaron la crisis del añil, que afectó considerablemente a la región centroamericana en la primera mitad del siglo XIX. Incluso Julio César Pinto Soria insiste en las implicaciones políticas de la aplicación de este impuesto. Este historiador cita una declaración de Mariano Gálvez: “(...) Cada gobierno provisional dispuso de este fondo, y ninguno cuido su fomento, que exigia gastos, (...) Las provincias que hoy son estados, continuaron de hecho disponiendo de los caudales del tabaco”. El documento es de 1830, pero Gálvez hacía referencia a una medida política tomada en 1821, una medida que fue nefasta para el sistema federal.



Autor: Christophe BELAUBRE